La Compañía Mexicana de Aviación fue y sigue siendo un verdadero referente en la historia de la aviación comercial de nuestro país.
Todos sabemos que en sus mejores años fue ejemplo de eficiencia operativa y de administraciones profesionales que la llevaron a ser una aerolínea reconocida internacionalmente por la calidad de sus servicios.
Hace ya once años que la aerolínea dejó de operar y aún ahora su nombre comercial sigue siendo noticia y esto ha sucedido desde el mismo 28 de agosto del año 2010 en que cesó operaciones.
Últimamente, el gobierno de México ha anunciado la creación de una nueva aerolínea comercial, mediante la cual se estaría pretendiendo resarcir a miles de trabajadores de la extinta Mexicana, e incluso se ha manejado (de manera irresponsable diría yo) que el nombre de la nueva empresa podría ser el de Mexicana de Aviación.
Lo anterior resulta un incomprensible intento por dar esperanzas a muchos de los trabajadores de la aerolínea que aún quisieran ver a su empresa de nuevo en el cielo.
Esto parece imposible debido a que la marca está involucrada en todo tipo de querellas y demandas, incluso por parte de sus trabajadores de confianza y sindicalizados desde hace más de una década, por lo que legalmente el importante nombre no podría ser utilizado para dar identidad a esta nueva cooperativa.
¿Cuál es el malabar con el que se pretende vincular en medios la famosa marca Mexicana con una nueva cooperativa aérea?
Por ahora debemos decir que esta nueva aerolínea, se llame como se llame, es solo una idea, mientras no se vean sobre la mesa la inversión de los aproximadamente 150 millones de dólares, un plan de flota de aviones, rutas, permisos, adiestramientos, licencias a personal y certificaciones, entre muchas cosas más que son necesarias para lograr el inicio de operaciones.
Por cierto que ya se habla de llevar a cabo una especie de censo entre los extrabajadores de Mexicana a fin de saber cuántos pueden estar no solo disponibles, sino en vida o en edad de regresar a sus labores y con licencias técnicas y capacidades vigentes después de 11 años.
Esta información no sería muy motivadora, ya que miles de trabajadores han debido encontrar, a través del tiempo, diferentes formas y lugares para asegurar el sustento de sus familias, se han dedicado a otras actividades y no han mantenido licencias y permisos vigentes durante estos últimos once años.
En nuestros días, la competencia nacional e internacional se ve como una verdadera guerra por lograr los más adecuados slots, tarifas más económicas y rutas más productivas (entre otras cosas) para hacerse de pasajeros, por lo que no se ve muy sencillo el inicio de operaciones de esta cooperativa.
Para empezar, no pocos y variados intereses estarían en la mesa y eso seguramente lo complicaría todo.
Hay que recordar que el propio presidente López Obrador dejó ver la posibilidad de adquirir a Mexicana en el 2019, pero no se logró porque en esos días no hubo consenso entre gobierno, trabajadores e inversionistas.
Independientemente de las razones que se manejan para abrir esta nueva aerolínea cooperativa, es importante insistir en que no todos los más de 8 mil trabajadores que estaban laborando en Mexicana hace 11 años están disponibles hoy.
Por otra parte, el simple hecho de vincular a la nueva aerolínea con los extrabajadores de Mexicana que puedan quedar, se percibe como si con esto se quisiera aprovechar su importante pasado para lograr beneficios en el presente y para el futuro, aunque no precisamente para ellos.
Desde hace once años, esos trabajadores han luchado justa e incansablemente por ser resarcidos en sus derechos laborales y antes de cualquier otra propuesta de trabajo en una aerolínea-cooperativa que substituya a su empresa, debería buscarse la forma de darles lo que se les ha negado hasta ahora que son sus liquidaciones de acuerdo a la ley y a su antigüedad, sus montos por jubilaciones y también traer a cuentas ante la justicia a quienes son culpables de la pésima administración y los fraudulentos manejos que terminaron con la primera línea aérea de México.
Por lo pronto parece que, tal y como ha sido durante años, otra vez se hacen malabares con el nombre de Mexicana y también otra vez, como se ha hecho en otras ocasiones, vienen a dar esperanzas a los trabajadores que aún quedan y que luchan por lo que le pertenece.
Sean cuantos sean, su lucha no debería quedar solo en expectativas falsas y esperanzas truncas, sino en acciones y hechos reales, rápidos y contundentes.
Hoy más que nunca, los exempleados de la aerolínea deberán pensar y actuar unidos e inteligentemente y lograr antes que otra cosa el resarcimiento de sus derechos laborales perdidos después de la suspensión de operaciones en el 2010 y la posterior declaración de quiebra en el año 2014.
Por ahora y por todo lo que hay alrededor la nueva aerolínea-cooperativa que se pretende, podría sonar más como un intento de garantizar vida al aeropuerto de Santa Lucía que una forma real de cumplir con lo que se debe a los extrabajadores de Mexicana.
Como sea, esperamos que lo que se está intentando venga a cubrir las expectativas de todos ellos.
Primero que nada regresarles lo que les quitaron y que les den lo que por ley y por simple principio moral les pertenece, y eso incluye los beneficios del MRO de Mexicana, empresa de mantenimiento de aeronaves de calidad internacional que sigue operando y dejando una buena cantidad de dinero.
Como siempre, mis mejores vibras a todos los trabajadores de Mexicana.
Facebook comments