Peter Cerda, vicepresidente regional de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) para las Américas, confía en que la autoridad aeronáutica mexicana y en particular la del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), mantengan el nivel de 61 operaciones por hora en esta terminal aérea, no sólo porque están en mesas de negociación al respecto, sino porque el país necesita con urgencia mantener su estatus en la recuperación de la industria a nivel global.
Tanto para la aviación internacional como para la doméstica, es indispensable asegurar la conectividad del sistema. De lo contrario, los esfuerzos por mantener el paso serán mucho más penosos, máxime si tomamos en cuenta que después de la Technical Review que realizaron los representantes de la Agencia Federal de los Estados Unidos (FAA) esta semana, dejó muchos puntos sin resolver, por lo que el regreso a la Categoría 1 se ve aún lejano.
Por otro lado, la interacción con el nuevo aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) no es, en sentido estricto, una solución real a esa necesaria conectividad, porque se trata de un aeropuerto que más bien está destinado a atender la región norte de la zona metropolitana del Valle de México, pero no resuelve lo sustantivo.
El acceso al AIFA es bastante complicado todavía. No hay transporte barato y eficiente desde la mayor parte de la Ciudad de México hasta el sitio de Santa Lucía, sin el cual los pasajeros no pueden llegar de forma rápida y a costos competitivos. Precisamente este es uno de los puntos que la IATA comenta como críticos y urgentes por resolver, aunque para el futuro le ve posibilidades interesantes al AIFA.
Pero es claro que la transición no será ni rápida ni fácil. Tampoco en el caso de los vuelos charter y los de carga. La integración de cadenas logísticas, la necesidad de infraestructura suficiente y los costos que pueden multiplicarse, hacen que la decisión que parecía simple no lo sea tanto.
Y en ese sentido, otra vez la IATA tiene razón: no pueden obligar a las aerolíneas a cambiar de aeropuerto. El AICM es el punto desde donde parten las rutas negociadas en los bilaterales, al menos por ahora, y cambiar este punto no es cuestión de hacer enchiladas.
Un tema que surgió en Qatar, durante la Asamblea de la IATA, tiene qué ver con la petición que en algún momento hizo la cancillería mexicana para que la aerolínea bandera de ese país iniciara vuelos al AIFA. El tema lleva semanas negociándose y es obvio que la aerolínea árabe quisiera tener no un vuelo directo (que carece de mercado suficiente aún con la facilidad que tienen esas aerolíneas de subsidiar el combustible, el insumo más caro), sino tener una base de operaciones en el país, digamos Cancún, desde donde acceder a Sudamérica y a Estados Unidos.
Pero el asunto no es tan simple. Las libertades del aire no son cosa tan fácil de intercambiar y decir que el lobbying de Aeroméxico es el culpable de que no se les otorguen las facilidades que quieren es, al menos, pueril, si no es que malicioso. Harían bien en buscar otros pretextos porque es muy descortés que los del país anfitrión critiquen a sus invitados. E-mail: raviles0829@gmail.com
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