En las últimas décadas, hemos sido testigos de un avance extraordinario en la exploración y explotación del espacio, lo que ha dado lugar a un crecimiento gradual pero sostenido de la economía espacial. La participación de gobiernos, empresas privadas y organizaciones internacionales ha llevado a la creación de una industria espacial diversificada y en rápido desarrollo, que abarca desde la comunicación satelital, la observación de la Tierra (imágenes satelitales e inteligencia geoespacial), las misiones de reabastecimiento a la Estación Espacial Internacional (EEI), el auge de los vuelos suborbitales y la minería de asteroides en ciernes. Esta significativa transformación del sector produce una mayor integración espacio-sociedad y tiene el potencial de modificar la forma en que interactuamos con el espacio e incidir en la economía global.
La economía espacial es una rama económica enfocada en la actividad, investigación y explotación de los recursos espaciales, esta área de la economía se desarrolló a raíz de que las empresas privadas se articularon al sector público en el impulso a la innovación en materia espacial. Con lo cual -como lo analizaremos más adelante-, algunas de las empresas más grandes están expandiendo sus operaciones y mercado hacia el espacio ultraterrestre. La industria espacial es diversa, en permanente evolución y crecimiento en la economía espacial, y abarca ámbitos como la fabricación de cohetes, satélites, misiones espaciales y los servicios relacionados, entre los que el desarrollo tecnológico vislumbra el turismo y la minería espacial como industrias emergentes. La corriente de negocios promovida por la economía espacial reside en la aproximación de los modelos productivos y de investigación científico-tecnológica hacia el espacio exterior; sin lugar a duda, la industria espacial evoluciona tal como lo hizo en su momento la industria aeronáutica.
Tradicionalmente, la industria espacial -controlada por la agencias espaciales- se asociaba con la fabricación de sistemas de lanzamiento, sistemas satelitales, sistemas de soporte vital de apoyo a los astronautas (trajes espaciales y equipos para uso en las misiones espaciales), sin embargo, al iniciar el siglo XXI las empresas privadas -con tecnologías disruptivas e innovadores modelos de negocio- irrumpieron de manera intensiva en la industria, ampliando el catálogo de productos y servicios, en diversas áreas, para el abastecimiento de los viajes espaciales comerciales.
El surgimiento de empresas privadas como SpaceX, Blue Origin y Rocket Lab ha revolucionado la industria al introducir tecnologías reutilizables, reduciendo los costos democratizando el acceso al espacio. La comunicación satelital ha sido uno de los motores clave de la economía espacial. El despliegue orbital de infraestructura espacial posibilita el desarrollo de nuevos servicios y aplicaciones, en sectores como la meteorología, la energía, las telecomunicaciones, el transporte aéreo, marítimo, terrestre y el desarrollo urbano planificado. Los satélites de comunicaciones proporcionan servicios de televisión, internet, telefonía, servicios bancarios y seguros, entre otros, conectando a personas de todo el mundo. Además, el rastreo satelital (GPS) y la observación de la Tierra están revolucionando sectores e industrias como la agricultura y pesca de precisión, monitoreo y gestión de recursos naturales (medio ambiente), el clima, la alerta temprana y respuesta ante desastres ocasionados por fenómenos naturales, y el transporte, entre otros beneficios para la sociedad (por ejemplo, logística marítima, aérea y terrestre, agenda digital, política de seguridad y defensa, estrategia de desarrollo sostenible, etc.).
En ese contexto, términos como el "new space” y la “Nueva Carrera Espacial” (NCE) surgieron como conceptos, tendencias y paradigmas que nos permiten interpretar la nueva realidad del sector espacial. La NCE la hemos revisado recientemente y el new space también lo hemos analizado en esta columna en forma recurrente. De manera tal que, lo ubicaremos como un componente comercial de la industria espacial, centrado en las misiones espaciales (vuelos) privadas, la industria satelital y la generación de negocios para los inversionistas interesados en el sector espacial civil y de defensa. La exploración espacial y la innovación generan un amplio abanico de posibilidades y un punto de inflexión del desarrollo económico fuera de la Tierra, la consecuente expansión del mercado hacia el espacio, con el fin de proyectar a la humanidad en el espacio profundo, al tiempo de mantener y apoyar la vida en la Tierra.
