En los meses recientes hemos visto en la industria aérea diversos casos en los que la información se filtra y luego es desmentida o matizada por las empresas perjudicadas. Estamos en la era de la información inmediata y no hay dato de interés público que no esté sujeto a difundirse inmediatamente, pero en la industria aérea es particularmente importante tanto consultar a las fuentes como que la información de las empresas sea consistente. La seguridad es lo primero, de manera que los datos correctos son insumo fundamental.
Los casos más conspicuos han sido los de Boeing (B-737 MAX), Avianca, Interjet y Emirates, entre muchos, aunque éstos han llamado más la atención tanto por la cercanía con nuestro país como por su importancia global.
Aún es poco lo que se sabe de lo que realmente ocurrió con el 737 MAX y el software MCAS. Pero lo que ha salido a la luz tanto en el New York Times, como en las sesiones del Congreso de EU y las declaraciones de los funcionarios actuales de la Agencia Federal de Aviación, sugieren que sí hubo errores en el diseño de este modelo, sea por las razones que sean, lo cual tuvo un efecto directo en la operación y los accidentes resultantes.
Suponemos que muy pronto habrá más detalles y sobre todo, que la Boeing logrará salir avante de este grave tropiezo. De hecho, acaban de anunciar la creación de un comité que analizará permanentemente los posibles problemas de diseño y desarrollo de los nuevos modelos, el cual reportará al Consejo para tener mayor transparencia.
Dos de los casos que en cierto modo se parecen, son el de Interjet y Avianca. Desde hace meses que se filtraron informaciones sobre los problemas de la aerolínea mexicana con los trabajadores, mediante un video donde se aprecia a su nuevo director en una ríspida conversación. Semanas después se anunció que la caja de la empresa sería intervenida por el SAT, a lo cual se presentó un amparo. El texto del recurso jurídico fue filtrado como “virtual quiebra técnica”, que la aerolínea se apresuró a desmentir.
Algo muy similar ocurrió con Avianca, cuyo presidente del Consejo, Roberto Kriete, dijo a los miembros de este órgano directivo que la empresa estaba quebrada, por lo que no había dinero ni para pagar a proveedores. Desde luego que esto provocó el desplome de sus acciones, pánico entre acreedores y el inmediato desmentido a lo que todo el mundo escuchó.
Otro de los casos sonados ha sido la revelación de que la aerolínea Emirates ha recibido subvenciones de su gobierno. Sobre el particular, hay varias fuentes de información que señalan que las aerolíneas de Emiratos Arabes Unidos y Catar reciben apoyos que el resto de las empresas aéreas no tienen, por lo cual la competencia no es pareja. Están los datos de la iniciativa Open and Fair Skies y European for Fair Competition, de Estados Unidos y Europa, respectivamente, los cuales fueron entregados a sus gobiernos.
Pero aún más, están los datos de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) de junio de 2019, que muestran cómo las ganancias de las aerolíneas del medio oriente han descendido hasta el punto de ser negativas y desde luego las pérdidas netas que se registran en estos años. Un dato clave de IATA es el monto de USD400 mil millones que las empresas de la región han destinado a comprar flotas entre 2005 y 2020 y USD100 mil millones más para aeropuertos.
Desde luego que el problema no es que existan estos datos, sino que su difusión se etiquete como campañas aviesas y no como una realidad a enfrentar. En ese sentido, Boeing está dando el buen ejemplo.
Lo oí en 123.45: No se sabe si Mexicana regrese a volar, pero es probable que el MRO se venda para liquidar a los trabajadores. Algo es algo. E-mail: raviles0829@gmail.com
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