Juan Carlos Vázquez
La Universidad Aeronáutica en Querétaro (UNAQ) está preparando una iniciativa para impulsar el desarrollo de la cohetería de alta potencia en México; para ello se dispone para abrir una Prefectura en el Estado por parte de la Tripoli Rocketry Association, una organización internacional que certifica el uso de este tipo de proyectiles, afirmó Marco Fosado Rodríguez, líder del Equipo de Cohetería de la UNAQ.
En entrevista con A21, indicó que el objetivo del proyecto es impulsar esta rama aeroespacial en el país, sobre todo en la zona Centro, para que así los estudiantes puedan tener un acceso más fácil a su certificación, y de esta manera, como universidad y como alumnos, se impulsen más proyectos de investigación y desarrollo en la materia.
Hasta la fecha la única Prefectura de Trípoli en México se encuentra en Baja California, entonces si un alumno se quiere certificar, tiene que acercarse con una persona u organización, para que compre insumos para él o ella, o ir a Baja California a certificarse.
“Con la certificación, ya puedes realizar tus pruebas, pero siempre hay un cierto riesgo y esta organización nos da un seguro para cuando estamos volando los cohetes, entonces, es muy importante que cualquiera que se quiera acercar pues para tener una relación con esta cualidad de alta potencia, primero debe de ver cómo identificarse.
“En el equipo de la UNAQ ya contamos con 16 personas certificadas con Nivel 1 y tres personas identificadas con Nivel 2, el máximo de Trípoli es Nivel 3”, indicó Fosado Rodríguez.
Explicó que dependiendo del nivel de certificación también es la potencia del motor que vas a poder manejar, lo que permite ir avanzando en proyectos de mayor altitud.
“Sin embargo, en México puede ser difícil o complicado certificarse, porque como ya lo mencioné hay que ir a Baja California para hacerlo, nos ha tocado gente que ha ido desde Yucatán para querer certificarse y pues evidentemente no es un proceso fácil, que implica tiempo y traslados”, puntualizó.
De ahí la necesidad de crear una prefectura más cercana; para ello, ya la universidad está en pláticas con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para poder tener en orden todos los requisitos y poder mover estos motores, “al final es un explosivo lo que se mueve, pero se está avanzando, y esperamos que este mismo año podamos nosotros abrir la Prefectura en Querétaro”.
Cabe señalar que durante la pasada Feria Aeroespacial México (FAMEX) 2023, se realizó un convenio de colaboración con el Municipio de Colón, con el cual se compromete a dar un terreno en la demarcación para que se puedan realizar las pruebas y la certificación.
“Actualmente estamos en el proceso de encontrar el terreno ideal, ya que debe contar con ciertas características, principalmente de visibilidad, acceso y que sea lo más plano posible, esto para garantizar que puedan recuperar su cohete, objetivo prioritario para lograr la certificación”, precisó.
Posteriormente se requiere de un par de bases de lanzamientos para los cohetes para que pueda ser un vuelo recto, un sitio como carpas para que la gente pueda verificar y montar el motor.
Como universidad se tienen dos grandes enfoques: uno es que la gente de todo México, especialmente en el Centro pueda certificarse y el segundo es el promover el desarrollo de la cohetería en el país. El convenio de colaboración que estamos conformando con la Sedena y la Fuerza Aérea tiene el objetivo de sentar las bases para poder realizar proyectos más grandes, incluso no solo como con fines estudiantiles, no sino también que podamos pues intentar llegar un poquito más allá y intentar hacer vuelos orbitales”, agregó el líder de equipo.
Carrera hacia el espacio
Fosado Rodríguez explicó que forma parte del equipo Space Dragon y aunque el equipo es relativamente nuevo, cuentan con experiencia para realizar la estructura del cohete, el cual es 80% de materiales compuestos.
“Nosotros trabajamos principalmente con fibra de carbono y algunos otros componentes, dependiendo el esfuerzo que se va a presentar durante el vuelo; pero también trabajamos con maquinados especiales, ya sea como corte láser, router CNC, corte con chorro de agua y convencionales como torno y fresa”, indicó.
De esta manera estamos empezando a hacer investigación y desarrollo dentro del sector aeroespacial.
“Nosotros fuimos aceptados para competir este junio en la Spaceport America Cup, que es la competencia internacional más grande del mundo, donde históricamente solo un equipo mexicano de Baja California ha asistido en 2022 y nosotros ya fuimos aceptados para poder ir y representar a nuestra universidad y a todo México”, señaló.
“Vamos a lanzar un cohete que tiene como objetivo llegar a 3 km y llevar una carga útil de 4 kilogramos, aunque nuestra mayor meta es pasar los 3,500 metros; respecto a la carga. Nosotros decidimos llevar un rover (vehículo de exploración espacial) a escala; queremos hacerlo como si fuera una misión especial real, por lo que va a tener su propio sistema de recuperación (paracaídas) y una vez que toque tierra, se desprenderá del sistema de recuperación de manera autónoma, e incluirá sensores para medir la calidad del aire temperatura. Se tiene que recuperar al 100% es decir sin golpes ni rasguños, pues es parte de los que se califica”, indicó.
La competencia cubre muchas categorías y todo da puntos, pero “más allá del premio, nosotros como universidad y como país será muy importante y representativo para el desarrollo de esta rama aeroespacial en México”.
A esta competencia van las universidades más prestigiosas del mundo y van equipos muy fuertes de Estados Unidos, Australia, Suecia, entre otras; el evento será en las cruces de Nuevo México, del 18 al 24 de junio.
