Para sorpresa de muchos testigos actuales de cómo el transporte aéreo en el país ha enfrentado los retos más difíciles en décadas (y para colmo, ¡todos juntos!), en unos cuantos días iniciará operaciones una nueva aerolínea que, además, será de corte regional. Se trata de Aerus, parte del grupo automotriz potosino Herrera, que, basado en Monterrey, entrará de lleno a rutas que hombres de negocios del norte del país necesitan con urgencia.
Desde luego, en el contexto actual suena osado emprender una misión como ésta, sobre todo porque la normativa de la Ley de Aviación Civil, pese a las muchas modificaciones que se han hecho a lo largo de los años recientes, no ha contemplado algo que sería básico: darle a la aviación regional un estatuto acorde a la gran tarea que tiene y las muchas obligaciones que se le imponen, a pesar de que su estructura es mucho más vulnerable por su tamaño, el gran esfuerzo que significa crear mercados en plazas pequeñas y aeropuertos que le cobran lo mismo a una gran aerolínea que a otra de tamaño tan reducido.
Si hubiese un sentido de gran visión y de Estado, en lugar de incluir en la iniciativa de Ley de Aviación Civil el asunto del Cabotaje (así sea “selectivo”, “acotado”, recíproco” o lo que sea), que en muchos sentidos es lesiva para la industria de transporte aéreo nacional, se requiere una normativa de promoción intensiva para darle viabilidad a la aviación regional y con ella, llevar el desarrollo a lugares que requieren más promoción y que se encuentran prácticamente desconectados debido a la orografía del país.
Pero, además, en el caso de Aerus estamos hablando de un modelo de aviación regional muy peculiar. En primer lugar, la flota inicial estará conformada por 2 modelos de aviones Cessna Gran Caravan y Sky Courier de 9 y 19 plazas, respectivamente, algo así como transporte ejecutivo compartido. Además, se trata de servir rutas desde la base de Monterrey hacia lugares como Piedras Negras, Tampico, Ciudad Victoria y Matamoros, destinos donde muchos empresarios tienen negocios y desde luego les da mucha flexibilidad y mayor seguridad en sus traslados tener una opción de transporte ejecutivo, pese a que la tarifa resulte elevada.
Y es que, a decir de su director general, Javier Herrera, es obvio que la aviación regional no es de bajo costo y menos en un estado tan embrionario como ésta se encuentra actualmente en nuestro país. De hecho, uno de los principales retos que tiene el establecer una política pública, es distinguir claramente que los modelos de aviación que sirven a segmentos de mercado diferentes, no pueden ser medidos con el mismo rasero, ni las tarifas pueden bajarse por decreto.
En resumen: para tener una aviación que sirva para lo que fue creada, es decir, conectar a las distintas regiones de un país, promover el comercio, el turismo, los negocios, y a su vez, enlazar al país con todo el mundo, de acuerdo con sus necesidades estratégicas para generar divisas. Para eso, se requiere entenderle a las reglas con que opera la aviación en todo el mundo, apegarse a la normativa de la Asociación Internacional de Aviación Civil (OACI) y no querer inventar el hilo negro. Ya, por favor. E-mail: raviles0829@gmail.com
“Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de sus autores y pueden o no reflejar el criterio de A21”
Facebook comments