Continúan los desafíos de inclusión de género en la aviación

Pablo Chávez Meza

En el sector de la aviación continúan los desafíos, entre ellos el de que haya más mujeres en este rubro, por lo que recordar a personas como la primera mujer piloto del país, es un ejemplo para las jóvenes de que esta industria está abierto para las mujeres, aseguró Christopher Barks.

El director regional de la Oficina Regional para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe (NACC) de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) dijo que el sector está abierto para las mujeres, no sólo como tripulantes, sino en áreas como mantenimiento, control de tránsito aéreo, entre otros.

En entrevista con A21, el directivo puntualizó que la inclusión de un mayor número de mujeres en el sector aéreo sigue siendo un desafío que enfrentan. 

Durante la ceremonia de nombramiento del salón de conferencias “Emma Catalina Encinas Aguayo” en las oficinas de la OACI en la Ciudad de México, Barks expresó que la primera mexicana piloto aviadora es un ejemplo, no sólo por ser la primera piloto, sino que porque fue pionera en los derechos de las mujeres en el país.

“Y con este ejemplo, vamos a continuar la lucha, para que las mujeres alcancen el mismo nivel que los hombres en esta industria”, aseveró.

“Hoy honramos el legado de la señora Encinas no solo dando su nombre a una sala de reuniones, sino continuando la lucha por la igualdad de género en la aviación y a través de la iniciativa de las mujeres en la aviación”, señaló el directivo.

Además, reconoció a mujeres que día a día realizan esfuerzos en beneficio del sector, entre ellas Norma Campos representante de la Administración General de Aviación de Estados Unidos; Rosario Avilés, directora de la revista A21, Cintya Martínez, Country Manager para México de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA); Diana Olivares, presidente de la Cámara Nacional de Aerotransportes (CANAERO) y Gabriela Ponce directora de comunicación desde Air France.

Por su parte y, entrevistado por separado, el director general de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), el general Miguel Enrique Vallín Osuna, destacó la relevancia de ponerle el nombre de la primera capitana piloto mexicana a una sala de conferencias de la OACI en México.

Explicó que si hoy en día es difícil para las mujeres tener relevancia en determinadas áreas, donde la aviación es una de ellas, en aquella época todavía era mucho más y citó a la hija de la Emma Catalina Encinas Aguayo, Catalina Gutiérrez, quien en su discurso expresó que la capitana “abrió los cielos de México a todas las mujeres”.

El director general de la AFAC reconoció que ese logró no fue bien aprovechado en esa época, pero en la actualidad se busca la equidad de género en todas las áreas. “Hoy es una gran celebración que se le dé el nombre a ese gran personaje de la aviación a una sala de juntas”.

Al igual que Christopher Barks, el general Vallín Osuna reconoció que aún falta mucho para una mayor incursión de las mujeres en la aviación. “Siento que falta un poco más de promoción, porque la mujer tiene la misma capacidad que cualquier otra persona, pero hay áreas donde no se le da tanta promoción”.

Precisó que se busca que las mujeres sean especialistas en electrónica, mantenimiento, abastecimiento de materiales, insumos, controladoras de vuelo, oficinas, pero como pilotos, las mujeres que lo han logrado, que se han desarrollado, han tenido resultados como el de cualquier otro colega.

¿Quién fue Emma Catalina Encinas Aguayo?

Fue la primera mujer mexicana en recibir la licencia como piloto aviadora en el país, el 4 diciembre de 1932.

Su licencia fue la número 54 y realizó su primer vuelo sola el 20 de noviembre de 1932. Llegó vestida con su uniforme de piloto aviadora y realizó su vuelo en un avión Sparta.

Su experiencia la llevó a pilotear aviones gubernamentales; además luchó porque las mujeres lograran el voto en el país a inicios de los años 50; fue productora de televisión; tradujo artículos y libros.

Además, trabajó en American Airlines para México y fungió como traductora de diversos negocios, así como en la Organización de Naciones Unidas (ONU) en México y después fue la intérprete oficial del Presidente Luis Echeverría.