“La mejor forma de predecir el futuro es construirlo” - Alan Kay
De acuerdo con la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), durante el pasado mes de abril la demanda de pasajeros cayó hasta un 94%, lo que ha significado todo un récord negativo en la historia de la aviación.
En el pasado mes de junio, las aerolíneas iniciaron tímidamente el aumento de rutas y frecuencias, especialmente domésticas, para llegar a este mes de julio con un poco más de agresividad, iniciando algunos vuelos internacionales y esto a pesar de que hay fronteras que todavía se encuentran cerradas a viajes no esenciales.
La demanda en este mes de julio aumentó hasta en un 40% con respecto al pasado mes de abril que fue un mes “desastroso”, cuando los números de la industria tocaron fondo como consecuencia de la pandemia de coronavirus.
A pesar de las restricciones que todavía están vigentes, la IATA se muestra optimista en que la industria ya va en un camino lento pero firme hacia la recuperación y los números que muestran ahora la de aerolíneas asiáticas (Vietnam, Corea del Sur y China) son prueba de ello.
Por otra parte, también hay que tomar en cuenta que las búsquedas de viajes por internet han aumentado en un 33%.
Existen dos elementos que pueden hacer que la recuperación de las aerolíneas y su posterior crecimiento sea mucho más rápido y sostenido:
Una, es la posibilidad de encontrar una vacuna contra el coronavirus en las semanas por venir y por consiguiente el levantamiento de todas las restricciones y la apertura de las fronteras por parte de los gobiernos, una vez que la vacuna empiece a ser distribuida a nivel mundial.
Muchas aerolíneas del mundo han tomado la decisión de prescindir de miles de trabajadores y entre ellos de un buen número de sus pilotos.
Todos y cada uno de los trabajadores de una línea aérea son importantes y todos son necesarios, pero hablando de pilotos hay que decir que son especialistas profesionales que han costado muchos miles de dólares en entrenamientos y que siempre han sido considerados (al igual que muchos otros trabajadores de la industria) como activos a muy largo plazo, ya que en su mayoría trabajan para sus empresas por varias décadas.
Nuestras aerolíneas nacionales están haciendo lo suyo para sortear el embate de esta crisis y esperamos que todas salgan adelante porque, como dije antes, todas son necesarias y todas merecen una parte del pastel cuando salga del horno.
Por cierto, después de muchos días de negociaciones, las cuales continuarán para seguir afinando lo referente a las plantas de pilotos, ASPA y su asamblea general han aceptado por una mayoría abrumadora el convenio de facilidades propuesto por Aeroméxico, el cual contiene modificaciones laborales temporales muy importantes y que tiene como objetivo garantizar la sobrevivencia, viabilidad y posterior crecimiento de nuestra aerolínea bandera.
Una vez más y como ha sido siempre, los pilotos de ASPA, a través de una votación democrática, dan otra muestra de conciencia y compromiso con sus fuentes de trabajo.
Como decía anteriormente, en cualquier momento se puede tener la vacuna para terminar en un corto plazo con esta pandemia y será entonces cuando las aerolíneas del mundo van a necesitar de todos sus recursos humanos ante lo que se puede prever como una reactivación explosiva de la industria.
Llegará la oportunidad de aumentar destinos, rutas y horarios y esto se llevará a cabo en periodos muy cortos.
Por lo anterior, resulta vital mantener las plantas de pilotos completas, disponibles de un día para otro y también al día en sus entrenamientos de vuelo para poder mantener sus licencias de vuelo vigentes.
Igualmente, todos los procesos operativos y administrativos, así como las flotas de aviones deben estar en óptimas condiciones de operación para el momento en que se requieran.
En aviación quien piensa al día ya piensa atrasado, esperemos que los administradores de nuestras aerolíneas nacionales, los trabajadores de todas las áreas y las autoridades de la AFAC sean imaginativos, eficientes, rápidos para reaccionar, piensen moderno y estén a la altura de los retos que vendrán, para asegurar el futuro de una industria vital y que desde hace mucho tiempo debería ser considerada como un asunto de seguridad nacional.
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