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La gestión eficiente de residuos es clave para que el transporte aéreo reduzca su impacto ambiental y avance hacia una economía circular. Sin embargo, el aumento en el número de pasajeros plantea desafíos crecientes para las aerolíneas, especialmente debido a la falta de datos confiables que dificultan la cuantificación de costos, advirtió la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
Para comprender mejor la generación de residuos a bordo, el Aviation Sustainability Forum (Foro de sostenibilidad de la aviación), con el respaldo de la IATA, auditó 25 vuelos entrantes al Aeropuerto Changi de Singapur entre noviembre de 2023 y marzo de 2024. El estudio reveló que cada vuelo generó, en promedio, 237.3 kilogramos de residuos, lo que equivale a 0.94 kilogramos por pasajero.
En vuelos de largo recorrido, la cantidad promedio fue de 301.1 kilogramos por vuelo y 1.22 kilogramos por pasajero, lo que representa una reducción del 15% en comparación con una auditoría similar realizada en 2014 en 14 vuelos de largo recorrido hacia el Aeropuerto de Londres-Heathrow. En ese estudio, se reportaron 354.7 kilogramos de residuos por vuelo y 1.43 kilogramos por pasajero.
El análisis también mostró variaciones significativas según la duración del vuelo. Los vuelos de largo recorrido generaron aproximadamente el doble de residuos por pasajero en comparación con los de corto recorrido y un 33% más que los de media distancia.
Según la IATA, estas diferencias evidencian la necesidad de establecer prácticas de gestión de residuos homogéneas, así como una metodología estándar que permita definir, monitorear y registrar datos de manera uniforme y periódica.
Si bien se han logrado avances, la transición hacia una economía circular en la gestión de residuos de cabina requerirá esfuerzos sostenidos e iniciativas regulatorias que faciliten la implementación de prácticas de cero residuos en vertederos.
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