El pasado 8 de agosto, la aerolínea SAS (Scandinavian Airlines) operó su vuelo SK4700 con 158 pasajeros abordo, que salió de Niza, Francia a itinerario y aterrizó en el aeropuerto de Oslo, Noruega, un minuto después de que entrara en vigor una disposición oficial de cuarentenas obligatorias, de forma que los viajeros tendrían que pasar 10 días en resguardo domiciliario… o en su hotel, si se tratara de turistas.
El asunto no es menor. Entre las dificultades que la pandemia le ha traído a la aviación hay una que está no sólo afectando a la recuperación del sector, sino que amenaza con descarrilar la confianza que los viajeros tienen en el sistema de transporte aéreo: la incertidumbre de los horarios publicados que, a la hora de la verdad, o no se cumplen o si se cumplen, pueden incluir malas experiencias para los pasajeros, como fue el caso de los viajeros de SAS.
Pero, además, hay datos acerca de que la diferencia entre los horarios publicados por aerolíneas y sus vuelos reales, tienen enormes disparidades a raíz de las dificultades de la pandemia. Todo se complica: los constantes cambios de políticas de los países para cerrar espacios aéreos, dejar que entren sólo algunos vuelos de acuerdo con el ranking de sanidad en sus países de origen, la imposición de cuarentenas e incluso la obligación de regresar en el siguiente vuelo al aeropuerto de inicio, son algunos de los problemas que están enfrentando los pasajeros. En muchos casos, las restricciones se publican con sólo 6 horas de antelación, lo que deja a los pasajeros sin opciones.
De acuerdo con un estudio de la consultora ICF, existe una enorme disparidad entre las operaciones reales y los horarios publicados en diversas aerolíneas. Algunas, incluso, llegan a un nivel de incumplimiento del 88%. Esto, desde luego, está influyendo negativamente en el ánimo de los viajeros, puesto que muchas Compañías Aéreas, además, han dejado de cumplir sus compromisos de no penalizar a los pasajeros que adquirieron boletos y después debieron cambiar o cancelar sus viajes debido a estas restricciones.
El estudio menciona que, inclusive, países que han disminuido significativamente sus casos de Covi-19, muestran un desajuste entre los vuelos programados y los realmente operados. Es el caso de China, Corea del Sur y Japón, donde el porcentaje de cumplimiento es de entre 40 y 60%; China está en esa media, mientras que Corea, que tenía entre 85 y 97% de cumplimiento hasta febrero, a partir de marzo bajó su nivel al 50-60%. El caso de Japón es aún más grave, pues su porcentaje está entre 18 y 30% de cumplimiento, cuando hasta marzo su récord era de 90%.
Las aerolíneas estadounidenses son las que están cumpliendo mejor con sus objetivos pues aunque su porcentaje estaba en 50% éste sólo fue durante tres semanas, además de que las empresas de EU cumplen cabalmente con el respaldo de servicio a sus clientes, requerido por el DOT, sobre todo gracias a la Ley de Ayuda, Recuperación y Seguridad Económica por Coronavirus (CARES).
Es una pena y sin embargo, las aerolíneas tendrán que adecuar sus promesas de servicio a la nueva realidad y adaptar tanto sus horarios publicados como su flexibilidad ante sus pasajeros. El sector lo necesita.
E-mail:raviles0829@gmail.com
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