Dos consecuencias de la pandemia se combinaron para hacer estos unos años destacados a nivel de mi bitácora de vuelos como pasajero, en particular a lo que toca a la colección de tipos de aeronaves en las que he tenido la oportunidad de volar, listado al que pude agregar dos muy interesantes modelos: el Airbus A350-900 y el Boeing 787-9, aeronaves por ahí consideradas rivales, si bien hay quienes opinamos que en el sentido estricto fueron concebidas para misiones diferentes.
Lo que definitivamente queda claro es que ambas están a la vanguardia en lo que toca a las tecnologías y materiales empleados en ellas y prestaciones operativas, economía y comodidad para el pasajero que ofrecen al mercado.
¿Y cómo le fue a este analista de lo aéreo en sus experiencias de vuelo con ambos modernos modelos?
Si bien al 787, concretamente a su versión 8, lo pude probar hacia los años 2013 y 2014 haciendo cuatro despegues y aterrizajes en tres aeropuertos diferentes en los colores de Aeroméxico, no se me había hecho posible volar en un 787-9, algo que finalmente ocurrió también en los colores de la misma compañía, luego de haber realizado un vuelo tres días antes en uno de sus 737 MAX-9 gracias a esa extraordinaria oferta de equipos que tiene en la ruta con más demanda del aerotransporte mexicano: la México-Cancún-México, en la que se han contabilizado hasta 4 rotaciones al día con el muy popular “Dreamliner”.
Recordemos que con su A350 Airbus dio respuesta a la revolución que generó su competidor constructor norteamericano en el mercado del aerotransporte internacional de larga distancia, con su modelo 787, dando como resultado una aeronave que irónicamente en realidad no pelea con el “Dreamliner”, sino que se ubica en una superior, en particular en lo que toca a capacidad, algo que virtualmente obligó a las aerolíneas a considerar mucho más seriamente al Airbus A330, frustradas por las largas filas de espera en las entregas por parte de Boeing.
Me da la impresión que mis vuelos en 787 y dos en A350, estos últimos México-Madrid-México en Iberia, aportan material suficiente a quien firma esta nota para tratar de responder esa pregunta que invariablemente me han hecho mis allegados al enterarse de la oportunidad de haber podido evaluar (y comparar) la experiencia de haber volado en ambos modelos y que va en el sentido de ¿cuál de ellas me parece mejor, por lo menos desde la perspectiva del pasajero?
Trataré de responderla: Debo reconocer que la reputación de modernidad y confort que acompañan los comentarios que este analista había leído respecto al A350 estaba presente en mi mente a la hora de abordarlo, desgraciadamente el modelo me decepcionó por lo menos en lo segundo, no así el 787 que nuevamente me dio razones para seguir considerándolo, como muchos otros analistas lo hacen, revolucionario y particularmente atractivo. Quizás mi evaluación se vio influida por la configuración y modelos de servicio de las operadoras, aún así, por más que traté de verlos como modelos genéricos y no como parte de cierta flota en particular, no pude dejar de sentir que el de Airbus me dejó a deber como pasajero.
La pregunta es obligada: ¿qué opinan las aerolíneas de estas dos aeronaves? Es más, algunas operan ambos modelos. Quizás esa información resultaría muy interesante, como me perecería saber, ¿qué opina usted estimado lector o lectora que haya tenido el privilegio de volar en ambos?
¿Cuál le ofreció una mejor experiencia?
¡Cuénteme!
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