La psicología de la aviación implica el estudio de los comportamientos, las acciones, los procesos cognitivos y emocionales del ser humano en el campo de la aviación y también investiga los problemas psicológicos encontrados en la cabina de vuelo.
Tradicionalmente la psicología de la aviación se ha centrado específicamente en los pilotos, las tripulaciones de vuelo y los controladores de tránsito aéreo. El estudio de la psicología de la aviación ha incrementado –sin duda–, la eficiencia y la seguridad en el trabajo al promover un funcionamiento y una interacción fluida entre los empleados. Asegura que haya un equilibrio entre la automatización y los empleados en el campo de la aviación; y también mantiene la salud emocional y física de los empleados. Lo cual es comprensible si se considera que la psicología de la aviación se originó en relación con el desarrollo de la medicina aeronáutica y la psicología del trabajo.
Gradualmente se convirtió en una disciplina científica independiente, ya que los procesos mentales durante el vuelo son altamente específicos y requieren investigación y comprensión. Los psicólogos de la aviación asumen responsabilidades similares a las normas éticas internacionales de los psicólogos regulares. Estas responsabilidades cubren áreas como las siguientes:
Selección, capacitación y licenciamiento de potenciales empleados.
Optimización de las condiciones de trabajo y desarrollo de sistemas en el entorno aeronáutico.
Reducción de los riesgos de seguridad que protegen a los empleados de daños.
Investigación de accidentes e incidentes.
Intervenciones en crisis e intervenciones psicológicas clínicas.
Capacidad y gestión de la carga de trabajo que maximiza la eficiencia y la eficacia.
Calidad del trabajo en equipo y recursos del equipo, manteniendo el estándar de trabajo entregado.
Según los manuales de la FAA, esta disciplina entra dentro del estudio enfocado a seguridad operacional de los “factores humanos” que dan lugar a variadas situaciones como: ¿por qué son las condiciones humanas, como la fatiga, la complacencia; ¿y el estrés, tan importante en el mantenimiento de la aviación? Los factores humanos causan directamente o contribuyen a muchos accidentes de aviación. Está universalmente acordado que el 80 por ciento los errores de mantenimiento involucran factores humanos. Si no están detectados, pueden causar eventos, lesiones de trabajadores, pérdida de tiempo, e incluso accidentes.
Y recientemente, el enfoque se está ampliando a los pasajeros. Los pasajeros “disruptivos” o “insubordinados” son también actores –o factores, según el caso– que pueden afectar a la operación –aunque en menor medida–, pero que definitivamente en el caso de la aviación comercial pueden afectar al bienestar de otros pasajeros o al buen desempeño del operador, causando pérdidas económicas por retrasos o desvíos de ruta, por mencionar algunas posibilidades.
En el caso de la aviación tripulada, la psicología del usuario puede ser un factor determinante para su éxito o fracaso comercial. El saber de antemano que no hay “tripulación” o “piloto al mando” y confiar completamente en una plataforma automatizada o controlada a distancia puede traer consigo el retraso en la implementación de este tipo de tecnologías máxime con lo ocurrido con sistemas automatizados como GMCAS de Boeing en los 737 Max. Sólo el récord de seguridad irá siendo la prueba más segura que haga plausible ganar la psicología del usuario. Y si nos referimos a la tripulación de cabina de pasajeros, pues todavía más improbable –en mi opinión– su sustitución.
La experiencia de “viajar con otros”; o si se quiere “de no ir solos” es importante. Hay algo de gregario y social que implica el sentimiento de seguridad como estado mental. Bien reza el refrán clásico: “el hombre es un ser sociable por naturaleza”.
Así, el estado mental, el estado psicológico, el estado físico, las condiciones del entorno, las limitaciones humanas, etc., son factores a tomar en cuenta para la integración de procesos automatizados no tripulados para la aviación de pasajeros. Y justo por esto, se antoja que sea la aviación privada y de servicios generales o especiales técnico-científicos sea la que se despliegue con pasaje humano pero sin “piloto al mando”. Más adelante haremos algunas proyecciones jurídicas sobre este mismo fenómeno.
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