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14/04/2025

Alcances de la hoja de ruta de la USSF para crear un ambiente seguro y colaborativo en el espacio

Fermín Romero / Viernes, 11 Abril 2025 - 01:00

Este 9 de abril en la ceremonia inaugural del 40° Simposio Espacial anual de la Fundación Espacial / Space Foundation, en Colorado, EE.UU., el General B. Chance Saltzman, jefe de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos (USSF), oficial de mayor rango de la USSF, anunció un documento de estrategia que ofrece "un punto de partida para la colaboración" y "una hoja de ruta para integrar a naciones afines" con miras a crear un ambiente seguro y cooperativo en el espacio. La justificación que dio se funda en que el poder y dominio espacial es demasiado grande, complejo y dinámico, como para que una sola nación lo asegure sola.

Hay que señalar, como lo he destacado en esta columna cuando abordo temas de seguridad espacial, que al menos en la anterior administración el gobierno estadunidense ha buscado asegurar por todas formas su liderazgo y dominio espacial, como la nación más poderosa en el ámbito espacial a nivel global. Ahora, con las reducciones presupuestales para el programa espacial recomendadas por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) que encabeza Elon Musk, la nueva estrategia (hoja de ruta) delinea nuevos elementos basados en la confianza, la coordinación y el compromiso compartido para construir una coalición espacial sólida, lo cual -sin duda- tiene profundas implicaciones estratégicas en múltiples dimensiones; habida cuenta del acelerado desarrollo espacial de países como China, Irán y Corea del Norte, eventuales aliados de Rusia.

 

1. Seguridad y defensa.

  • Fortalecimiento de la disuasión: La integración de capacidades espaciales y contraespaciales de las naciones aliadas busca fortalecer la disuasión contra adversarios potenciales. Una coalición espacial unificada simboliza una postura más robusta y compleja, dificultando al adversario la planeación y ejecución de ataques contra activos espaciales propios o de aliados.
  • Mejora de la conciencia situacional espacial / Space Situational Awareness (SSA): Compartir datos e inteligencia espacial entre naciones afines mejora significativamente la SSA colectiva. Lo que permite una detección oportuna y atribución más rápida y precisa de amenazas, así como una mejor comprensión del entorno espacial operativo.
  • Interoperabilidad y resiliencia: La estandarización de protocolos, tecnologías y procedimientos operativos facilitará la interoperabilidad de los activos y sistemas espaciales aliados. Esto aumenta la resiliencia ante ataques o fallos, ya que las capacidades de una nación podrían ser ampliadas y respaldadas por otras.
  • Operaciones conjuntas: La hoja de ruta puede allanar el camino para operaciones espaciales conjuntas en áreas como vigilancia, reconocimiento, navegación, comunicación y potencialmente la defensa espacial activa, mejorando la efectividad militar combinada.
  • Contrarrestar las amenazas asimétricas: La colaboración puede ser crucial para desarrollar estrategias y tecnologías destinadas a contrarrestar amenazas asimétricas en el espacio, como ataques cibernéticos a infraestructuras espaciales o interferencias electromagnéticas, entre otras capacidades contraespaciales del adversario. Para mayor información, recientemente la Fundación Mundo Seguro / Secure World Foundation (SWF), libero su informe 2025 sobre Capacidades Globales Contraespaciales / Global Counterspace Capabilities Report, que puede consultarse en su versión en inglés en el sitio oficial de la SWF. En breve la SWF publicará el Resumen Ejecutivo en español, cuya traducción anual realiza un servidor desde hace algunos años.

 

2. Cooperación científica y exploración espacial.

  • Aceleración del progreso científico: La puesta en común de recursos, conocimientos y experiencia científica entre naciones afines (Reino Unido, Japón, Australia, Israel, Francia, Canadá, India, Corea del Sur, entre otros) puede acelerar el ritmo de los descubrimientos científicos y desarrollos tecnológicos en el espacio ultraterrestre.
  • Proyectos de exploración conjuntos: La hoja de ruta facilitará la planeación y ejecución de misiones de exploración espacial conjuntas, compartiendo los costos y los riesgos, y ampliando el alcance de las iniciativas, programas y proyectos espaciales.
  • Desarrollo tecnológico compartido: La colaboración en investigación y desarrollo tecnológico puede conducir a innovaciones más rápidas y eficientes en áreas como propulsión espacial (HALO), materiales avanzados, robótica y habitabilidad espacial, particularmente para laboratorios espaciales en órbita (considerando que en 2030 no habrá más Estación Espacial Internacional), y bases (asentamientos humanos) en el Polo Sur de la Luna (incluida la Gateway en la órbita lunar) y Marte, como parte del programa Artemis de la NASA; hasta el 8 de abril de 2025, 54 países aliados han firmado los Acuerdos Artemis. 

