El inicio de año plantea incertidumbre e interrogantes para el sector espacial, que muestran fragilidad y vulnerabilidad derivada de múltiples aspectos que se conjugan y evidencian riesgos y amenazas, más que oportunidades. Tradicionalmente, el sector espacial no ha sido entendido por los gobiernos en turno, ni mucho menos impulsado para servir como plataforma de desarrollo de otros sectores e industrias. La administración que recién inicia ha realizado ajustes impulsando la conversión del Conahcyt en la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SCHTI), así como la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), con nivel de secretaría de Estado y con una amplia cartera de asuntos, incluida la agenda espacial a cargo de la Agencia Espacial Mexicana (AEM); en los últimos meses he abordado en detalle esta génesis, sus desafíos y oportunidades, además de sugerir la hoja de ruta y elementos del Programa Espacial de México, que considero requiere el sector espacial en la planeación (PND 2024-2030) y presupuesto del actual gobierno.
En este contexto, la publicación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2025 en la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación (DOF), el pasado 24 de diciembre, oficializa los recortes al gasto público por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el cual fue aprobado hace unas semanas por la Cámara de Diputados. Se trata del primer presupuesto del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, que busca reducir el alto déficit fiscal del 2025, a partir de ajustar a la baja el gasto en diversas áreas. Los bajos ingresos y los compromisos para amortizar el financiamiento de las obras icónicas de la pasada administración dificultarán la consolidación fiscal este año que inicia.
De acuerdo con el análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), “Paquete Económico 2025: Recortes al gasto e implicaciones para la competitividad”, el gasto total previsto para el 2025 será de 9.3 billones de pesos, de los cuales parte importante se destinará al pago de deuda y a garantizar la continuidad de programas sociales e inversiones de la administración anterior. En ciencia y tecnología, el IMCO destaca que el presupuesto se recortó en 7.4%, afectando a 60 instituciones de investigación y educación superior, que incluyen a la UNAM e IPN. Según el IMCO estos recortes generalizados pondrán en riesgo a diversas áreas críticas para el desarrollo del país, como salud, educación, seguridad, ciencia y tecnología, comprometiendo la calidad de vida y el crecimiento económico. En términos generales, la caída del gasto público responde a la necesidad de reducir el déficit fiscal en el 2025, de 5.9 a 3.9%; una de las preocupaciones señaladas por organismos internacionales y agencias calificadoras respecto a las finanzas públicas del país.
En este escenario, el sector espacial atraviesa un momento crítico de aguda tensión e inestabilidad en el que eventos clave, como el reciente relevo de administración y el cambio de la AEM de la SICT a la ATDT, modifican las perspectivas, posibilidades y oportunidades de articulación, desarrollo y consolidación del sector espacial mexicano. Estos acontecimientos producen un cambio abrupto e irreversible para el desarrollo y consolidación futuro del sector espacial.
Los elementos que configuran el punto de inflexión estarán determinados -en gran medida- por el rumbo que le depara a la Reforma constitucional en materia espacial, a partir de ello serán cruciales la formulación de ley secundaria (Ley Nacional de Desarrollo Espacial), la definición de una política pública en materia espacial -partiendo de la actualización de las Líneas Generales de Política Espacial de México que constituirán la Política Espacial de México-, la prioridad y presupuesto que asigne la ATDT a la AEM para consolidar un Programa Espacial Mexicano con visión de futuro, incluido el satélite 100% mexicano y la misión espacial anunciados hace algunas semanas por el equipo de la Dra. Sheinbaum, que generaron amplia polémica. La articulación del sector espacial, la agenda estratégica y la implantación del sistema nacional de innovación espacial serán tareas fundamentales a cargo de la AEM, con apoyo de la cuádruple hélice.
En paralelo a la generación de regulación en materia espacial, el gobierno de México debe impulsar la inversión nacional y extranjera, particularmente en infraestructura espacial. Para la consecución del Programa Espacial Mexicano, el satélite y la misión espacial latinoamericana, será necesario invertir en la creación y desarrollo de capacidades nacionales que incluyen laboratorios espaciales, plataformas de lanzamiento, vehículos de lanzamiento espacial (cohetes), estaciones terrenas, satélites de observación de la Tierra, telecomunicaciones y navegación, centros de entrenamiento especializado para astronautas, entre otras capacidades necesarias para el país.
La apuesta de la administración Sheinbaum en materia espacial aun no termina de delinearse, salvo por los anuncios del satélite y la misión. El Programa Espacial Mexicano, como parte del PND 2024-2030, requiere la articulación funcional de las entidades que sumarán sus capacidades bajo la conducción de la ATDT-AEM y la asignación presupuestal necesaria en el PEF 2025 y subsecuentes. Este año se prevé complicado presupuestalmente para el arranque del Programa Espacial Mexicano, sin embargo, se puede avanzar en el desafío que implica la articulación del sector, el establecimientos de los canales de coordinación interinstitucional y la comunicación para el desarrollo de los proyectos. La inercia de la actividad espacial requerirá por sí misma una asignación presupuestal más amplia en los siguientes años; lo que permitirá reducir la incertidumbre, riesgos y potenciales amenazas para el sector, convirtiendo estos en fortalezas y oportunidades. En ese sentido, el rol del Programa Espacial Mexicano en el PND 2024-2030 será determinante para lo que le depara al sector espacial nacional en el segundo piso de la cuarta transformación.
El país requiere desarrollar un ecosistema espacial robusto integrando a la cuádruple hélice en torno a un Programa Espacial Mexicano que impulse el desarrollo de otros sectores e industrias. La academia esta realizando un gran trabajo en materia de investigación y desarrollo, corresponde al gobierno impulsar la regulación y política pública en materia espacial e invertir en infraestructura espacial, de igual forma la industria debe invertir en proyectos espaciales como plataformas y vehículos de lanzamiento, estaciones terrenas y satélites, entre otros. El 2025 no se vislumbra fácil para el sector espacial en México, pero con el concurso articulado de todos los actores concernidos en la cuádruple hélice la tarea requerida puede ser menos difícil.
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