La producción actual de combustibles de aviación sostenibles (SAF) en el mundo no llega ni al 1% de lo que se necesita, a lo que se suman los costos de importación y la dificultad de su adquisición a gran escala en partes del mundo como América Latina.
“Según el mapa difundido por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), entidad de la ONU, existen 24 instalaciones activas en el mundo para la producción de SAF y otros combustibles renovables. Y ese número está lejos de satisfacer la creciente demanda”, afirmó José Ricardo Botelho, CEO de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), en una columna para Aeroflap.
Reiteró que la región de América Latina y el Caribe cuenta con las materias primas necesarias, “pero aún es fundamental el trabajo regulatorio para lograr la implementación del SAF”.
Son importantes las políticas estatales que promuevan incentivos para el diseño de materias primas, el desarrollo de la infraestructura de producción y distribución y las estructuras financieras para la adquisición.
“El segmento de aviación y los miembros de ALTA que tratan el tema, están comprometidos en promover el desarrollo de insumos y mecanismos que puedan contribuir a la descarbonización del planeta. Algunos de nuestros miembros, incluso, aspiran a estar entre los mayores productores de biocombustibles y ser neutrales en carbono para 2030”, afirmó el director ejecutivo de ALTA.
Añadió que la sustentabilidad es un gran desafío que debe ser compartido con el mundo entero; se requiere de una alianza del mercado internacional y de la adopción de medidas inmediatas para lograr estos objetivos.
“Estamos seguros de que con la llegada de SAF en las bombas de suministro, podremos llevar las emisiones a cero. Por eso defendemos la adopción de un modelo eficaz para promover cada vez más el desarrollo sostenible y, hasta ahora, el sistema norteamericano, evitando el llamado “mandato”, ha sido el más eficaz.
ALTA participa activamente en las discusiones sobre el tema y fomenta el diálogo entre la industria y los gobiernos -destacó- y busca ser un nexo entre las buenas prácticas aeronáuticas.
José Ricardo Botelho destacó que Brasil tiene un gran potencial para alcanzar niveles cada vez más altos, derivado de que cuenta con un amplio suministro de materias primas para producir SAF, su industria aérea es fuerte, tiene infraestructura moderna y recientemente presentó su Política Pública de Combustible de Aviación Sustentable que espera tenga importantes resultados.
Agregó que, recientemente, se tuvieron reuniones con representantes del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) para impulsar alianzas que apunten a presentar todo el poder energético de las materias primas existentes.
“Creo que la posición de Brasil en este tema de combustible sostenible es extremadamente favorable, ya que es el país con el mayor tráfico aéreo de América Latina. Sin embargo, es importante enfatizar la necesidad de una regulación consistente, transparente y con seguridad jurídica, para garantizar las inversiones a largo plazo”, añadió.
Contribuir al desarrollo de un ecosistema de producción sostenible de combustible de aviación (SAF) es uno de los focos de trabajo de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA).
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