Jean-Yvess Grosse se unió a Aviación Sin Fronteras (ASF) en 2013, después de haber ocupado diversos puestos de responsabilidad en Air France, notablemente la presidencia de la extinta aerolínea Régional (que se unió con Brit Air y Airlinair para formar HOP!); también fue director de recursos humanos de pilotos y director de Control de Operaciones. Este politécnico, que tuvo sus primeros trabajos en el gabinete del Ministerio de Transportes, tiene grandes ambiciones para ASF, principalmente la de llevar a la ONG al primer lugar a nivel mundial en materia de transporte aéreo humanitario. De nuevo.
¿Cuál es el rol de Aviación sin Fronteras?
Aviación Sin Fronteras es una asociación creada en 1980, después de que nos diéramos cuenta del rol primordial que debe jugar la aviación dentro de las operaciones humanitarias y sociales. Nuestra ambición del día de hoy es ser la ONG de referencia en el mundo aéreo. Estamos siempre al servicio de la humanidad, a través de diversas acciones. A nivel internacional, llevamos a niños enfermos a Europa, para que puedan recibir atención médica vital, transportamos a grupos de refugiados hacia los países que los acogerán y transportamos ayuda de emergencia a todo el mundo. En Francia, ofrecemos ayuda aérea a personas con discapacidades físicas y buscamos sensibilizar a los jóvenes que estudian en el área aeronáutica.
Operamos dos aviones Cessna Caravan en regiones remotas de África con la ayuda de financiamientos obtenidos principalmente de la ONU y de ECHO, la dirección de la Comisión Europea encargada de las acciones humanitarias y de seguridad civil. Durante mucho tiempo, operamos esencialmente en la República Democrática del Congo, donde establecimos relaciones formales con la ONU. El Congo fue, durante la primera década del 2000, una región de prioridad humanitaria, debido a la guerrilla y la inaccesibilidad de muchas comunidades. Más recientemente, intervenimos en Guinea, durante la lucha contra el ébola; fuimos financiados por el gobierno francés. De igual forma, durante algún tiempo –en el peor momento de la crisis–, fuimos los únicos en operar al interior de la República Centroafricana.
¿Cuáles son las prioridades de la ONG?
Tenemos cuatro prioridades principales. La primera es funcional: reforzar la gestión de riesgos. La segunda es de conseguir notoriedad y hacernos conocer tanto en el mundo de la aviación como en el público en general, con el objetivo de conseguir más recursos financieros y prestaciones de servicios que nos permitan mejorar nuestras acciones. La tercera prioridad es conseguir relanzar las misiones que hasta ahora han tenido muy poco nivel de actividad.
La cuarta prioridad es la de reforzar la cooperación internacional de ASF en Bélgica, España, Países Bajos, Gran Bretaña, Finlandia y Alemania, con el objetivo de acrecentar nuestra notoriedad internacional. Con respecto a eso, recién tuvimos una reunión en Madrid en la que buscamos consolidar la creación de Aviación Sin Fronteras Internacional. Con la creación de esta nueva organización –fundada gracias al impulso de ECHO, que busca la consolidación de ASF en Europa–, esperamos reforzar nuestra capacidad de obtener financiamientos de grandes instituciones.
Para responder a las exigencias de la ONU y de ECHO, obtuvimos un certificado de transporte aéreo en Europa. También buscaremos obtener una segunda certificación y crear una organización en África, que nos dé mayores flexibilidades operacionales que faciliten la atención de las grandes instituciones europeas.
La ASF opera en zonas con grandes problemas, notablemente en África. ¿La amenaza terrorista impide a la ONG a intervenir en ciertas regiones del mundo?
Históricamente, siempre hemos intervenido en zonas de riesgo, sin embargo, estos problemas son diferentes en cada región. Desde nuestra creación, hemos sufrido distintos ataques: nos derribaron un avión en Sudán del Sur, y dispararon contra nosotros en Camboya, por mencionar unos ejemplos. La problemática de la seguridad no es nueva para nosotros. Aunque es verdad que la zona del centro de África se ha convertido en una región conflictiva. Durante el estallido de violencia que hubo en la capital de Burundi, Buyumbura, dos de nuestros trabajadores quedaron atrapados dentro de la ciudad. En República Centroafricana hubo un periodo en el que nuestros pilotos tuvieron que ser escoltados por personal de la ONU. Todo esto es parte del riesgo de nuestro trabajo. Como parte de las precauciones que tomamos, inscribimos a nuestros voluntarios en el programa Ariana, con el que podemos seguirlos.
¿Cómo financian la compra de sus aviones?
Disponemos actualmente de una flota de dos aviones. El año pasado vendimos nuestra tercera aeronave, un Cessna Caravan C208. La ventaja de estos aparatos es que son avionetas que pueden aterrizar en pistas cortas y de terracería. Para el financiamiento de la compra de nuestra flota, podemos contar con la generosidad de la gente. Por ejemplo, cuando adquirimos nuestro último avión, que costó 1.6 millones de dólares, obtuvimos 700 mil euros en donaciones.
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