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23/11/2024

Llega la competencia desleal… al tiempo

Francisco M. M… / Jueves, 5 Octubre 2023 - 01:00

Después de que ha pasado la parte más difícil de la pandemia COVID, la industria aérea en todo el mundo está teniendo una recuperación explosiva, no sólo desde el punto de vista operativo sino financiero.

Las armadoras de aviones están aumentando sus entregas y están previendo varios miles de aviones para entregar en los próximos 10 años.

Las empresas de aviación tanto comerciales como ejecutivas están ideando nuevas estrategias operativas y financieras para terminar de recuperarse de un periodo de crisis, que dejó a muchos en el camino.

México, desde luego, no podría ser la excepción y menos si tomamos en cuenta ese continuo ataque, deliberado o no, que ha sufrido nuestra industria por parte de las instituciones que tendrían la obligación de apoyarla y protegerla hoy, porque más que nunca se requieren reglas claras y parejas para todos y así poder aprovechar los beneficios del tan esperado regreso a categoría 1.

Hace un par de semanas nos referimos al tema de la nueva aerolínea Mexicana militar y sus coincidencias con la antigua TAESA, de tan tristes recuerdos.

A partir de este mes de octubre, Mexicana ha iniciado la venta de boletos a destinos que ya operan nuestras principales líneas aéreas como Aeromexico, Viva Aerobus y Volaris, y tal y como lo habíamos comentado inician esa venta informando grandes descuentos en las tarifas.

Sólo como un ejemplo, el boleto más económico que se puede encontrar en línea para volar a Acapulco fue con Viva Aerobus, que vende un asiento a 800 pesos mexicanos, y Mexicana lo está ofreciendo a 500 pesos, viaje sencillo, saliendo y llegando al aeropuerto AIFA.

Vale la pena decir que un autobús de primera, saliendo de la terminal norte o de la sur de la Ciudad de México a la terminal Papagayo de Acapulco, cuesta hoy 670 pesos aproximadamente, lo que resulta ser más caro que la propuesta de la Mexicana militar. 

Por otro lado, Mexicana militar también planea ofrecer un descuento del 14% al impuesto por uso de aeropuero (TUA) y la aerolínea seguramente tendrá preferencia en slots, entradas y salidas de sus aeronaves, así como grandes descuentos en los precios de combustible y servicios aeroportuarios, tarifas de servicios de control de tráfico y los demás que involucran una operación aerea.

Todo aparentemente ideado y estructurado desde una empresa financiera especializada, contratada en Dallas por algunos que tuvieron que ver, de una manera u otra, en la quiebra de Mexicana de Aviación (la primera) y de Interjet, y que ahora están asesorando a la planta militar encargada de la administración de la empresa.

La competencia será desleal, no hay duda, y el mayor impacto lo podrían recibir aquellas aerolíneas mexicanas que tienen su mejor porcentaje de ocupación en rutas nacionales, como Viva y Volaris, aunque seguramente los administradores ya estarán tomando previsiones con base a sus experiencias en el pasado, implementando estrategias operativas y financieras para enfrentar lo que se viene.

De hecho, ya tienen planeado también aumentar vuelos hacia Estados Unidos desde varios aeropuertos nacionales.

Nuestra línea aérea bandera, Aeromexico, que en su tiempo vivió de lleno la arremetida de TAESA, ahora puede defenderse mejor con la operación consolidada de una red de rutas nacionales, pero también internacionales a Estados Unidos, Canadá, Centro y Sudamérica, además de Europa y Asía, con equipo de primera tecnología y teniendo como respaldo nada más y nada menos que a su socio Delta Airlines, que es una de las empresas aéreas más importantes y exitosas del mundo.

Entre Aeroméxico y Delta, a través de sus códigos compartidos, planean alcanzar los 90 vuelos diarios hacia Estados Unidos desde diferentes partes de México.

Como sea, el desequilibrio en la industria aérea de México es fácil de predecir y, al final, seguiremos siendo testigos de lo que ya ha sucedido varias veces en el pasado.

Primero, la operación de la aerolínea estatal militar será subsidiada por años, y no será una aerolínea de bajo costo sino una empresa mantenida por el gobierno federal, a través de quienes pagamos impuestos y, segundo, la competencia desleal puede crear otra crisis en la industria, que empezaría por arrastrar a la propia Mexicana del Estado tal y como ya se vio en el pasado. 

Todo lo anterior en caso de que el gobierno federal no cambie de manos en junio de 2024 lo que, seguramente, cambiaría la historia.

Ya sabemos que nuestros militares serán los encargados de administrar a Mexicana, pero también sabemos que debido a su propia formación no tienen ninguna experiencia ni credenciales en el manejo de una aerolínea comercial de transporte de pasajeros.

Sólo imaginemos a un administrador civil, por muy bueno que pueda ser, tratando de administrar operativa y financieramente a nuestra Fuerza Aérea Mexicana, ¡seguramente sería un desastre!  

Mexicana militar también parece haberse ideado para tratar de mejorar la ocupación en el aeropuerto Felipe Ángeles, pero principalmente la falta de estructura necesaria para llegar y salir del aeropuerto, entre otras cosas, no promete la cantidad de pasajeros que se pretenden.

Debemos insistir en decir que el AIFA, al igual que cualquier otro aeropuerto del mundo, no necesitan de aumentar asientos disponibles en los aviones que los podrían utilizar, lo que hay que hacer es facilitar todos los servicios aeroportuarios para que los pasajeros quieran y les convenga usar los asientos de esos aviones.

Los pasajeros se encargan de llenar aeropuertos modernos, accesibles y funcionales, y las aerolíneas van por ellos, así de sencillo.

Por lo que se puede observar, las aerolíneas nacionales podrían estar entrando al juego y ya han anunciado aumento de rutas y frecuencias, inclusive operando el AIFA, la competencia, aunque desleal, está por iniciarse y a ver cómo se pone.

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