Doscientos pasajeros varados en el aeropuerto de Barajas Madrid y en otros aeropuertos de todo el mundo, prendidos de la lámpara, mentando madres y hablando pestes de Aeroméxico, como si la aerolínea hubiera tenido la culpa de que algunos de sus empleados hayan decidido vender sus boletos, los cuales son una prestación contractual y que claramente son sujetos a espacio de acuerdo al contrato colectivo.
Esto no es un asunto nuevo, desde hace muchos años y prácticamente desde que esta prestación fue lograda, muchos trabajadores han puesto a la venta al público a precios muy reducidos estos boletos-prestación, sujetos a espacio, siendo una práctica que aumenta cada año.
En plena época de vacaciones, se presenta el mismo problema en diferentes destinos, y cada vez los pasajeros que han comprado esos boletos a mitad de precio (perfectamente conscientes de que si no hay lugar disponible no van a poder abordar el avión) aumentan sus quejas en contra, no de los empleados que se los vendieron, sino de la empresa, cuyo buen nombre anda negativamente en boca del público y queda embarrado en los medios de todo el mundo.
El problema ha alcanzado tal magnitud que hasta el gobierno mexicano, a través de sus embajadas en distintos países ha tenido que intervenir y, sin conocer realmente el fondo del asunto, ha exigido a la aerolínea que se encargue rápidamente del transporte de todos los pasajeros varados por días en distintos aeropuertos, insisto, como si Aeroméxico fuera la culpable de la falta de cerebro y ética de algunos de sus trabajadores.
Según Aeroméxico, entre los involucrados hay un 90% de sobrecargos, pero no se salvan algunos pilotos y personal de tierra, quienes han vendido olímpicamente y a mitad de precio esos boletos que, aunque no está establecido, supuestamente deberían ser usados de manera inteligente fuera de temporada alta, cuando hay lugares disponibles y sólo por familiares o personas muy cercanas.
Algunos han llegado hasta el punto de cometer la estupidez de hacer negocio compartido con algunas "agencias" especializadas en venta de viajes aéreos, a quienes se les dan los boletos para negociarlos a un precio de hasta un 50% menor al normal, y otros empleados se han lanzado hasta con la puntada de ofrecerlos en las redes sociales al público en general.
En fin, Aeroméxico se ha comprometido a transportar a los pasajeros con boletos sujetos a espacio pero siempre y cuando haya asientos disponibles, y muchos van a tener que esperar hasta el término de la temporada alta para poder viajar… así de fácil.
Mientras familiares, amigos de los familiares y desconocidos siguen durmiendo en los aeropuertos y comiendo Nuggets y Coca Cola todos los días mientras logran subir a un avión, la empresa tomó la decisión de suspender la prestación de boletos sujetos a espacio y decidió llevar a cabo una investigación al respecto para saber cuántos boletos fueron vendidos, quiénes los vendieron y a quien, y así lo hicieron saber también a sus trabajadores y sus respectivos sindicatos.
De entrada, el sindicato de pilotos y el de sobrecargos aceptaron esta posición pero no por mucho tiempo.
De acuerdo a información en medios ASSA, la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación hizo saber a la empresa que tomaría medidas legales en su contra (¡ahora resulta!) por la "violación" del contrato colectivo, al suspender la prestación de boletos sujetos a espacio, lo cual me parece una verdadera falta de ética sindical y de la más mínima autocrítica.
También puede resultar en un grave error, porque bien puede llevar a todo los miembros activos del sindicato a un nuevo conflicto con la empresa, conflicto en el que saldrían perjudicados todos, incluyendo los que no han tenido nada que ver en este vergonzoso asunto.
Legalmente, y los sindicatos lo saben, la aerolínea tendría las de ganar en caso de ir a un pleito legal, y podría desaparecer la prestación por mal uso que de ella han hecho algunos de sus trabajadores, porque en la ley hay figuras legales que protegen y en su caso sancionan las cláusulas contractuales a favor y en contra por parte de unos y de otros si no se cumplen los compromisos laborales firmados.
Como sea, días después Aeroméxico aplicó las reversas y tomó la decisión de restablecer (por ahora) la prestación de entregar boletos sujetos a espacio a sus trabajadores, de acuerdo a lo establecido en los contratos colectivos, pero deja claro que continuará con la investigación correspondiente para deslindar responsabilidades, y ya veremos quién se queda a lavar los platos sucios después del huateque.
Lo que sí queda claro es que la poca inteligencia de algunos trabajadores han puesto en la tablita una excelente prestación contractual, que el nombre de Aeroméxico (de por sí ya muy zarandeado) ande por los suelos en todas partes, y que sus trabajadores hayan sido acusados por el público de ser tranzas, movidosos y hasta de fraude. Los sindicatos deberían aceptar las consecuencias y actuar con responsabilidad tomando medidas al interior en lugar de tratar de irse en contra de Aeroméxico y buscar un conflicto que seguramente los perjudicaría… de verdad que no les queda hacerse las víctimas.
Empresa y sindicatos deberían ir juntos en la solución de este problema porque si no se hace algo, una vez pasada la tormenta, de seguro otra vez van a salir los vivales para continuar ofreciendo los boletos a ingenuos (por no decirles más feo) que a pesar de saberlo, cada año siguen comprando boletos a mitad de precio pero sin derecho a espacio positivo para las próximas vacaciones... ni cómo ayudarlos, ni a los unos ni a los otros.
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