Después de dar servicio por 36 años, un avión comercial del fabricante Airbus, se convertirá en la nueva atracción turística de Turquía.
Pero su travesía no será por las nubes, ahora estará bajo el agua. Ésta fue idea del gobierno de Turquía, que convirtió el avión en un arrecife artificial, donde los buceadores podrán explorarlo, sumergido a 30 metros en el Mar Egeo.
La estrategia turca se debe a que se ha dado una disminución sustancial de turistas, debido a los atentados que ha recibido la nación últimamente.
Özlem Çerçioglu, el alcalde de la provincia turca de Aydin, busca con esto que Kusadasi se convierta en un destino turístico para los buceadores y de protección para la vida submarina.
El avión, que mide 54 metros de largo y 44 de ancho, tiene 36 años y fue adquirido por las autoridades de Aydin a una compañía privada por 81 mil 700 euros.
La operación de hundimiento duró unas dos horas y media y fue seguida por cientos de personas que se acercaron hasta el aparato en barcas.
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