 

3. Gobernanza y normas espaciales.

 

  • Promoción de normas de comportamiento responsable: Como parte de la hoja de ruta es previsible que una parte de la coalición de naciones afines puede trabajar conjuntamente para establecer y promover normas de comportamiento responsable en el espacio (el código de conducta de la UE representa una base), abordando cuestiones de seguridad como la proliferación de desechos espaciales, la interferencia con satélites y la militarización del espacio.
  • Fortalecimiento del régimen legal espacial internacional: La hoja de ruta tendrá que buscar formas novedosas para fortalecer y aclarar el régimen legal espacial existente, basado en el Tratado del Espacio Exterior de 1967, para abordar los desafíos y oportunidades del siglo XXI a nivel multilateral, más allá del soft law.
  • Contrarrestar la influencia de actores no alineados: Una postura unificada de naciones afines puede servir para contrarrestar la influencia de actores estatales y no estatales que persiguen objetivos espaciales que no se alinean con los principios de seguridad, cooperación y uso pacífico, responsable y sostenible del espacio ultraterrestre.

 

4. Economía y comercio espacial.

  • Fomento del crecimiento del sector espacial comercial: La integración de naciones aliadas en esta estrategia creará nuevas oportunidades para la colaboración entre empresas espaciales de países afines, impulsando la innovación, la inversión y el crecimiento económico.
  • Creación de cadenas de suministro resilientes: La diversificación de las cadenas de suministro espaciales entre naciones afines puede aumentar la resiliencia y reducir la dependencia de proveedores únicos (SpaceX, Northtrop Grumman, Lockheed Martin, Sierra Space, L3 Harris, Raytheon Technologies, General Dynamics, Astra Space, Blue Origin, ULA, Boeing Space, GE Aerospace, Astrobotic, Firefly Aerospace, Rocket Lab, AstroScale, Axiom Space, Intuitive Machines, Nanoracks, Virgin Galactic, Space Forge, Vast Space, Orbit Fab, Arianespace, Thales Alenia, Airbus Space, entre otras), para las agencias espaciales gubernamentales como la NASA, ESA, JAXA, CSA e ISRO, mitigando los riesgos geopolíticos y económicos.
  • Desarrollo de estándares y regulaciones comunes: La colaboración regulatoria de los aliados afines de los EE.UU. puede facilitar el comercio y la inversión en el sector espacial, entre los países participantes, generando un mercado global más integrado y eficiente.

 

5. Diplomacia, política exterior y geopolítica.

  • Fortalecimiento de las alianzas estratégicas: La hoja de ruta anunciada por la USSF refuerza las alianzas existentes y puede fomentar nuevas asociaciones basadas en intereses espaciales compartidos.
  • Aumento de la influencia geopolítica: Una coalición espacial de naciones afines proyecta una mayor influencia en los foros internacionales y en la configuración de la agenda espacial global, delineada por los intereses estratégicos (políticos, de seguridad y económicos) de los  EE.UU.
  • Herramienta de diplomacia espacial: La cooperación espacial puede utilizarse como una herramienta de diplomacia para fortalecer las relaciones bilaterales y multilaterales, generando confianza y promoviendo intereses comunes de los aliados espaciales.

 

Desafíos y consideraciones de la hoja de ruta planteada por la USSF

  • Armonización de políticas y prioridades: Integrar las políticas y prioridades espaciales de las diversas naciones involucradas en la iniciativa, cada una con sus propios intereses y estrategias, será un desafío extremadamente complejo.
  • Compartir tecnología e información sensible: Determinar los protocolos para compartir tecnología (civil y militar) e información sensible de manera segura y equitativa requerirá acuerdos detallados y mecanismos de fortalecimiento de la confianza entre los países involucrados.
  • Cuestiones de soberanía y autonomía: Las naciones participantes de esta estrategia deberán equilibrar los beneficios de la integración con la necesidad de preservar su soberanía y autonomía en la toma de decisiones espaciales.
  • Gestión de la competencia y los intereses divergentes: Incluso entre naciones afines, pueden existir áreas de competencia o intereses nacionales divergentes en el ámbito espacial que deberán gestionarse de forma muy cautelosa.
  • Marco legal y regulatorio internacional: La hoja de ruta debe tener en cuenta -como ya se estableció- el marco legal y regulatorio espacial internacional existente y buscar nuevas formas de complementarlo y fortalecerlo a nivel multilateral, una tarea harto compleja considerando la falta de nuevas y actualizadas normas complementarias del derecho espacial vigente pero insuficiente, así como el empantanamiento de negociaciones en foros como la Conferencia de Desarme (CD), un foro multilateral de negociación sobre desarme que ha abordado temas como la prevención de una carrera armamentista en el espacio / Prevention of an Arms Race in Outer Space (PAROS Treaty) y el desarme nuclear.

