Antoine de Saint-Exupéry fue escritor y famoso aviador que se enlistó en la Marina Francesa durante la Segunda Guerra Mundial volando misiones de reconocimiento en contra de los nazis.
Cuando Francia cayó en manos del ejército alemán en 1940, Exupéry se refugió en Estados Unidos y fue ahí donde escribió su maravilloso libro “El Principito“ y fue publicado primeramente en idioma inglés en 1943.
En un periodo especial de su vida escribió una oración a Dios para pedirle un regalo muy raramente invocado: la sencillez y la fidelidad tranquila y serena en las pequeñas decisiones de cada día.
Me permito compartirla con todos ustedes con mis mejores deseos de que el año por venir sea uno pleno en salud, bienestar familiar y éxitos personales.
Reciban todos un abrazo grande.
No pido milagros y visiones, Señor,
Pido la fuerza para la vida diaria.
Enséñame el arte de los pequeños pasos.
Hazme hábil y creativo para notar a tiempo en la multiplicidad y variedad de lo
cotidiano, los conocimientos y experiencias que me atañen personalmente.
Ayúdame a distribuir correctamente el tiempo; dame la capacidad de distinguir lo esencial de lo secundario.
Te pido fuerza, autocontrol y equilibrio para no dejarme llevar por la vida y organizar sabiamente el curso del día.
Ayúdame a hacer cada cosa en mi presente lo mejor posible y a reconocer que esta hora es la más importante.
Guárdame de la ingenua creencia de que en la vida todo debe salir bien.
Otórgame la lucidez de reconocer que las dificultades, las derrotas y los fracasos son oportunidades en la vida para crecer y madurar.
Envíame en el momento justo a alguien que tenga el valor de decirme la verdad con amor.
Haz de mí un ser humano que se sienta unido a quienes sufren.
Permíteme entregarles, en el momento preciso un instante de bondad con o sin palabras.
No me des lo que yo pido sino lo que necesito, en tus manos me entrego.
Enséñame el arte de los pequeños pasos.
Amén.
Antoine de St Exupery
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