Las aerolíneas y la industria de la aviación de Estados Unidos en general recibieron con agrado la reforma fiscal impulsada por el presidente Donald Trump y aprobada por el Congreso, de mayoría republicana, a finales de diciembre.
Sin embargo, estos cambios en el sistema impositivo estadounidense tendrán impactos diversos, dependiendo de la compañía y su situación financiera.
Pero hay dos principales beneficios y una desventaja en este nuevo entramado fiscal de la Unión Americana. Estos son los lados positivos.
Recorte a la tasa corporativa
El logro más grande de la reforma fiscal del presidente Donald Trump es el recorte de la tasa de impuesto a las ganancias de los corporativos, del 35 al 21 por ciento. Esta reducción pone a Estados Unidos en una posición mucho más favorable para atraer inversiones. Por ejemplo, en México la tasa a corporativos es de 30 por ciento.
“Incluyendo el promedio de impuestos estatales y locales, la tasa combinada de impuestos a corporativos podría bajar de 25 a 26 por ciento”, señaló UBS en un reporte.
Algunas compañías como American Airlines, Southwest y Alaska celebraron el recorte dando bonos a sus empleados y anunciando nuevas inversiones.
Otras compañías, como United Airlines, ya sintieron el efecto del recorte fiscal en sus estados financieros. United reportó que obtuvo ahorros por 192 millones de dólares en el trimestre de octubre-diciembre de 2017 debido al pago diferido de impuestos.
Mayor deducción en compras de activos
El sistema fiscal de Estados Unidos permitía a los negocios deducir hasta el 40 por ciento de la compra de activos, como maquinaria, equipo y software en el primer año. A esta herramienta se le llama “bono de depreciación” (Bonus depreciation). Este beneficio sólo aplicaba para la compra de activos nuevos.
La reforma fiscal permite que la deducción de estas compras llegue a ser del 100 por ciento y abarque también el equipo usado. Las aerolíneas pueden aprovechar esta herramienta para ahorrar en la compra de aeronaves.
“Esto permitirá a los contribuyentes cancelar inmediatamente el costo de los aviones adquiridos y puestos en servicio después del 27 de septiembre de 2017 y antes del 1 de enero 2023. Para los años fiscales posteriores a 2022, la ley prevé una reducción progresiva de las deducciones del 20 por ciento anual para aeronaves calificadas adquiridas y puestas en servicio antes del 1 de enero de 2027”, indicó la Asociación Nacional de Negocios de la Aviación (NBAA, por sus siglas en inglés) en un reporte publicado poco después de que la reforma fue aprobada.
Esta herramienta no aplica para los dueños particulares de aeronaves.
Límites a deducción de intereses
Los cambios que pueden afectar negativamente a las aerolíneas y compañías en general están el límite a la deducción de pagos de intereses.
A partir de 2018, el límite de deducción de pago de intereses para las compañías será hasta de 30 por ciento de sus ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (Ebitda, por sus siglas en inglés). Esto puede pegar a las compañías con un alto grado de apalancamiento, como las aerolíneas.
No obstante, la reforma fiscal puede traer más beneficios que abonen a la competitividad entre las aerolíneas, indicó David Bernon, analista senior de Bernstein, en un documento publicado en diciembre.
“Si bien puede llevar un tiempo, esperamos que a largo plazo la industria aérea encuentre la forma de competir con las ganancias inesperadas de la reforma tributaria, como tarifas más bajas (lo cual no es del todo malo, ya que el mercado debería crecer) o en costos laborales”, agregó.
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