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20/11/2024

¿Turbulencia en aire claro?

Rosario Avilés / Martes, 14 Febrero 2017 - 09:51

Por estos días estamos viviendo acontecimientos en la aviación que nos obligan a retomar el proyecto de la política de Estado en materia de aviación y de industria aeronáutica. No es sólo la turbulencia Trump, es un entorno de incertidumbre que llega en el momento en que –pensábamos- México y Estados Unidos estarían inaugurando una época de auge con el nuevo bilateral.

Es una pena que sea precisamente en este entorno cuando se dé la compra de las acciones de Aeroméxico por parte de Delta. La megatransportadora estadounidense acaba de anunciar que va por las acciones que le hacen falta hasta completar el 49 por ciento. Un porcentaje que, por cierto, fue aprobado a las volandas en el Congreso para permitir que la línea insignia no cayera en falta pues antes sólo podría haber llegado hasta el 25 por ciento.

No obstante, los muchachos de Ed Bastian ya han estado incursionando en su nueva adquisición, con puestos de alta responsabilidad que les permiten conocer por dentro lo que ocurre en la aerolínea del Caballero Águila. Y es casi seguro que los cambios seguirán dándose en los siguientes meses y que veremos una reasiganción de rutas, frecuencias y prioridades que habrán de marcar el entorno en que la nueva joint-venture transitará en el futuro.

No sabemos, sin embargo, lo que pueda ocurrir en los siguientes meses con la política aérea del nuevo gobierno estadounidense. En lo que terminamos de descifrar la estrategia de la administración Trump, que hasta ahora sólo se ha ensañado con México y los siete países musulmanes vetados, tendremos que estar atentos a lo que suceda con las supervisiones de la Agencia Federal de Aviación (FAA) que ya en el pasado nos ha dado muchos dolores de cabeza con sus clasificaciones de “categoría 1 y 2”.

Si se corrobora que el “negro” de la feria será sólo México, con una estrategia de dividir al resto de América Latina para debilitarnos aún más, tendríamos que repensar nuestra postura con un bilateral tan generoso y tal vez activar alguna salvaguarda que impida que nuestro tráfico binacional termine casi sólo en manos estadounidenses.

Y si no es así, también tendremos que tomar precauciones. Es indudable que los vientos favorables ya cambiaron y que México debería diversificar también sus acuerdos en materia de transporte aéreo para no estar sujetos a los vaivenes de este socio que puede variar de humor. No desestimemos lo que pudo haberse dicho en la reciente reunión que sostuvo Trump con las aerolíneas de su país.

Y algo similar deberemos considerar para el sector aeronáutico y aeroespacial. En este rubro tendremos que ser también cautelosos, aunque mucho nos ayuda el que esta industria tenga inversiones un poquito más diversificadas.

Nunca como ahora es necesario que establezcamos una política de transporte e industria aérea. Pero requerimos una política integral, consensuada. Se sabe que las aerolíneas comerciales tienen su agenda y la están empujando en el Congreso, pero es indispensable que se tenga una visión amplia que no desestime otros ángulos, empezando por el profesional y siguiendo por las necesidades de aerolíneas que, o no están en Canaero o no son mexicanas, y también tienen mucho que ofrecer al país.

En esta turbulencia (o trumpulencia) tendremos que estar preparados con alternos y manual de procedimientos de emergencia. Un piloto experimentado solía decir que para un buen profesional no hay aventuras… todo debe estar bien estudiado y las alternativas incluyen una sólida política que, manejada desde nuestras autoridades, logre darle estabilidad a nuestra nave, no importa qué tan fuerte sea la tormenta.

Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio. E-mail: raviles0829@gmail.com; twitter: @charoaviles

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