A lo largo de muchos años de ejercicio profesional en la industria aérea he tenido el privilegio de trabajar y hacer grandes amigos en AFAC.
Algunos de ellos todavía trabajan hoy en día en la Agencia y los reconozco como profesionales con voluntad para hacer las cosas bien pero que no tienen los recursos suficientes ni adecuados para realizar su trabajo.
En varias ocasiones hemos tenido la oportunidad de platicar y reflexionar sobre todos esos problemas que aquejaban a la anterior DGAC y que hoy tristemente siguen siendo los mismos y aún mayores en la nueva Agencia Federal de Aviación Civil Mexicana.
De entrada nos cuesta mucho trabajo entender una dirección y administración militar llevando las riendas de una Agencia Civil de Aviación.
En el mundo hay varios ejemplos de sonados fracasos cuando la Aviación Civil ha sido manejada por las Fuerzas Armadas.
Hay que insistir en que la mayoría de los militares Mexicanos a cargo de nuestra autoridad aeronáutica son profesionales bien preparados y con experiencia, pero su formación castrense los mantienen en una cultura diferente alejada de las necesidades de una industria aérea que requiere de personal formado civilmente.
De acuerdo a lo anterior, sus decisiones, que podrían encajar muy bien en una base militar, no siempre son las adecuadas cuando hablamos de cuestiones que tienen que ver con la regulación, vigilancia y manejo de la aviación comercial y todos sus complejos procesos.
Ya hemos comentado el ejemplo que se refiere a cuál sería el resultado que podría dar sin un civil estuviera al mando de una Base de la Fuerza Aérea , seguro sería un verdadero desastre en todos sentidos.
Hace unos días pudimos leer encabezados que hablan de que la AFAC nuevamente está “reprobada” y de verdad que no nos sorprende porque su funcionamiento ha sido cuestionado por expertos de todas las áreas y cada día hay pruebas contundentes de que las cosas no se están haciendo bien.
Ya lo dijimos desde hace muchos meses y en varias ocasiones aquí mismo y lo comentamos de nuevo, AFAC requiere urgentemente de presupuesto, tecnología moderna y lo más importante, requiere de personal calificado, honesto, bien entrenado, con experiencia y voluntad de servicio y todo eso depende únicamente del Gobierno Federal.
Los vicios existentes que se han apuntado a 5 años de la formación de la Agencia y que fueron la razón para terminar con la anterior DGAC siguen vigentes y lo que es peor, se han agudizado en las diferentes áreas de la Agencia a pesar de los esfuerzos de su director, el General Vallin Osuna quien, debemos a decir, no cuenta con los recursos necesarios que ya hemos ya comentado.
México empieza a hacer sus pininos para participar en la industria aeroespacial por lo que no nos podemos dar el lujo de que la AFAC que es la autoridad reguladora y vigilante de los procesos de nuestra industria aérea comercial se quede décadas atrás y sea disfuncional en muchos sentidos.
Hoy no existe una sola área de la Agencia Federal Mexicana que no tenga todo tipo de problemas de funcionamiento lo que está impactando todos los días y de muchas maneras todos sus procesos.
En el departamento de Licencias a personal técnico, Medicina de Aviación, Escuelas, permisos, Investigación de Accidentes, CIAAC, etc., existen problemas estructurales y vicios de todo tipo que afectan el trabajo a pesar de la buena voluntad de muchos de sus trabajadores.
Si a lo anterior le aumentamos la falta de voluntad del gobierno Federal para arreglar las cosas y dotar a la Agencia de los Recursos Humanos, tecnológicos y presupuéstales que necesita pues tenemos un panorama muy negro que seguramente de nuevo nos va a meter en problemas futuros de categoría en subsecuentes auditorias.
La AFAC cuenta hoy con un presupuesto cercano a los 700 millones de pesos, apenas suficiente para cubrir los de sueldos de sus trabajadores.
Nuestra aviación comercial está creciendo a buen ritmo pero la AFAC no está a la altura de sus necesidades y esto sigue representando un enorme obstáculo.
Entendemos las necesidades que tiene la administración militar para poder cumplir su trabajo pero también hay que aceptar que no han podido con el paquete.
Si la AFAC estuviera haciendo el trabajo que le corresponde con eficiencia nuestra aviación estaría en la zona de crecimiento acelerado con todos los beneficios sociales y económicos que ello representa para nuestro país.
Debemos insistir en la necesidad de una política aérea de estado impulsada por todos los actores del sector aéreo conjuntamente con el Gobierno Federal para garantizar, entre otras cosas, autoridades eficientes y una industria aérea competitiva a nivel mundial.
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