Cualquier persona que decida abordar un avión comercial para viajar, ya sea de paseo o por negocios, debe tener en cuenta que la aviación de hoy no es como la de antes.
Apenas saliendo de una pandemia, y a pesar de sus enormes problemas, la industria aérea mundial ha iniciado su recuperación y poco a poco se retorna a los números que se tenían antes del inicio del Covid-19.
Hoy mismo las aerolíneas están anunciando la contratación de más aeronaves y la ampliación de rutas, lo que lógicamente llena el espacio aéreo de aeronaves de todo tipo.
Las demoras en salidas y llegadas casi nunca son culpa de la tripulación o del personal de tierra y ni siquiera por fallas mecánicas porque hoy las aerolíneas comerciales tienen un mantenimiento de nivel internacional y además se cuentan con flotas de aeronaves muy jóvenes que garantizan confiabilidad.
Las demoras, en un 95% de los casos, se deben a la saturación de los aeropuertos y al control de tráfico aéreo.
Lo anterior no quiere decir que las demoras y cancelaciones de vuelos se deban solo a los controladores, quienes en lo general ponen todo lo necesario para mantener la seguridad de las operaciones, pero debemos decir que no cuentan con las herramientas necesarias para hacer ese trabajo vital para la industria.
En México siguen faltando los recursos económicos, la experiencia, el entrenamiento y el personal (se ha dicho que se requieren 300 controladores adicionales) para cumplir con este trabajo, por lo que hoy, las operaciones aéreas en el aeropuerto Benito Juárez se han complicado mucho, trayendo demoras y cancelaciones, haciendo que este problema “rebote” en muchos de los aeropuertos importantes de la red nacional.
Hay que decir que las cosas se van a complicar aún más debido al aumento de las operaciones en el AIFA y a la necedad de querer mantener el nuevo diseño de administración del espacio aéreo del Valle de México a como dé lugar.
Este diseño de llegadas y salidas de aeronaves en el Valle de México sigue demostrando que no es confiable ni eficiente, y por otra parte hay que recordar las condiciones de mal tiempo típicas entre Mayo y Octubre que se presentan en esa zona y en otras partes del país, como tormentas eléctricas, lluvias, granizadas y condiciones de turbulencia que llegan a ser severas y de las cuales cualquier piloto sensato y bien entrenado en procedimientos de seguridad debe evitar aunque tenga que enfrentar demoras o cancelaciones.
Los pasajeros que abordan un avión deben estar conscientes de esta situación y pensar que cuando un avión se demora o un vuelo se cancela por condiciones de mal tiempo, se debe a un procedimiento protocolar implementado para su propia seguridad.
Por otra parte, en las últimas semanas se han presentado con frecuencia la maniobras de ida al aire en el aeropuerto capitalino y sobre esto, los pasajeros deben saber que este procedimiento también conocido como “aproximación fallida” es una maniobra de seguridad perfectamente normal que los pilotos están capacitados para realizar, además de que un avión puede volver a elevarse con toda seguridad incluso después de haber tocado la pista durante un aterrizaje.
Dicho lo anterior, también hay que recordar que aunque la maniobra de ida al aire es normal, cuando se repite constantemente deja de serlo y se convierte en un aviso de que alguien no está haciendo algo de la manera correcta.
De cualquier manera, los constantes problemas en el control de tráfico aéreo en el Valle de México dispararon las alarmas y se escucharon las voces de grupos y de instituciones nacionales y extranjeras.
El anterior director de SENEAM dijo “misión cumplida”. Según él, el rediseño del espacio aéreo en el Valle de México es eficiente y seguro y llegó para quedarse.
Nada más alejado de la realidad, y las pruebas están a la vista: demoras, cancelaciones y un caótico control de tráfico aéreo que, después de ser seguro y confiable en el pasado, hoy está convertido en una mazacote de llegadas y salidas de aviones repletos de pasajeros que llegan demorados a sus destinos, costando además grandes cantidades de combustible adicional a las aerolíneas comerciales y generando altos costos de operación general que al final van a pagar los propios pasajeros con los aumentos al precio de los boletos.
Se nos ha dicho que los involucrados ya se encuentran en mesas de negociación para encontrar soluciones, pero hablando de seguridad aérea, es necesario ser rápidos y eficientes, y todos están obligados a encontrar esas soluciones lo antes posible porque los aviones siguen despegando y aterrizando a todas horas.
Esas decisiones hay que tomarlas ahora mismo porque en aviación quien piensa al día, ya está atrasado, y la seguridad de los miles de pasajeros no se puede poner en la ruleta por mucho tiempo.
En otro tema, los auditores de la FAA suspendieron su llegada a México para revisar procedimientos técnicos de seguridad de AFAC, originalmente programada del 23 al 27 de mayo, y en donde se evaluaría si el país cumple con los 28 puntos pendientes y regresa a la Categoría 1.
La auditoría será reprogramada para las siguientes semanas, y por su parte AFAC, en un comunicado oficial se declara lista para dicha auditoría en el momento que lo decida la FAA, asegurando que se ha cumplido con las observaciones pendientes, aunque eso será necesario probarlo con hechos y documentación.
Lo sabemos porque estamos viendo que hay muchos problemas pendientes de resolver en la certificación, revalidación, convalidación y recuperación de licencias a personal técnico aeronáutico.
Sabemos que persisten las demoras en la expedición de exámenes médicos porque muchos están viviendo la ineficiencia y demoras constantes en los exámenes del CIAAC para obtención de cédulas y títulos profesionales, un requisito indispensable para obtener la licencia de piloto comercial.
También sabemos de la falta de inspectores certificadores con salarios decentes y la falta de adiestramientos iniciales y periódicos que deben recibir y comprobar.
Habrá que probar con documentación la certificación de aerolíneas y de paso la de escuelas de vuelo.
A las autoridades de FAA no se les puede engañar, y si de verdad queremos un pronto regreso a la categoría 1, será necesario que AFAC cumpla puntual, completa y eficientemente con todos los 28 puntos exigidos, además de que presente pruebas contundentes y documentación definitiva de que así lo ha hecho.
Para lograrlo se requiere voluntad, personal experto, recursos humanos, tecnológicos y económicos suficientes, además de cero corrupción. Y la pregunta es: ¿AFAC puede decir que cumple con todo eso?
Si no es así, tienen unas semanas por delante para lograrlo mientras regresan los auditores de la FAA.
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