La Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA) está cumpliendo 13 años de vida. En la época de su fundación, la industria aeronáutica y aeroespacial en nuestro país era casi desconocida para el público en general. Sólo aquellos directamente involucrados o los muy curiosos, se enteraron de su existencia, porque esta actividad sonaba a algo muy complicado que sólo existía en los países muy desarrollados. Sin embargo, en México ya había iniciado actividades desde hace más de medio siglo en Tijuana y después en otros estados de la República.
Hoy en día, FEMIA representa a 120 de las casi 400 empresas del sector. En el año 2007 empezó con sólo 18, y ahora no solo celebra un aniversario que ratifica su crecimiento: el organismo está aprovechando la crisis de pandemia para avanzar en el posicionamiento mundial que a nivel productivo tenemos como país. Y aunque las posibilidades de que México continúe desarrollándose en el campo aeronáutico y aeroespacial enmedio de la crisis que golpea a todo el sector son muchas, no hay garantía de nada.
Esta industria está catalogada prácticamente en todo el mundo como una actividad esencial que funciona por medio de una amplia cadena de suministro; tras el Covid, los grandes productores de aeronaves y líderes del mercado, se están replanteando las estructuras de sus cadenas productivas.
Así, se dieron cuenta de que tener una sola fuente de producción, por ejemplo en Asia, la primera región que sufrió el impacto del virus, significa depender de una sola oportunidad para atender parte de una cadena productiva enorme, como es la manufactura de aeronaves. Esta práctica, también conocida como “single source” es la base sobre la cual la industria se replantea y busca diversificar sus cadenas de suministro, de tal forma que no dependan exclusivamente de un proveedor o una región y es ahí donde FEMIA vislumbra oportunidades para México, aunque seamos un proveedor relativamente nuevo en esto.
De acuerdo al director de FEMIA, Luis Lizcano, para lograr una mayor participación en la industria mundial global, requerimos primero, no perder el foco de los objetivos fundamentales: desarrollo de talento, desarrollo tecnológico y de innovación para la industria. Y segundo, trabajar conjuntamente entre organizaciones, empresas, gobierno a distintos niveles, trabajadores e instituciones educativas, con una política competitiva para la buena toma de decisiones.
Y no la tenemos fácil, muchas empresas con las que competimos directamente tienen acceso expedito a capital, ya sea otorgado por sus gobiernos en subsidios o por la iniciativa privada, les prestan 100 y tienen que regresar 98 o 97; por el contrario, México entra a esa competencia con una Banca de Desarrollo que tiene tasas de interés del 17 o 18% y eso impacta a la hora de adquirir tecnología o bienes de capital para poder producir.
Y aunque tenemos esa desventaja, por otro lado también pertenecemos a tratados internacionales que nos ayudan, como el BASA o el T-MEC, que podemos aprovechar. Felicitaciones a FEMIA, y en especial a Luis Lizcano y su equipo: el esfuerzo ha sido notable.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables, resarcirle a los trabajadores su patrimonio y dejar de culparlos por el quebranto.
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