El espacio exterior es un lugar frío, sin aire y lleno de radiación peligrosa para los astronautas. Sin embargo, un enemigo adicional a considerar para los viajeros interplanetarios podría estar en su mente. Y es que, en 2016, tras una revisión de los expedientes clínicos de las misiones que el Transbordador Espacial realizó entre 1981 a 1998, el Programa de Investigación Humana de la NASA calculó una tasa de 2.87 episodios al año en la incidencia de trastornos psiquiátricos o de conducta como ansiedad y depresión.
De un entrenamiento eficaz para resistir al aislamiento, así como del correcto manejo del estrés de las tripulaciones dependerá el éxito de los proyectos de exploración hacia otros planetas. Uno de ellos, Mars One, prevé la llegada del primer grupo de humanos a Marte para el 2032. De ahí la importancia de las misiones de simulación en tierra.
Tal es el caso de la Poland Mars Analogue Simulation (PMAS) 2017, que se realizó en Polonia del 31 de julio al 13 de agosto de este año, en busca de respuestas favorables a los retos de salud física y psicológica a que se enfrentarán los futuros exploradores del planeta rojo. Para lograrlo, se llevó a cabo una serie de 30 experimentos en los que participó un equipo multinacional de expertos, entre ellos el piloto y experto en Medicina Aeroespacial, Carlos Salicrup.
En entrevista con A21, el especialista mexicano describió el proceso de selección y entrenamiento de la tripulación análoga, y explicó además en qué consistieron las emergencias médicas simuladas durante la misión, así como las soluciones que se ensayaron para resolverlas.
Preparación
En los preparativos de la misión análoga, Salicrup, junto con otros tres especialistas de la salud y una ingeniera biomédica, acordaron el tipo de exámenes necesarios para seleccionar a los participantes, así como el equipamiento más óptimo para simular condiciones extremas de sobrevivencia, y también la calidad de agua y los alimentos.
Asimismo, los astronautas análogos recibieron un entrenamiento para el manejo de estrés y angustia, así como una asesoría de superación rápida de errores, y ejercicios de relajación y yoga todos los días.
Emergencias interestelares
Ahora bien, la segunda parte de la investigación médica de PMAS se propuso identificar las variables ante una emergencia en el espacio. Esto al considerar que un viaje real hacia Marte tendría una duración de cerca de siete meses, mayor al promedio actual de estancia en la Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés). Además, una vez en marcha, no será posible abortar la misión en momentos de crisis.
No es como en la ISS que, si pasa algo grave, te metes en una cápsula y en menos de 4 horas estás en la Tierra: aquí ya estás a mitad de camino, a meses de regresar a la Tierra”, puntualizó Salicrup.
Una de las soluciones que se puso a prueba fue la utilización de impresoras 3D, ya sea para reemplazar alguna herramienta rota o para crear otras que sirvan de apoyo en complicaciones de salud que requieran cirugía correctiva.
Por estar en un ambiente aislado, hacer algún ajuste es difícil si los astronautas necesitan recibir un software o alguna pieza. Por eso, probar la impresora 3D en el hábitat era vital. Aunque aún faltan cosas, ¡imagínate desarrollar la tecnología para protegernos contra la radiación marciana!”, reiteró el experto.
Factor humano y diagnóstico
El tercer aspecto, y quizá el más relevante para este proyecto, es el factor humano: el rendimiento de los astronautas durante el trabajo de campo y su dinámica psicosocial. Algo a lo que Salicrup llama: “cómo hacer que la gente colabore en equipo”.
Para ello, se realizaron estudios de sociomapping, una herramienta para desarrollar y evaluar la comunicación, cooperación, cohesión y colaboración dentro de los la tripulación a través del análisis de las fotografías tomadas en el hábitat durante el tiempo de la misión.
Asimismo, se harán entrevistas postexperimentales con todos los miembros de la tripulación para obtener información valiosa sobre la interacción humana.
Finalmente, se trazarán las conclusiones generales de la dinámica humano-robot, de los experimentos geológicos y gravitacionales, y especialmente sobre el periodo de tiempo recomendado que debe durar una estancia en Marte. Esta información la darán a conocer gradualmente los miembros del equipo en futuros congresos.
Como parte del espíritu colaborativo de PMAS, Carlos Salicrup participó de la misión tanto como médico supervisor como astronauta análogo, lo cual enriqueció aún más su visión del proyecto al poder vivir en carne propia ambas partes de los experimentos.
Todos funcionamos como uno mismo: gente de diferentes culturas, edades, credos y países, trabajamos juntos sin ningún problema, siempre hay alguien que ayuda a otro aunque no sea de su área”, puntualizó.
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