Propulsión UNAM, desarrollo de tecnología desde cero
Por su parte, los integrantes del equipo Propulsión UNAM, están dando grandes pasos para desarrollar la tecnología para impulsar la cohetería de alta potencia desde cero, con ello potencian el desarrollo de estas actividades, informaron Luis Ernesto Bolívar Pérez e Isaac Aztatzi Rubio, ambos estudiantes de la carrera de Ingeniería Mecánica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Somos de los pocos equipos en México que manufacturan desde cero su tecnología; logrando un antecedente; hay algunos otros equipos pero tienen que importar productos, pero el hecho de caracterizarlos, de hacer la instrumentación, pues no, no existía. Además también hacemos la infraestructura para hacer el banco de pruebas”, afirmó Bolivar Pérez.
Propulsión UNAM pertenece a uno de los capítulos de la Asociación Aeroespacial de la Facultad de Ingeniería (AAFI), y se dedica al desarrollo de tecnología aeroespacial, en la parte de ingeniería, donde han dado grandes pasos.
Aztatzi Rubio informó que este equipo ya tiene tres años, “somos un equipo multidisciplinario con solo estudiantes de la UNAM de las facultades de Ingeniería, de Ciencias y de Química, es decir hay ingenieros mecánicos, mecatrónicos, eléctricos, químicos, de ciencias de la computación y matemáticos.
Tenemos un equipo conformado por 29 integrantes; empezamos con siete personas, poco a poco hemos creciendo una porque se necesitan más manos para hacer nuevas metas y segundo porque son retos más grandes”, afirmó Aztatzi.
Precisó que como asociación estudiantil cuentan con el respaldo de la UNAM, los apoyan con los boletos y con muchos espacios dentro de la universidad, como centros de maquinado; “sin embargo uno de los principales retos que se tiene es que no hay maestros de cohetería”.
Los estudiantes explicaron el desarrollo del equipo en estos tres años: en el primero se generó el cohete K500 con una altura alcanzada de 500 metros; en el 2022, el año siguiente, se hizo el desarrollo a partir de un reclutamiento del K700 de 700 metros y el K700 de segunda generación y ya finalmente se generó el cohete El Insurgente con un alcance de 3 kilómetros.
"Con este último competimos el año pasado, en nuestra primera competencia en Brasil en el Latin America Space Challenge (LASC) quedamos en tercer lugar a nivel internacional por debajo de Brasil".
Bolívar Pérez puntualizó que se compitió contra Brasil y Argentina, cuyo desarrollo le permite contar con cohetes profesionales que incluso ya llegan al espacio; “entonces la competencia fue muy reñida, pese a lo adelantados que se encuentran, nos dio mucha confianza para seguir adelante.
“Llegamos a un país donde no hablábamos el idioma, no conocíamos a nadie, estamos solos, o sea, no fuimos con profesor, no comimos bien, no dormimos bien, pero estamos orgullosos del lugar que obtuvimos”, añadió.
Se alcanzó una altura de 2.3 kilómetros, en nuestra categoría quedamos en segundo lugar, y finalmente nos quedamos en tercer lugar a nivel general.
Nuestro cohete El Insurgente mide aproximadamente tres metros de altura, en el cual hay un metro de motor, participamos en la categoría de 3 Km.
Aquí en el país también participaron en el Encuentro Mexicano de Ingeniería en Cohetería Experimental (ENMICE) conseguimos el primer lugar en la categoría, el premio ganador absoluto en la competencia y Premio a la Excelencia Técnica.
El siguiente paso es Estados Unidos, en la Spaceport America Cup ahí sí, van universidades como el M&T o Harvard, las europeas, con ellos vamos a concursar.
"Vamos a participar en la categoría de 9 kilómetros con un motor de combustible híbrido que creemos o hasta donde sabemos es el primero en México a nivel universitario y en general, hasta donde sabemos".
Los estudiantes explicaron que ya están desarrollando este cohete de propulsión híbrida, que es un paso antes de la líquida; “en este caso estamos usando óxido nitroso y el combustible, es el reto al cual nos tenemos enfrentando”.
Actualmente este cohete llegará a 14 G’s es decir 14 veces la aceleración de la gravedad, que pues ya no son cargas, que podrías sentir uno, no uno se podrá romper a los nueve ejes y ya somos supersónicos por así decirlo, ya llegamos a velocidades mayores a las del sonido, llegamos a Mach 1.6, en velocidad máxima.
“Entonces digamos que es el el salto que hemos estado haciendo el año pasado el salto mayor fue pasar de 700 metros a 3 km, siendo un cambio radical en en la estructura de trabajo y actualmente nuevamente estamos volviendo a hacer ese cambio radical en el gran paso de llegar a nueve kilómetros, sónico e híbrido”, afirmó Bolívar Pérez.
Los universitarios puntualizaron que su objetivo como equipo es sentar las bases para que otros alumnos se vayan sumando al proyecto y seguirlo desarrollando, y ponerse la meta de llegar al espacio, que son los 100 kilómetros.
“Más que cohetes, lo que estamos generando es un espacio para que los estudiantes tengan la oportunidad de tener estas este tipo de experiencias venir a la FAMEX (Feria Aeroespacial México) o a otro tipo de competencias internacionales. Nosotros fuimos a la FAMEX para presentar nuestro proyecto y ver qué empresas nos pueden apoyar”, afirmó Aztatzi Rubio.
“Una de las principales características de nosotros igual del cambio generacional es igual plantar esa semilla en las mentes de las nuevas generaciones para que pues igual tengan ese amor para por la cohetería y el desarrollo aeroespacial y que como nosotros igual empezamos con las ganas con todo el esfuerzo y la dedicación; pues contagiar a las nuevas generaciones y que igual ellos se arriesguen a sacrificar su tiempo, por el amor hacer algo más allá del aula”, concluyó.
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