A raíz del último acontecimiento, a todas luces inconveniente, complejo y apabullador realizado por un grupo de pilotos de Aeroméxico, azuzados, aparentemente, por un controvertido piloto y funcionario sindical de primer orden y secundado por algunos otros miembros importantes de la legendaria Aspa de México, se han generado infinidad de noticias, ciertas algunas, empero sin fundamento gran parte de ellas. Los sentimientos encontrados generados por la afrenta al orden y la paz que ya era costumbre en la línea aérea nacional, las opiniones, que no llegaron más allá de ese estatus, generaron un clima de confusión y la guerra de noticias fluyó de manera desmedida y se crearon tesis francamente fantasiosas.
Por ahí decía una nota que los pilotos rijosos habían sido separados de la empresa por la misma empresa. También que la autoridad aeronáutica, la DGAC (Dirección General de Aeronáutica Civil), les retuvo las licencias a los aproximadamente setenta pilotos que no quisieron presentarse a sus vuelos, provocando enormes demoras con significativas afectaciones a la secuencias de vuelos que normalmente son programados a los aviones. Se habló, de igual manera, de la existencia de problemas internos en la organización sindical que habían sido los causantes del enojo de quien encabezó el aludido movimiento.
Aquí caben varias aclaraciones necesarias para entender bien la problemática que se suscitó. La empresa no corrió a quien organizó el paro, no lo puede hacer así como así, no obstante que se trató de un paro loco, sin el consenso de la mayoría de los pilotos. Aunque el nivel jerárquico de la secretaría de trabajo y conflictos es cupular, esta no tiene la capacidad legal de organizar ningún movimiento que afecte, como fue este caso particular, a la fuente de trabajo de manera significativa (se habla de pérdidas de alrededor de cien millones de pesos y diez mil pasajeros afectados de diferente maneras). En tal caso esto debió salir desde el seno del comité ejecutivo de la asociación y, en ultima instancia, de la mayoría de los pilotos reunidos en Asamblea General.
Lo que la empresa hizo o debió hacer era reclamar a los pilotos que se dijeron engañados por el dirigente mencionado que les “obligó” a no presentarse a sus servicios, en este punto sería conveniente poner varios puntos sobre varias “ies”. La responsabilidad de los vuelos y que viene inscrita en las leyes aplicables es del Comandante asignado a un determinado vuelo, de nadie más, nada tiene que ver que alguien, quien sea, venga a tratar de “convencer” al piloto en función de Comandante de tomar alguna acción que perjudique el desarrollo del vuelo que le fue asignado. Para ser claros, el responsable de la afectación al vuelo es el piloto que se negó a realizar su trabajo, máxime que no mediaba razón de peso para hacerlo, no es del individuo que supuestamente lo azuzó.
Lo que ocurrió fue que la parte sensata del sindicato, encabezada por el secretario general, los que ni sabían del ilegal movimiento, al ver la enorme afectación que además de dañar a la empresa lo hizo de manera seria al prestigio que hace mucho tiempo viene acusando Aspa de México, recurrieron a los estatutos internos para pedir una investigación a fondo de la actitud del secretario de trabajo y algunos otros que evidentemente se llevó a cabo al margen de la ley y de los propios lineamientos sindicales.
Para realizar esto fue necesario que los capitanes involucrados en la investigación se retiraran de sus puestos de manera temporal para que la investigación se efectuara sin demora y sin algún tipo de presión. Si, derivado de esta investigación, se encuentra con que los capitanes incurrieron en faltas a los estatutos, en desobediencia a ellos, podría iniciarse un proceso de expulsión del seno sindical, en ese caso de manera automática serían separados de la empresa. Cabe, también, aclarar que ese tipo de procesos son muy largos, tediosos y se involucran muchos actores.
Por otro lado, lo que se dijo acerca de la “orden” del director de aeronáutica civil de mandar a los pilotos faltistas a revisión médica es una balandronada. Mira qué castigo es que revises a setenta pilotos médicamente cuando existen procedimientos y tiempos para comprobar el estado físico de las personas, ¿será eso un castigo real? La que se afectará terriblemente es la empresa ya que el sacar de sus secuencias de vuelos a tan alto numero de pilotos en el mes más conflictivo del año, los obligará a afectar vuelos ya asignados. Entonces, ¿quién será el más perjudicado, el piloto, la compañía, el sindicato? Los realmente afectados serán, de nueva cuenta, los usuarios que francamente ya no merecen más afectaciones.
Los evidentes problemas internos de la asociación de pilotos no empezaron ayer, las diferencias de opiniones e intereses a los diferentes grupos se desbordaron y en lugar de servir para reforzar los ideales de grupo, lo perjudicaron moralmente. Acerca del piloto con el supuesto tumor en el cuello, por cierto, despedido de la empresa, tiene derecho y merece que su caso sea llevado por la representación sindical, a saber, por el secretario de trabajo, pero de manera pacifica y sin apartarse de los procedimientos legales establecidos.
Por la forma en como se hizo, alejó la posibilidad de que sea reinstalado pronto, esto sin olvidar que la empresa, sin razón, considera al piloto que faltó de la misma manera que lo hace con alguien que fue separado por faltas de disciplina. Tu estás siendo atendido por los médicos, ya sea en el IMSS o de manera particular y la empresa prácticamente te separa de tu trabajo, te retiene el salario y será hasta que logres obtener una incapacidad retroactiva (engorroso y largo procedimiento burocrático en tu clínica del IMSS) cuando te reanude el salario, esto es pésimo por parte de la compañía, es algo que se debe tratar de manera diferente.
Cuando emergen problemas de este tipo, la guerra de las declaraciones y las mentiras no se hacen esperar, recordemos que en un país que se supone se cobija a la sombra de un estado de derecho tiene, forzosamente que atenerse a reglas ya establecidas y concordadas y consensuadas entre los diferentes grupos, antagonistas o no. A pesar de todo, los hechos y sus posibles y esperadas consecuencias deben hacernos recapacitar que más te vale que transites por la derecha, conozcas lo que sucede si te apartas de lo que rigen los cánones comúnmente aceptados y, sobre todo, tengas en cuenta quien es el principal afectado.
Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad del autor.
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