Como ya sabemos todos, el mundo de la aviación ha experimentado un parón significativo. Pero no todo son malas noticias. La aviación comercial lleva muchos años gozando de una buena salud y de una experimentada normalidad.
Mientras que Europa y Estados Unidos han consolidado su posicionamiento, otros continentes con desarrollos históricamente más estancados, caso de Asia, han sido un potencial tanto en el sector doméstico como internacional.
Una economía creciente y robusta ha traído un aumento exponencial de la clase media, con un mayor poder adquisitivo, y por ende, las ganas y las posibilidades reales de viajar. Esto ha hecho que las necesidades de nuevos profesionales y el incremento del tráfico aéreo en la zona Asia-Pacífico aumenten día a día.
El avión es el medio de transporte más eficiente y rápido para transportar tanto mercancías como pasajeros lo que hace que el crecimiento comercial se haya constatado y corroborado en los últimos años.
Aunque la pandemia ha frenado y paralizado la economía global, el hecho es que la aviación comercial es unos de los motores que mueve el planeta, y esto es indiscutible. No obstante y según recientes estudios, en el año 2030 se prevé un incremento de profesionales y de aeronaves en torno a un 20% respecto a los datos del año 2019.
¿Qué quiere decir esto?, que el transporte aéreo sigue estando en la “pole position” de los medios de transporte siendo además el termómetro de las economías estatales. La simbiosis entre las viejas economías y las emergentes está dando como resultado una expansión controlada pero inequívocamente en alza en este tipo de transporte. Y lo más importante, lejos de retroceder, su madurez ha cerrado un ciclo para entrar en la nueva era: una era sostenible, respetuosa y eficaz que llegará tan lejos como el sector se proponga.
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