Cuando parecía que la cooperación espacial entre Estados Unidos y Rusia estaba a punto de colapsar por las diferencias entre estas dos potencias a raíz de la Guerra de Ucrania, se abre una nueva posibilidad de colaboración que puede tener consecuencias benéficas para el desarrollo espacial.
Y es que, desde que inició la Guerra de Ucrania, las tensiones entre Estados Unidos y Rusia en el tema espacial habían estado escalando de manera muy peligrosa, sobre todo por las provocaciones y pleitos de Dmitry Rogozin, director de la Agencia Espacial Rusa, Roscosmos. Entre estos pleitos, destacan el enfrentamiento en Twitter entre Rogozin y Elon Musk, así como el anuncio de Rogozin de que Rusia era capaz de atacar con misiles nucleares a varios sitios en occidente, y su amenaza de derribar la Estación Espacial Internacional y de poner fin a la colaboración en materia espacial si Estados Unidos continuaba manifestándose en contra de Rusia.
Afortunadamente, las tensiones no siguieron escalando, y, por el contrario, el pasado 15 de julio, NASA y Roscosmos firmaron un acuerdo de cooperación para realizar misiones conjuntas en la Estación Espacial Internacional. El acuerdo, que ya llevaba mucho tiempo en negociaciones, permitirá que los cosmonautas rusos viajen en naves espaciales construidas en Estados Unidos a cambio de que los astronautas estadounidenses puedan viajar en la Soyuz de Rusia. Al mismo tiempo, el Kremlin despidió a Dmitry Rogozin como director de Roscosmos y lo reemplazó por Yuri Borisov, ex viceprimer ministro y viceministro de Defensa.
Después de la firma del acuerdo, Roscosmos ha comunicado que "El acuerdo es de interés para Rusia y Estados Unidos y apoyará la expansión de la colaboración dentro del alcance del programa de la Estación Espacial Internacional". La NASA, por su parte, afirmó que este acuerdo garantizará que al menos un astronauta estadounidense y uno ruso siempre estarán presentes a bordo de la estación espacial para monitorear actividades de mantenimiento y caminatas espaciales.
Según la NASA, los primeros vuelos bajo el nuevo acuerdo se realizarán en septiembre de este año, cuando dos cosmonautas, Sergey Prokopyev y Dmitry Petelin, viajarán a la estación espacial con el astronauta estadounidense Frank Rubio. A cambio de esto, la cosmonauta Anna Kikina, la única mujer miembro del cuerpo de cosmonautas activo de Rusia, irá al laboratorio en órbita con dos astronautas estadounidenses y un astronauta japonés en un viaje de la Cápsula Dragón de SpaceX que saldrá del Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida.
Estas noticias son muy halagüeñas y renuevan las esperanzas para que continúe la cooperación internacional en materia espacial. A pesar de la guerra de Ucrania, este acuerdo muestra que Rusia y Estados Unidos han actuado con madurez y han resistido la tentación de usar el tema espacial como moneda de cambio para negociar sus diferencias. Esperemos que esto siga sucediendo y permita la realización de nuevos proyectos más ambiciosos entre los dos países. Ya vienen las misiones a la Luna y es importante que estas se realicen en un ambiente de cordialidad y cooperación entre todos los países de la Tierra.
El desarrollo espacial requiere de la cooperación de muchos actores. Ningún país por si solo tiene actualmente la capacidad de llegar nuevamente a la Luna, establecerse ahí, explorarla y aprovechar sus recursos. Celebremos esta decisión de Rusia y Estados Unidos y esperemos que sea un ejemplo que estimule la cooperación con otras potencias espaciales, como China, para seguir avanzando en esta Era Espacial.
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