Recientemente, el avión espacial autónomo X-37B, fabricado por Boeing, emprendió su séptima misión a bordo de un cohete Falcon Heavy de SpaceX. Esta colaboración entre el sector privado y el gobierno busca validar nuevas tecnologías y promover la innovación en la exploración espacial.
"Los equipos del X-37B y de Boeing han creado una plataforma de experimentación más receptiva, flexible y adaptable", destacó William D. Bailey, Director de la Oficina de Capacidades Rápidas del Departamento de las Fuerzas Aéreas. El enfoque en la agilidad y la adaptabilidad posiciona a la nación para aprender más sobre operar y regresar del entorno espacial.
En esta séptima misión, el X-37B evaluará futuros experimentos tecnológicos para la concienciación del dominio espacial, crucial para garantizar operaciones seguras y protegidas en el espacio. Michelle Parker, vicepresidenta de Space Mission Systems en Boeing Defense, Space & Security, subraya que estos avances beneficiarán a la comunidad espacial, especialmente en el contexto creciente de sostenibilidad espacial.
Desde su lanzamiento inaugural en 2010, el X-37B ha establecido récords de resistencia, superando los 908 días durante su sexta misión. Con más de 1,300 millones de millas recorridas en sus 3,774 días en el espacio, este vehículo ejemplifica la asociación exitosa entre la Oficina de Capacidades Rápidas del Departamento de la Fuerza Aérea y la Fuerza Espacial de los Estados Unidos.
Como un reconocimiento a su contribución, en 2019 el X-37B recibió el Trofeo Robert J. Collier por avanzar en el rendimiento, la eficiencia y la seguridad de los vehículos aéreos y espaciales.
Facebook comments