Para abordar la problemática del ruido generado por el transporte aéreo en la Ciudad de México no basta con establecer una nueva normativa que limite el ruido, sino que es necesario volver a los procedimientos que se utilizaban antes del rediseño del espacio aéreo y actualizarlos con navegación satelital, aseguró María Larriva, experta en diseño y control de tránsito aéreo.
De acuerdo con la especialista, generar una norma en donde se regule un nivel máximo de ruido no solucionará el problema, porque controlar el ruido no es algo que se pueda modificar a voluntad de los pilotos o aerolíneas, sino que tiene que ver en gran parte con el funcionamiento de las aeronaves. En este caso, la mejor manera de atacar el problema es reduciendo el tiempo que pasan los aviones sobrevolando la ciudad.
La principal razón por la cual ha aumentado recientemente la percepción del ruido por parte de los habitantes de la capital, es el tiempo que pasan las aeronaves sobrevolando la zona urbana, explicó la especialista. Antes del rediseño, ocurrido el 25 de marzo de este año, los aviones sobrevolaban durante cinco minutos antes de aterrizar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Sin embargo, ahora ese tiempo ha aumentado aproximadamente cuatro veces.
“Volver a los procedimientos anteriores es la única solución. Antes una aeronave volaba cinco minutos sobre la ciudad y ahora vuela 20. Las rutas anteriores tenían una llegada por San Mateo, cerca de Atizapán, y de ahí volaban por Satélite, Reforma, y donde están Los Pinos hacían el viraje final antes de enfilarse donde está la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en la Torre SCOP”, precisó Larriva.
Adicionalmente, advirtió que si bien es un avance que los legisladores hayan escuchado las denuncias de los ciudadanos afectados por la contaminación acústica, la aprobación de una propuesta para modificar la Ley de Aviación Civil podría tardar años en concretarse.
La especialista calificó como un desacierto haber modificado el espacio aéreo, pues los antiguos procedimientos fueron eficientes al 100% de capacidad del AICM durante más de 10 años. Aunado a ello, enfatizó que las autoridades tuvieron que haber realizado estudios antes de modificar el espacio aéreo para evaluar los niveles de ruido que provocarían.
Por otra parte, indicó que la reestructura al espacio aéreo se realizó pretendiendo facilitar las operaciones del AICM y hacerlos compatibles con el aeropuerto de Santa Lucía, sin embargo, la operación simultánea no es posible dada la cercanía entre ellos, lo que obliga a demorar el tráfico de un aeropuerto para utilizar el otro.
El rediseño al espacio aéreo lleva poco más de seis meses de haberse introducido, y aunque son pocas las posibilidades de que se revierta, las autoridades podrían realizar modificaciones para eficientar las operaciones, dijo la también ex controladora de tránsito aéreo.
Una alternativa a esta problemática es modificar las rutas para tener trayectos más cortos y menos demoras, y aunque no es muy notorio por la cantidad de vuelos que hay por la temporada y por la pandemia, las operaciones son ineficientes, apuntó.
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