El activo papel que juegan en la NCE países como EU, China, Rusia e India -en un primer plano, con sendos proyectos en la Luna y Marte- así como las grandes empresas como SpaceX, Blue Origin, Virgin Galactic, Rocket Lab, United Launch Alliance (ULA), Axiom Space, Northrop Grumman, Lockheed Martin, Airbus y Boeing entre muchas otras, da cuenta de la configuración de la economía y el comercio espacial en la etapa actual del new space. De acuerdo con Space Capital (empresa de capital de riesgo), a partir de 2014 se invirtieron alrededor de 269,000 millones de dólares en empresas espaciales privadas, de los cuales casi la mitad de este monto financió a compañías estadunidenses, mientras que sólo el 29% se invirtió en empresas chinas.
En la economía espacial, que concentra actualmente alrededor del 80% de la actividad espacial, los beneficios de la inversión son evidentes en una infraestructura satelital global en vertiginoso crecimiento -con poco más de 9,000 satélites orbitando la Tierra-, donde las constelaciones de satélites pequeños (y más económicos) ofrecen acceso a mayores volúmenes de datos generados por el Internet de las cosas (IoT), y los datos satelitales están transformando la gestión y transparencia de la cadena de suministro en la industria satelital. Por su parte, el Big Data, una poderosa herramienta en áreas como la observación del clima, amplia la capacidad de análisis e inteligencia artificial y robustece la conversión de datos e imágenes en tiempo real generando innovación en toda la industria. Con ello, el mercado espacial ha experimentado un aumento significativo en la inversión y la actividad comercial en los últimos años, al grado que según algunos analistas, esta tendencia creciente y la migración de la actividad espacial de las orbitas bajas y media hacia el espacio profundo, perfilan a la industria espacial -hacia 2040- para convertirse en la industria del billón de dólares.
Incursionar en la dinámica de la economía espacial -en auge- por parte de entusiastas emprendedores (astropreneurs), requiere de una amplia comprensión de la confluencia entre tecnología y emprendimiento con visión de largo plazo. La industria espacial -en rápido crecimiento- presenta un conjunto único de retos y oportunidades para quienes operan en esta. Los emprendedores, profesionales, empresarios e inversionistas del sector espacial deben estar al día en los últimos avances en los aspectos técnicos y empresariales de la industria para alcanzar el éxito y mantener una ventaja competitiva. Esta reflexión busca ofrecer una amplia panorámica de las consideraciones importantes y mostrar casos de éxito en la nueva economía espacial, enfocándose tanto en la perspectiva técnica como en la empresarial. Como puede observarse, el futuro de la economía espacial es ampliamente prometedor, con varias tendencias clave que se perfilan en el mediano y largo plazo, entre las que destacan:
-Colonización y exploración del espacio profundo: a medida que avanza la tecnología, la colonización de otros cuerpos celestes, como la Luna y Marte, se vuelve más factible. Las bases que se establecerán en estos lugares allanarán el camino para la explotación de recursos locales (ISRU) y la investigación científica de largo plazo.
-Energía solar espacial: la captura de energía solar en el espacio y su transmisión a la Tierra -como negocio- eventualmente podrá resolver problemas energéticos globales. Las plantas de energía solar en órbita podrían generar cantidades masivas de energía sin estar sujetas a limitaciones.
-Industrialización espacial: la fabricación robotizada en el espacio es más eficiente debido a la microgravedad y la disponibilidad de recursos. En estas condiciones únicas la producción de nuevos materiales avanzados y medicamentos podrá mejorarse considerablemente. Los orbitadores (laboratorios, estaciones, hoteles y fabricas) espaciales comerciales, en el mediano y largo plazo, son una tendencia irreversible.
-Rutas de comercio espacial: a medida que las actividades en el espacio ultraterrestre se multipliquen, atestiguaremos el surgimiento de rutas de comercio espacial, donde las naves espaciales de las grandes empresas transporten bienes y recursos entre la Tierra, la Luna y otros destinos.
