A partir del año 1910, en que se realizó el primer vuelo en los campos de Balbuena, en la Ciudad de México, surgió la idea de construir el aeropuerto de la gran metrópoli mexicana. La inauguración oficial ocurrió en noviembre de 2011. El aeropuerto ha sido objeto de muchas modificaciones, varias de ellas de gran envergadura. La fisonomía actual de la principal terminal aérea del país pasó por varias etapas. La que me tocó constatar fue la de las posiciones de lo que hoy podrían llamarse semiremotas, que consistía en llegar a pie a la entrada al edificio terminal. Quien quisiera tener una mejor idea de cómo eran estos accesos a los aeroplanos, allá por los años sesenta, piense en pasillos franqueados por cercas tubulares de color rojo.
Así como el aeropuerto de la ciudad capital evolucionó, pero con pistas de aterrizaje y de rodaje pavimentadas, los campos aéreos del interior de la República estaban hechos de terracería. Es prudente pensar en el contexto de la aviación en el país en aquel entonces, los aeroplanos más modernos eran propulsados por hélices y de esa manera era posible operar sin la amenaza de que los motores pudieran ingerir piedrillas y dañarse por este motivo. Las principales líneas aéreas del país contaban con aviones de hélice, por lo cual, el que volaran en pistas pavimentadas o de terracería, prácticamente no hacía gran diferencia. Las primeras pistas que se construyeron fueron la 05/23 y la 13/31, en 1949 se iniciaron los trabajos de ampliación del aeropuerto y para noviembre de 1952 se inauguró, como tal, el AICM, fue entonces que se construyó la 05D/23I.
La necesidad de comunicar al país, tal como estaba ocurriendo en el mundo, se dio principalmente por medio de los trenes, los tendidos ferroviarios llevaban mucho tiempo y la utilización de mucha mano de obra. Por otro lado, los países con orografía accidentada, como México, encarecía en grado extremo el crecimiento de la infraestructura ferroviaria. La mejor opción era la aviación, así que por ahí había que buscarle. El número de aeropuertos en el país pronto alcanzó los dos dígitos y la operación de la aviación nacional se realizaba de la manera más segura. El número de operaciones ameritaba aeropuertos de solo una pista, pavimentada o de tierra, pero solamente una pista, una plataforma y solo calles de rodaje mínimas. El diseño de los aeropuertos contemplaba calles de acceso a la pista; posteriormente, para hacer más expeditos los despegues, se construyeron calles de rodaje paralelas, ni quien pensara en pistas paralelas. El único aeropuerto en México que construyó una pista paralela fue el AICM, pero sin la ventaja de operar ambas pistas de manera simultánea. Las necesidades operativas no lo ameritaban. De igual manera, las autoridades locales no fueron capaces de contener el crecimiento de la mancha urbana para separar más las pistas.
El 26 de marzo de 2008, fue inaugurada la terminal dos del AICM. Es el principal aeropuerto del país y es parte del SAM, Sistema Aeroportuario Metropolitano. Los otros aeropuertos son el de Toluca y, el tercero del sistema, es el AIFA, aeropuerto de Santa Lucía. Se espera que estos tres cubran la demanda de pasajeros de manera satisfactoria en el mediano y largo plazo. Al paso de los años, la inestabilidad del terreno ha hecho de las suyas y el edificio de la terminal dos ha sido sujeto de movimientos, que han derivado en daños importantes en muros y losas. De igual forma, las pistas y calles de rodaje han tenido fallas que amerita que se atiendan de inmediato para evitar daños mayores. Los protocolos de revisión de todo el aeropuerto ha ido dejando al descubierto algunos otros daños que deben repararse para poder decir que las operaciones en el AICM son seguras.
Es importante tomar en cuenta que el plan de operación aérea para el valle de México contempla tres aeropuertos, ni más ni menos que los mencionados arriba. No se pretende eximir a ninguno de ellos de la planeación de las operaciones en la capital mexicana. Es más, ninguno de ellos puede absorber la totalidad de las operaciones del principal, del AICM, aunque lo deseable es que se utilice más el AIFA, es claro que este debe crecer de manera programada y gradual en atención de vuelos. Los planes de crecimiento del número de vuelos del AIFA van conforme a lo previsto, deben construirse una mayor cantidad de puertas de embarque/desembarque. Por supuesto que la intención es seguir contando con el AICM, pero no es posible seguir teniendo un aeropuerto con los daños que se tienen en el edificio terminal. Las reparaciones al edificio se han programado, y el mantenimiento de las pistas será también llevado a cabo. Por tal motivo, las operaciones aéreas se verán afectadas, ¿en qué proporción? No lo sé, eso lo decidirán las autoridades correspondientes. Por supuesto que se verá que se afecte lo menos posible a los usuarios.
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