Nunca como en el caso de los consumidores y sus derechos le ha quedado tan claro a la industria del transporte aéreo en México, la importancia de buscar un sano equilibrio entre diversas partes. Como en el caso de los trabajadores, los reclamos de los usuarios del transporte aéreo son válidos y los puntos a negociar son esenciales.
Recientemente, la Cámara Nacional del Transporte Aéreo (Canaero) recibió la propuesta de algunos diputados para legislar en torno a los derechos de los consumidores. Esto no es nuevo: Europa, Estados Unidos y muchos otros países han estado inmersos en esta discusión. Muchos usuarios se quejan de que hay demoras, cancelaciones y sobreventa de boletos. Las tres cosas son, por desgracia, inherentes al servicio de transportación aérea.
¿Por qué? Porque el transporte aéreo crece más rápido de lo que lo hace la infraestructura; porque muchas veces una ruta determinada no es rentable y tal vez en un vuelo a un destino no muy concurrido, que por ejemplo tiene asignado un avión de 100 o más pasajeros, puede haber apenas 3 o 7 boletos vendidos.
Porque hay lluvias o tormentas y las pistas se inundan, las aves se quedan atoradas en las turbinas, los aeropuertos se saturan y porque el índice de cancelaciones de última hora en el transporte aéreo es récord: alcanza en promedio el 10 por ciento en una industria cuyo factor de ocupación es crítico y la rentabilidad no alcanza aún ni los mínimos del mercado de valores gubernamentales (Cetes).
El caso es que los viajeros se quejan, con mucha razón, de que los dejan en tierra y sus vacaciones o sus negocios se alteran, cuando no se cancelan del todo, debido a un problema que parece ser “normal” en el mundo de la aviación, pero que para ellos significa pérdidas las que, sumadas, hacen millones de pesos.
Es por ello que los legisladores decidieron entrar en acción y piden castigos ejemplares para las empresas aéreas que dejen en tierra a los usuarios que han pagado sus boletos. Multas, ceses y hasta revocación de concesiones son palabras que se han escuchado en los pasillos de San Lázaro.
Canaero decidió elaborar una propuesta para solicitar cambios al marco jurídico que tiene más de 20 años. Inspirados en la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), y en particular la Comisión Latinoamericana de Aviación Civil (CLAC), así como por la normatividad sugerida por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), la Canaero propone un “mínimo común denominador” que incluye diversas variables, como son la necesidad de que el usuario se informe de lo que realmente está comprando en cada tarifa, quién es el operador del vuelo y los derechos a no ser discriminado, a la seguridad, a la educación, calidad y compensación.
Se trata de reformar los artículos 49, 52 y 62 de la Ley de Aviación Civil para que el pasajero conozca qué parte de lo que paga es tarifa y qué parte impuesto; garantizarle la compensación por demora en diversos grados (2, 4 y 6 horas), o cancelación, que incluye buscarle alternativas, o darle alimentos y hospedaje, así como pagarle un porcentaje adicional por las molestias.
Desde luego habrá que establecer si las demoras y cancelaciones son o no imputables a la aerolínea y habría que explicitar las obligaciones del usuario, entre las que se incluye llegar a tiempo y obedecer las disposiciones de seguridad del transporte aéreo.
Aún falta consensar con los legisladores y el gobierno, pero esperamos que pronto se llegue a un buen acuerdo en beneficio de usuarios y operadores.
Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio. E-mail: raviles_2@prodigy.net.mx; twitter: @charoaviles
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