Un cosmonauta ruso y dos astronautas estadounidenses volvieron a la Tierra después de haber concluido sus misiones a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI), encontrándose con un planeta muy diferente del que salieron hace unos meses y en el cual transportarse de un país a otro se ha vuelto una tarea complicada.
El trío, conformado por el ruso Oleg Skripochka de la Agencia Espacial Federal Rusa (Roscosmos) y los estadounidenses Andrew Morgan y Jessica Meir de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA), abandonó la EEI el jueves 9 de abril y aterrizó en Dzhezkazgan, Kazajistán, alrededor de las 11:16 horas (tiempo local); sin embargo, las provincias kazajas se encuentran actualmente cerradas a causa del coronavirus, por lo que el equipo de recate no pudo establecer una base cerca del lugar en donde arribó la tripulación, complicando el retorno de los científicos a casa.
En su lugar, Roscosmos alquiló el cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán, para establecer una base.
Los astronautas fueron trasladados alrededor de ocho horas hasta las instalaciones rentadas, en donde Skripochka se reunió con su equipo y será posteriormente trasladado a Rusia, cruzando la frontera norte de Kazajistán. Sin embargo, los estadounidenses deberán realizar otro viaje antes de ser transportados a su patria.
Desde Baikonur, Morgan y Meir serán llevados unos 300 kilómetros vía terrestre hasta Kzylorda, en donde abordarán un avión de la NASA que los llevará hasta los Estados Unidos.
Morgan pasó 272 días en la EEI, completando cuatro mil 352 órbitas alrededor de la Tierra. Meir y Skripochka contabilizaron cada uno 205 días en el espacio, realizando tres mil 280 órbitas a nuestro planeta.
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