Ya han pasado varios meses desde que el rediseño aéreo está en funciones, y ¿cuál era la finalidad de su creación? interconectar el aeropuerto de la CDMX, el aeropuerto de Toluca y el AIFA, sin embargo, la inviabilidad de este último, como ya habíamos mencionado antes, la distancia, el costo del transporte, casetas, falta de conectividad y otros factores más, hace notar claramente que el aeropuerto no es viable y que el rediseño anterior era más eficiente en cuanto a operatividad, eficiencia y economía, amén de las consecuencias que actualmente se viven por el ruido extremo y que sufren todos los habitantes de la Ciudad de México en todo momento, pues las aeronaves transitan por las áreas más altas de la ciudad provocando que vuelen mucho más cerca del terreno, generando literalmente explosiones de ruido constantes a su paso.
De acuerdo a estudios de la arquitecta y activista Jimena de Gortari y el señor Rafael Trovamala, miembros de “Más seguridad menos ruido”, agrupación que representa a más de 150 colonias afectadas y que son poseedores de un doctorado en estudios de ruido aéreo, impacto ambiental ecológico y, sobre todo, en la afectación a la población, que ya suman más de un millón de personas desde el inicio del rediseño por el incremento del ruido, han mencionado la necesidad de que se respete la legislación referente al ruido aéreo en cuestión.
La frecuencia en las llegadas lo hace ya alarmante, especialmente en las zonas poniente, sur y la zona cero, en la que convergen las aeronaves en su aproximación final.
Toda la ciudad espera que las autoridades regresen al diseño anterior, o modifiquen las llegadas para que se inicien desde el norte y se aprovechen los corredores anteriores.
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