El pasado 25 de agosto, las autoridades de aviación civil hicieron oficial una decisión trascendente para el desarrollo de la aviación mexicana: el área encargada de realizar las actividades de búsqueda y salvamento, pero también las relacionadas con la investigación de accidentes e incidentes en la aviación civil mexicana, pasó a depender directamente de la Subsecretaría de Transportes, con lo cual logra cierta autonomía respecto de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) que es el organismo que la propia dependencia debería investigar en caso de un accidente.
Este paso fue parte de las modificaciones a la Ley de Aviación Civil, realizadas el pasado mes de mayo, y desde luego fue un punto clave dentro de las observaciones que hizo la Agencia Federal de Aviación Civil de los Estados Unidos (FAA) cuando inició la auditoría que terminó en la degradación de nuestro país a Categoría 2.
El que la investigación de accidentes no dependa del regulador, en este caso, de la AFAC, está estipulado en el Anexo 13 de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que menciona que los Estados firmantes deben asegurarse de que exista una agencia que se dedique a la investigación de incidentes y accidentes, pero que no dependa directamente del regulador.
Por eso es que, aunque era un paso muy necesario para cumplir con la normativa internacional, aún es el primero de muchos pasos que hacen falta, empezando por el otorgar un presupuesto adecuado a sus funciones, ya que uno de los grandes problemas de la investigación de accidentes a nivel mundial es la falta de presupuesto.
Y tiene razón Melvin Cintron, director regional en América Latina y el Caribe de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), al señalar que muchos gobiernos ven estos departamentos como excesivamente caros, ya que consideran que no se ocupan de cosas cotidianas; sin embargo, la labor más importante de un departamento de investigación de accidentes es prevenirlos.
Por otro lado, aún se requiere de mayor autonomía, ya que para realizar muy bien su labor, los investigadores deben estar al margen de presiones políticas o económicas. Tiene que ser una autoridad completamente autónoma, sin influencia de instituciones que puedan tener conflictos de interés.
Y es que, en prácticamente todos los casos de accidentes o incidentes graves de aviación se encuentra implicada, de una forma o de otra, la acción de las autoridades, sea por omisiones en la normatividad, negligencias o incompetencias en el momento de la supervisión de las aerolíneas, por falta de un sistema que garantice la seguridad operacional o de la infraestructura de apoyo.
La OACI siempre ha urgido la necesidad de contar con personal entrenado, pues la investigación de accidentes no se trata de observar y deducir, sino que existe toda una carrera profesional, además de cursos permanentes a nivel internacional.
No obstante, es buen comienzo. Falta que todas las áreas de la administración pública comprendan la importancia de esta área y que las autoridades sean más diligentes para escuchar a la industria aérea y sus expertos, pues lo importante es la prevención.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio. E-mail: raviles0829@gmail.com
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