En este justo momento miles de aeronaves comerciales y ejecutivas sobrevuelan los espacios aéreos y los Océanos de todo el mundo.
7 mil millones de pasajeros son transportados cada año con un índice de seguridad del 99.90% y alrededor de 335 mil pilotos están sometidos a los controles de todo tipo de aeronaves que hoy tienen las aerolíneas comerciales de todo el planeta.
Cada uno de esos pilotos ha debido pasar el curso correspondiente en las academias de vuelo y después también han sido capacitados de acuerdo a las más estrictas normas internacionales.
La carrera de un piloto comercial o ejecutivo no es sencilla y representa un verdadero reto, aunque debemos decir que es una profesión que deja grandes satisfacciones.
Un piloto de aerolínea está sujeto a un pesado entrenamiento y todo tipo de exámenes de tierra, donde debe demostrar sus conocimientos sobre los sofisticados sistemas de su avión y su operación segura. Posteriormente pasa a entrenamiento en simulador y luego al entrenamiento de vuelo con un instructor capacitado cuando es contratado por una aerolínea.
Después de lograr la capacidad correspondiente a la aeronave en la cual ha sido certificado puede iniciar su trabajo tras los controles transportando pasajeros.
Dos veces al año, y una vez en otros casos, durante toda su vida activa, el piloto comercial está sujeto a rigurosos exámenes médicos y psicológicos.
También debe pasar un adiestramiento en simulador donde repasa todo tipo de emergencias y situaciones anormales cada seis meses y solo después de pasar este entrenamiento periódico de tierra y simulador puede seguir haciendo su trabajo como piloto de línea.
Un piloto comercial no deja de estudiar todo el tiempo durante toda su carrera, con el objeto de permanecer bien enterado y al día de los cambios constantes de una industria tan dinámica como es la industria aérea.
Los constantes entrenamientos tienen como objeto justamente eso, mantener al piloto alerta y al día en los nuevos procedimientos y nuevas tecnologías que en estos tiempos van cambiando a una velocidad increíble.
Cuando el piloto es promovido para volar otra aeronave, de nuevo se ve sujeto a un entrenamiento especial para conocer a fondo todos sus sistemas y los nuevos procedimientos de vuelo. Todo lo anterior, además, tiene un costo para el profesional del vuelo.
El piloto comercial recibe normalmente cada mes su itinerario de vuelos y rutas y resulta sumamente difícil poder planear el tiempo con la familia.
Muchas veces se pierden aniversarios, nacimientos, reuniones de Navidad y Año nuevo en familia, todo tipo de eventos que una persona normalmente no se perdería por nada del mundo.
Si bien es verdad, como hemos dicho, que la profesión ofrece grandes satisfacciones y momentos de felicidad increíbles, el vuelo profesional también puede dejar secuelas indeseables.
Las enfermedades más comunes que sufre un piloto comercial tienen que ver con la neurosis de vuelo debido a cansancio o fatiga crónica como consecuencia de constantes cambios de husos horarios y excesivas jornadas de trabajo especialmente en vuelos de largo alcance y transoceánicos.
Enfermedades de oídos, del estómago y del corazón, entre otras son causa de incapacidades y se deben a la alta tensión y estrés que produce el volar jornadas de 120 horas al mes un avión que puede llegar a pesar más 400 toneladas y que transporta varios cientos de pasajeros, en todo tipo de condiciones climáticas que siempre exigen un máximo de concentración.
El piloto aviador ofrece sobre todo seguridad y por eso le pagan, está sujeto siempre a mantener un alto sentido de responsabilidad y ética profesional permaneciendo durante todos sus vuelos y años de servicio comprometido en poner lo mejor de sí mismo para garantizar las vidas de los pasajeros puestos bajo su cuidado.
Hablar de la vida de un piloto profesional y todo lo que conlleva la profesión puede llevar miles de cuartillas por todo lo que encierra tener mucho aire entre los pies y el suelo.
A pesar de los obstáculos, de los problemas en vuelo y en tierra, volar un avión y pasar miles de horas “allá arriba” deja en cada viaje un gran cúmulo de sentimientos y diferentes sabores que hacen de la profesión de volar aviones la más hermosa del mundo…sin duda.
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