En unos meses más, la autoridad aeronáutica se verá sujeta a una auditoría mucho más amplia que la realizada por la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA), ya que involucra la capacidad del Estado mexicano de cumplir con los 19 anexos de la Organización de Aviación Civil (OACI) y por ende, de ofrecer seguridad operacional y normativa a todas las áreas que involucra el transporte aéreo a nivel nacional.
Melvin Cintrón, director de la Oficina regional de Norteamérica y el Caribe de la OACI, será el encargado de orquestar esta revisión, que no se ha realizado de manera integral desde 2007, aunque en el 2012 hubo una de seguimiento, justo después de que nuestro país recobrara la Categoría 1 de la FAA, que en el 2010 había degradado a México.
En realidad, no hay nada complicado en cumplir con los estándares que la OACI ha establecido en sus diversos anexos a lo largo de los años. De hecho, México ha firmado dichos anexos y el cumplimiento de los mismos está bajo la jurisdicción de nuestras autoridades. El problema, como suele suceder con este tipo de tratados, es que una cosa es comprometerse en un foro internacional y otra muy distinta asignar los fondos requeridos para cumplir.
En el fondo, el asunto es de dos órdenes: por un lado, es la forma como el Estado mexicano asume sus prioridades. Por el otro, es qué recursos se le asignan a estos compromisos para ser cumplidos.
Pero también se trata de entender para qué sirve la aviación. Como bien dice el director regional de OACI, el efecto multiplicador de la aviación debería ser suficiente para que se le considerara un sector prioritario, como ocurría en el pasado, ya que por cada empleo formal se generan 8 empleos indirectos en cascada, casi todos relacionados con el turismo, que es uno de los ejes de desarrollo económico más importantes del país. Otros dos son el comercio y las remesas, ambas actividades también relacionadas con la aviación.
Por eso es indispensable que el gobierno federal vuelva a repensar el lugar que se le está dando al transporte aéreo en el presupuesto. Tener que desembolsar millones de pesos cada vez que hay una revisión, como la de la FAA o la OACI, no ayuda porque no se está valorando lo que en verdad representa este sector que, lejos de ser una actividad “para ricos” como dicen quienes desconocen su importancia, es un multiplicador de empleo, divisas y riqueza, que bien puede nutrir justamente la redistribución hacia los sectores más vulnerables.
Entre los puntos más sensibles que hay en este momento, está la investigación de accidentes, que es una asignatura pendiente desde hace muchos años y que requiere una reestructura amplia para darle autonomía formal y presupuestal a esta área; la cuestión del tránsito aéreo, hoy en uno de sus peores momentos en toda la historia de la aviación mexicana y el tema de la institucionalización de la AFAC, que ahora trabaja de la mano de OACI para que lograr una mejora sustancial.
Lo oí en 123.45: Mexicana de Aviación cumplió ayer 100 años desde que fuera fundada la primera empresa que le dio vida. Su legado merece un mejor futuro y es urgente. E.mail: raviles0829@gmail.com
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