No hay fecha que no llegue y, al fin, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), de la que México es miembro fundador, inició el Programa Universal de la Auditoría de la Vigilancia de la Seguridad Operacional (USOAP por sus siglas en inglés, mejor conocida como Auditoría OACI). Este programa debió haberse realizado mínimo hace ya un par de años, pero merced a los problemas que México enfrentó con la Auditoría de Seguridad de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA), que llevaron a la autoridad aeronáutica mexicana a Categoría 2 durante 26 meses, OACI guardó prudente distancia y es hasta ahora que se lleva a cabo.
Esta auditoría es muy importante porque involucra varios temas más que la que suele realizar la FAA, que sólo analiza los cumplimientos de la autoridad aeronáutica en 3 de los 19 anexos de la OACI (el 1, el 6 y el 8).
La auditoría OACI incluye 16 de los 19 anexos y aunque es más amplia, tiene la particularidad de que no contempla sanciones del tipo de etiquetar por categorías ni sancionar a ningún país. No obstante, la información se comparte y de los hallazgos que existan se derivan recomendaciones para los países, en el ánimo de mejorar continuamente los sistemas de vigilancia, los programas de seguridad y la capacidad de los gobiernos para tener un país cuya aviación civil esté en las mejores condiciones. OACI tiene, incluso, el slogan “Ningún país se quede atrás”, proyecto que impulsó en su momento quien fuera su presidente hace varios años, el mexicano Roberto Kobeh González.
Existen varios temas que son de particular importancia en esta auditoría. Uno de ellos es la parte de Navegación Aérea, donde los auditores de OACI han solicitado que se tengan disponibles todos los documentos que muestran las facultades y atribuciones del organismo descentralizado Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), así como las regulaciones en la materia que estén aprobadas y publicadas, pues de lo contrario se considerarán no válidas.
Muy importante es que los auditores reiteraron que la OACI no espera que los Estados miembros tengan una implementación perfecta del sistema de vigilancia de Seguridad Operacional (que, por otro lado, sería imposible, consideramos nosotros), pero sí que se identifiquen lo que los políticamente correctos llaman “áreas de oportunidad” de corrección o mejora, para que todos los países vayan adelantando en ese propósito de tener un sistema de transporte aéreo seguro y eficiente.
Huelga decir que hay varios puntos en diversas materias que, o no estaban disponibles en el momento de la revisión, o de plano son no satisfactorias por no estar publicadas en la legislación. Quizás los puntos que más cuidado requieren son los que se refieren a la Navegación Aérea para la Aviación Civil (aquí -creemos nosotros- puede que en algún momento haya discrepancias con las regulaciones adoptadas al vapor en las leyes de espacio aéreo que fueron aprobadas por el Congreso el año pasado).
Otro punto muy importante es el que se refiere a la Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación, cuya autonomía es indispensable para lograr que este tipo de cuestiones se analicen conforme a las mejores prácticas mundiales. Parte fundamental, pero de eso, ya hablaremos. E-mail: raviles0829@gmail.com
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