-Turismo espacial expandido: a pesar de la ausencia de regulación internacional en la materia y aunque los precios aún son elevados, el turismo espacial se ha convertido en una realidad. Actualmente, los vuelos suborbitales (Virgin Galactic) a 88 kms sobre el planeta tienen un costo aproximado de 450 mil dólares, que permite al turista observar la curvatura de la Tierra y experimentar la microgravedad por alrededor de tres minutos, antes de retornar. Por su parte, Blue Origin ofrece un servicio similar a un costo de 200 a 300 mil dólares (dependiendo de la duración del vuelo suborbital: 11 o 45 minutos) a una altitud aproximada de 100 kms sobre la Tierra. Los viajes de 10 días a la EEI (SpaceX-Axiom Space) tienen un costo exorbitante de 50 millones de euros, sin embargo, en la medida que la tecnología madure, la competencia aumente, los costos de los vuelos disminuyan y la tecnología se vuelva más segura, el turismo espacial se convertirá en una industria regulada más accesible y común, brindando experiencias únicas a un público más amplio, incluyendo estancias en hoteles espaciales.
-Las estaciones espaciales comerciales. Bigelow Aerospace (hoy en inviabilidad financiera) desarrolló hace 20 años los destinos orbitales comerciales en el espacio, con la idea de una estación espacial comercial para la NASA, antes de que ésta planeara el retiro de la EEI. En 2016 conectó un módulo inflable de actividad expandible (BEAM) a la EEI, Axiom Space y otros proveedores comerciales aprovecharon el fracasó de Bigelow, Nanoracks opera una esclusa de aire en la EEI y Sierra Space tiene su propia versión de un hábitat inflable -Large Integrated Flexible Environment (LIFE)-, componente de la apuesta de Blue Origin en una estación espacial comercial proyectada (Orbital Reef). Axiom Space -contratada por la NASA- planea construir el módulo de transición que conectará a la EEI con una instalación autónoma de vuelo libre denomiada Axiom Station, que en algún momento se separará para convertirla en su propia estación espacial. Poner en órbita estaciones espaciales inflables masivas y grandes tripulaciones requiere lanzadores aún en desarrollo, como New Glenn (Blue Origin), SLS (NASA) o Vulcan (ULA), y múltiples opciones de transporte de tripulación rápidas, confiables y seguras. SpaceX (Starship), es un único proveedor de vuelos espaciales tripulados comerciales. En esta línea, la NASA fomenta el transporte comercial de carga y tripulación a la EEI, financiando a empresas como Axiom Space, Blue Origin, Nanoracks y Northrop Grumman para desarrollar destinos espaciales comerciales -de órbita terrestre baja (CLD)- hasta el 2025; con estos avances, es previsible que estas empresas también desarrollen infraestructura para el turismo espacial.
-La minería de asteroides y la explotación de recursos espaciales representa una nueva frontera en la economía espacial. Los asteroides contienen minerales como platino, oro y elementos raros que son escasos en la Tierra, utilizados por industrias como la satelital, celulares y computo. El desarrollo en ciernes de tecnologías para extraer en el espacio y transportar estos recursos a la Tierra, generará una industria multimillonaria. Algunas empresas están investigando formas de realizar minería espacial en las próximas décadas, aunque todavía enfrentan desafíos técnicos y regulatorios significativos.
-Sostenibilidad y regulación: a medida que la economía y el comercio espacial crezcan, será esencial establecer una regulación multilateral efectiva para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de la lucrativa actividad espacial (en sus diferentes vertientes) y evitar conflictos en el espacio. La regulación internacional y la sostenibilidad ambiental del espacio ultraterrestre serán consideraciones críticas a medida que la industria espacial evolucione.
Como puede observarse, la economía y el comercio espacial están en una franca fase de auge y rápido crecimiento en los múltiples sectores anteriormente descritos, que pueden resultar atractivos para los emprendedores espaciales. A medida que la tecnología espacial avanza y los costos disminuyen, es factible que veamos una mayor exploración, explotación y colonización del espacio en las siguientes décadas. Sin embargo, como lo hemos advertido en reflexiones previas, es crucial abordar los desafíos técnicos, regulatorios y éticos, para asegurar un desarrollo sostenible y beneficios duraderos tanto en la Tierra como en el espacio ultraterrestre.
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