Había señalado problemas de seguridad graves en la fabricación del B-787 por lo que fue objeto de represalias; recientemente habló del caso de Alaska Airlines
John Barnett, un ex empleado de Boeing, quien supuestamente había expresado su preocupación por los problemas de producción de la compañía, fue encontrado muerto en un aparente suicidio, según las autoridades de Carolina del Sur.
Barnett trabajó en Boeing durante 32 años antes de dejar la compañía en 2017, según información de la BBC; y quien recientemente había informado sobre sus esfuerzos por plantear cuestiones sobre los problemas de producción de la armadora estadounidense.
De acuerdo con la oficina forense del condado de Charleston en Carolina del Sur. el hombre de 62 años murió a causa de una herida de bala autoinfligida. Mientras que la policía de la ciudad de Charleston mantiene abierta la investigación.
Barnett aseguró que estaba en un caso de represalias en curso contra Boeing, según un comunicado de sus abogados, Robert Turkewitz y Brian Knowles.
"Estaba de muy buen humor y tenía muchas ganas de dejar atrás esta etapa de su vida y seguir adelante. No vimos ningún indicio de que se quitaría la vida. Nadie puede creerlo", dijeron.
Barnett era director de calidad en Boeing. Había "expuesto problemas de seguridad muy graves con el Boeing 787 Dreamliner y fue objeto de represalias y sometido a un ambiente de trabajo hostil", dijeron sus abogados.
Por su parte Boeing, afirmó: “Estamos tristes por el fallecimiento del Sr. Barnett y nuestros pensamientos están con su familia y amigos”.
A través de redes sociales se realizaron diversas publicaciones, entre ellas una entrevista supuestamente es la última antes del fallecimiento de Barnett, en la que habla de los múltiples defectos encontrados en distintas inspecciones.
“Este no es un problema del 787, es un problema de Boeing. Cuando empecé a trabajar en Charleston estaba a cargo de regresar defectos de nuestros proveedores. (...) Llevé a un grupo de 4 inspectores a Spirit Aerosystems para inspeccionar la sección 41 antes de que se enviara a Charlestón y encontramos 300 defectos, algunos eran significativos, que necesitaban intervención de ingeniería, mi jefe me dijo que habían demasiados defectos y que él tomaría el siguiente viaje. Llevó a dos inspectores y fueron elogiados por solo hallar 50 defectos y dije que Spirit realmente había solucionado todo muy rápido, lo cual no parecía correcto. Ella estaba molesta. Ella dijo que no, que los dos inspectores tuvieron dos horas para inspeccionar toda la sección 41 y los echaron”, señala.
Barnett había hablado con los medios de comunicación tras el incidente del 5 de enero en un avión Boeing 737 MAX 9, cuando la puerta tapón se desprendió en pleno vuelo, exponiendo a los pasajeros, además de que se requirió un aterrizaje de emergencia.
Desde entonces, Boeing ha tenido que afrontar una crisis total en torno a sus estándares de seguridad y calidad. Los reguladores estadounidenses han frenado su producción, lo que ha provocado retrasos en las entregas en toda la industria aeroespacial.
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