
Estudiantes de las carreras de ingeniería mecatrónica y de ingeniería mecánica automotriz del Centro Universitario Latino de Veracruz (CEULVER), construyeron la primera aeronave eléctrica tripulada denominada “Proyecto Mantarraya”.
Aunque no puede denominarse como un avión eléctrico de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL) debido a que no puede transportar a más de una persona, entre otras características, es un “trabajo de clase” que nació a partir de la curiosidad tras hablar sobre drones.
El vehículo costó poco más de 300,000 pesos, tiene un peso de 86 kilogramos, 4.80 metros de largo y de 2.70 metros de ancho que, técnicamente, es capaz de soportar hasta 300 kilos de carga debido a sus seis motores industriales.
A pesar de esto, Víctor Leyva, ingeniero eléctrico y profesor de la clase, estimó que la aeronave es capaz de cargar a una persona de 80 kilogramos como máximo, ya que hasta el momento sólo se probó con uno de los estudiantes a dos metros de altura durante algunos segundos, precisa el portal La Silla Rota Veracruz.
“Hasta el día de hoy no hemos hecho una prueba del máximo peso de despegue. Lo hemos mantenido, digamos, en un rango seguro de menos del 70% de la carga, pero ya hemos hecho pruebas con los costales de 120/130 kilogramos aparte del peso de la aeronave, y se ha levantado sin problemas”, comentó Leyva.
El proceso de planificación constó de diversas etapas. La primera fue su creación en un diseño 3D en realidad aumentada para luego ser probado en un software de simulación de esfuerzos, donde pudieron ratificar el tipo y calibre de los materiales para que fuera replicable.
La intención, explica el ingeniero Leyva, es que fuera ligero, resistente, de materiales fáciles de conseguir en cualquier país y que cupiera en cualquier batea para su traslado en casos de emergencia; la función para la que fue diseñado.
“Cuando nos atrevimos a pilotar realmente de tripulado fue porque estuvimos haciendo muchas pruebas, y pues decidimos ‘okay, ya aguantó 140 kilos, vamos a subir a uno’ (checamos) configuración, satélites, y ese día no había nada de viento, y nos atrevimos a hacer un vuelo”, cuenta el ingeniero.
El reconocimiento que recibió el proyecto fue tal que como resultado será presentado en la Feria Aeroespacial Mexicana (FAMEX) el próximo mes de abril.
Hasta el momento, Víctor Leyva explicó que la aeronave no es capaz de ser manejada desde el interior, pero sí a través de un control remoto con metros de alcance. Entre los elementos de seguridad que debe tener están la fibra de carbono, protectores en las hélices y demás cuestiones que, explica, le gustaría que fueran asesorados por la Secretaría de Marina.
De acuerdo con los alumnos el objetivo del proyecto, financiado por su universidad, no debe quedarse solo en el ámbito académico, sino que pueda tener aplicaciones reales, como el rescate aéreo en zonas de difícil acceso.
El proyecto ha recibido miles de comentarios de apoyo, incluso, algunos hasta ofrecen hacer una cooperación para seguir apoyándolos.
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