“El secreto del cambio es enfocar toda tu energía, no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo” -Dan Millman
Aunque es muy trillado decirlo, la frase “en cada crisis siempre hay una oportunidad", parece que sigue como una realidad confirmada, y es que en Aeroméxico, con el doctor Conesa a la cabeza, están decididos a tomar acciones que beneficien el desarrollo y que garanticen el éxito de nuestra aerolínea bandera, aun cuando estamos enfrentando tiempos económicos y políticos tan complicados.
Quizá ha sido parte de la compensación acordada con Boeing derivada del problema con el modelo MAX, pero el fabricante estadounidense está dispuesto a adelantar cinco aviones B787 Dreamliner que ya han sido adquiridos con anterioridad por la aerolínea, además de que se abre el compromiso de negociar hasta treinta aeronaves adicionales de este tipo con el objeto de aumentar la oferta de asientos y destinos.
Por otra parte, Aeroméxico a través de su filial Connect está en vías de tomar una decisión muy importante para renovar flota y la competencia está abierta entre los fabricantes Embraer y su modelo E195-E2 y Airbus con su A220.
Se habla de la adquisición de hasta 60 aeronaves de cualquier de los dos fabricantes, lo que significa una inversión muy importante y ahora la moneda está en el aire para ver cuál el fabricante ganador en esta carrera.
Los cambios en Aeroméxico y su filial Connect están pensados como deben hacerse las cosas en la industria aérea: en grande y con visión de futuro, a pesar de las turbulencias y las amenazas de crisis y guerras en todo el mundo. La industria no se puede quedar estática y solo los que piensan hacia delante y con visión tendrán éxito logrando un importante desarrollo.
Ya hay signos de otra guerra igual de importante para que las aerolíneas nacionales puedan hacerse de personal de tierra y de vuelo. En el corto y mediano plazo, cientos de pilotos, instructores, sobrecargos y técnicos de mantenimiento serán necesarios para lograr los ambiciosos planes de Aeroméxico. La pregunta es: ¿de dónde van a salir esos profesionales?
Por otra parte, existen ya 400 aviones 737 MAX (14 de Aeroméxico) que se encuentran en tierra, a la espera del permiso para reiniciar el vuelo, lo cual seguro va a suceder más temprano que tarde y cuando esto suceda se deberán tener listas y entrenadas las tripulaciones (vengan de donde vengan) para volar estas aeronaves.
Al piloto mexicano ya no le da miedo emigrar y desde luego que va a buscar contratarse en la aerolínea que le ofrezca seguridad laboral, mejores condiciones contractuales y un trato justo, por lo que todas las aerolíneas de México deberán cambiar su forma de hacer las cosas si no quieren enfrentar el problema que significa la falta de personal.
Los pilotos de ASPA están ahora mismo en negociaciones para extender la edad de jubilación a los 65 años, límite que ya existe en todas las demás aerolíneas nacionales y en el 93% de las empresas aéreas de todo el mundo, lo que le daría un gran respiro a Aeroméxico que tiene programadas 110 jubilaciones en solo tres años.
Nuestra aerolínea bandera no podría llevar a cabo sus planes de renovación de equipo y aumento de destinos sin lograr hacerse de todo el personal que requiera a través de este importante requisito de aumentar la edad de jubilación de sus pilotos o en su caso hacerse de aviadores extranjeros en un futuro lo que, por imposible que pueda parecer, ha sucedido en aerolíneas de algunas partes del mundo.
A propósito, hay que decir y recordar que desde hace unos años la Cámara de Senadores recibió una solicitud para cambiar el artículo de la Constitución que limita a solo pilotos nacidos en México para volar aeronaves con matrícula mexicana, por lo que no se puede soslayar la posibilidad de la futura contratación de aviadores extranjeros, si este cambio constitucional se lleva a cabo ante la necesidad de tripulantes.
Hoy, el tiempo apremia y el sindicato de pilotos (ASPA) debe poner su parte lo antes posible, pensando en el interés general de todos sus miembros y en el desarrollo de su fuente de trabajo.
Ya no vale la burocracia sindical, la mediocridad de pensamiento ni el mandato de grupos al interior. Es momento de mostrar eficacia y rapidez en la toma de decisiones y es la hora de confirmar la unidad y ver por el interés general así como el apoyo a la fuente de trabajo.
Nuevo año significa nuevas ideas y nuevas formas de hacer las cosas. Esto aplica a todos los trabajadores y todas aerolíneas; estoy convencido que solo aquellos que comprendan los nuevos tiempos y actúen en conciencia van a alcanzar el éxito.
Para Aeromexico, ahora es cuando.
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