El periodo de adaptación post pandemia (COVID-19), en el ámbito espacial nacional y global, dejó lecciones aprendidas difíciles pero importantes, además de múltiples retos, por ello el año que inicia es el momento propicio para transformar los grandes retos y desafíos en oportunidades para el desarrollo espacial.
El entorno macroeconómico global y regional adverso, así como el impacto de la guerra en Ucrania, son el contexto en el cual debemos ser capaces de articular oportunidades para el desarrollo espacial, en beneficio de la población mexicana, a través del concurso y estrecha colaboración incondicional de los sectores público, privado, academia y sociedad civil organizada, sin olvidar el enorme talento y capacidades en ciernes que representa el entusiasta y activo sector juvenil, bajo el liderazgo y mentoría de las instituciones y organismos ejecutores de políticas públicas, programas, proyectos, actividades espaciales.
En esta enorme tarea, que impone retos de grandes proporciones, será muy importante el trabajo articulado de las entidades espaciales más importantes del país. La Agencia Espacial Mexicana (AEM) y sus centros de desarrollo espacial en el Estado de México y Zacatecas; la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE)-México; la Feria Aeroespacial de México (FAMEX); la Cámara de Diputados; la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA) y sus asociados del sector espacial; la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia (FUMEC) y TechBA Aerospace; el Consejo Mexicano de Educación Aeroespacial (COMEA) y todas las universidades afiliadas con carreras relacionadas al sector aeroespacial; el Centro Regional de Enseñanza en Ciencia y Tecnología del Espacio para América Latina y el Caribe (CRECTEALC), Campus México, y la Fundación Acercándote al Universo (FAU), que con su expertise acumulado asume su responsabilidad en este desafío como sociedad civil organizada en el sector espacial.
Esta sinergia coordinada, en atención a las necesidades del desarrollo espacial nacional, debe entretejer -con una visión de largo plazo- las estrategias y agendas del gobierno federal en materia espacial, satelital, digital y de la sociedad de la información y del conocimiento, con la agenda y estrategias de desarrollo de la naciente industria espacial nacional e incluir los programas académicos y planes de formación de capital humano especializado en el sector espacial de todas las universidades en el territorio nacional, así como las actividades en el ámbito espacial de la sociedad civil organizada. Lo anterior permitirá fomentar la creación, desarrollo y consolidación de un ecosistema espacial en México, en el que participen los clústeres aeroespaciales a nivel nacional, industria y universidades, lo que a su vez producirá el impulso al desarrollo de misiones espaciales de alto nivel en el marco de acuerdos de cooperación internacional, como el NASA Artemis Program, en colaboración regional a través de la ALCE y con otras agencias espaciales en el mundo.
Luego de un periodo largo de logros y consolidaciones difíciles para el desarrollo espacial en México, desde la creación de la AEM en 2010, es momento de diseñar e iniciar a construir las bases de un desarrollo espacial nacional sostenible con programas y estrategias robustas, para el beneficio de la sociedad mexicana y en favor del desarrollo nacional. El reto está identificado, transformar a México en un actor espacial relevante tanto a nivel regional como internacional en las siguientes décadas, en segmentos gubernamentales (incluido el militar) y comerciales (civil) como los siguientes:
• CubeSats/nanosatélites y sus múltiples aplicaciones.
• Diseño de subsistemas, integración de satélites (fabricación).
• Validación de subsistemas y procesos (Acreditación, normalización y certificación).
• Satélites de observación de la Tierra (EO).
• La industria del space data (análisis de imágenes/big data).
• Estaciones terrenas (ground support equipment) y control de operaciones en órbita.
• Software de simulación (tecnología, materiales, ambientes controlados).
• Minería espacial (Rovers) ISRU.
• Hábitats para misiones análogas.
• Internet de banda ancha y comunicaciones.
• Ciencia básica aplicada al universo.
• Lanzadores de naves espaciales (plataformas de lanzamiento/cohetería).
El escenario donde se presentarán -este año- varias de las estrategias, planes, programas, proyectos y actividades espaciales es FAMEX 2023, que está constituyéndose en una importante plataforma nacional y regional en la que concurren los actores más importantes del ámbito aeroespacial. Este año, FAMEX contará con un Pabellón Espacial en que estarán representadas las entidades más destacadas del sector espacial nacional e internacional y contará con un auditorio en el que reconocidos conferencistas estarán compartiendo reflexiones, análisis e información relacionada con el desarrollo espacial de México.
La nueva era espacial y el New Space imponen nuevas reglas a la industria espacial -en acelerada y permanente evolución- que requiere de nuevos, innovadores y disruptivos productos y servicios para su comercialización. El eje del desarrollo espacial en México está definido, en gran parte, por el diseño y formulación de un Plan Nacional de Articulación del Sector Espacial (Plan de Órbita 3.0) y la Agenda Estratégica Espacial que impulse un Sistema Nacional de Innovación Espacial (SNIE) y genere un consenso amplio en la comunidad espacial en favor de una Ley Nacional de Desarrollo Espacial (LNDE), que regule la actividad de México en el espacio y ofrezca certeza jurídica a inversionistas nacionales y extranjeros en este sector estratégico para el desarrollo nacional. A grandes rasgos, esta sería la hoja de ruta a seguir en este y los siguientes años en la agenda espacial nacional.
Es importante que el gobierno federal se comprometa con el sector espacial apoyando a la AEM, incrementando los recursos destinados al desarrollo espacial, impulsando política pública y legislación que favorezca la inversión productiva y desarrollo de infraestructura espacial, los programas de vinculación industria-universidad que detonen proceso de innovación y el emprendimiento espacial en la juventud visionaria, para que sea este segmento el que dé cabida en la industria espacial nacional a las futuras generaciones de ingenieros y especialistas en el ámbito espacial. Además del activo apoyo del Congreso de la Unión para elevar a rango constitucional las actividades espaciales, legisle y apruebe la ley secundaria necesaria para el desarrollo del sector espacial.
Por su parte, el sector privado debe invertir fuertemente en los sectores previamente descritos que promuevan una acelerada inmersión de este sector productivo en las corrientes de industria 4.0, economía naranja y circular, que garanticen la sostenibilidad a largo plazo de la actividad espacial de México en el competitivo entorno global. La academia, por su parte, debe acercar el desarrollo científico tecnológico (centros de investigación, desarrollo e innovación) a la inversión y los sectores productivos relacionados con el espacio.
La sociedad civil está consciente de su papel en este gran desafío y de las oportunidades que representa el involucrarse en la agenda del desarrollo espacial nacional. En ese sentido, la FAU está dispuesta a sumar, impulsar y articular iniciativas de largo alcance conjuntamente con actores nacionales (en gobierno, industria, academia y sociedad civil) e internacionales, entre los que destacan el Consorcio Espacial Latinoamericano (CELAT) y la Red Latino Americana y Caribeña de Universidades e Instituciones que investigan sobre la tecnología, política y derecho espacial (RELACA-Espacio).
Como puede observarse, la hoja de ruta es clara y la agenda espacial 2023 para México está, si la observamos de manera optimista, llena de oportunidades para un promisorio futuro del desarrollo espacial en México. Así que, para transformar los retos en oportunidades, es momento de poner manos a la obra.
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