 

A la luz de estas implicaciones estratégicas, no debemos perder de vista los tres objetivos primordiales de la hoja de ruta de la alianza internacional de la USSF, los que se resumen en: 1. Empoderar a los aliados como multiplicadores de la fuerza, lo que significa combinar las fortalezas individuales (infraestructuras de lanzamiento, constelaciones de inteligencia, vigilancia, comunicación y reconocimiento militar u otras capacidades o servicios espaciales) de las diferentes naciones involucradas. 2. Potenciar la interoperabilidad y el intercambio de información, lo que eventualmente permitirá vincular los diversos sistemas de inteligencia y vigilancia espacial (conciencia de dominio espacial), que los diferentes aliados de los EE.UU. tienen.  3. La integración completa del espectro, que supone alinear las operaciones espaciales de las diferentes naciones a todos los niveles para tener una coalición multi nación sin fisuras en el espacio, estrechamente acoplados en formación y conceptos operativos, con miras a integrar las capacidades de conjunto ante potenciales crisis o conflictos. La USSF no sólo busca apoyo de sus aliados en el mundo para mantener el espacio seguro, también pretende aumentar la colaboración con sus socios comerciales en el desarrollo de innovadoras tecnologías y capacidades espaciales, donde la flexibilidad y velocidad de las empresas de la industria espacial es mucho más ágil y efectiva que el propio aparato de gobierno de los EE.UU.

 

En suma, el propósito de la hoja de ruta de integrar a las naciones afines a los EE.UU. para crear un ambiente seguro y cooperativo en el espacio, representa una iniciativa estratégica de gran alcance con el potencial de transformar la seguridad, la cooperación científica, la gobernanza y la economía espacial. De lograr implementarla con éxito, conducirá a un entorno espacial más seguro, cooperativo y próspero, en principio para las naciones participantes. Sin embargo, requerirá una planificación cuidadosa, un compromiso político sostenido y la superación de desafíos complejos relacionados con la armonización de políticas, el intercambio de información y la gestión de intereses divergentes. El anuncio de la USSF en el 40º Simposio Espacial de la Space Foundation marca un paso importante en esta dirección y será crucial observar cómo se desarrolla esta hoja de ruta en los próximos años.

 

Mientras las potencias espaciales, aun en entornos adversos también marcados por la reducción presupuestal, toman decisiones estratégicas de largo alcance y plazo en rubros como la seguridad y el comercio espacial con un impacto creciente en la exploración del espacio exterior, nuestro México desdeña la importancia estratégica del sector espacial que -bien articulado- impulsaría el desarrollo y consolidación de múltiples sectores e industrias nacionales, incluida la transformación digital. En fin, son temas cuya trascendencia es importante debatir y analizar con la finalidad de formular propuestas sólidas tendientes a la construcción, articulación y fortalecimiento del sector espacial en México, particularmente de la entidad a cargo de la misión de la otrora Agencia Espacial Mexicana (AEM), que además de asumir las facultades que le otorga la Ley de creación de la AEM, debe compaginar la conducción del sistema satelital MEXSAT y articular un Programa Espacial Mexicano (con componentes civiles y militares, para asuntos de seguridad nacional a cargo de las fuerzas armadas aéreas, navales y terrestres), que integre el desarrollo de satélites, motores y misiones espaciales nacionales a través de las capacidades espaciales nacionales generadas en la gran mayoría por nuestras universidades públicas y en las que participarán empresas privadas como Safran. En ese contexto, no debe dejarse al margen la necesidad de que se apruebe la Reforma constitucional en materia espacial, que una vez publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF), debe dar lugar a ley secundaria, Ley Nacional de Desarrollo Espacial, que regule las actividades espaciales, fomente el desarrollo científico - tecnológico y del sector espacial mediante inversiones públicas y privadas en la infraestructura necesaria, que impulse la generación de un ecosistema espacial, con la participación de diversas industrias relacionadas, así como la formación de capital humano especializado que se hará cargo de las misiones espaciales del Programa Espacial Mexicano.

 

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