El uso de drones se está extendiendo a diversos ámbitos de la investigación científica, como la conservación de la flora y fauna, entre otros rubros. Dos ejemplos claros de estas acciones, es lo que realizan la organización sin fines de lucro, ConCiencia México, y la Marina Armada de México, con el estudio del tiburón ballena y la vigilancia contra la caza ilegal de la vaquita marina, respectivamente.
En el caso del tiburón ballena, la idea es que este recurso ecológico, turístico y económico para las penínsulas de Baja California y Yucatán sea estudiado para usar los datos obtenidos y tratar de sacarlo de la lista de especies en peligro de extinción.
Según la doctora en Ciencias, Dení Ramírez Macías, en una entrevista para la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), dijo que dejando de lado la caza, que por fortuna en el país no es un grave problema, la principal amenaza para este enorme animal es la “pérdida de hábitat, la destrucción de manglar, ecosistema donde se generan los nutrientes para su alimentación”.
Aunque el tiburón ballena se ha convertido en un recurso turístico, el mal manejo de éste puede afectarlo, es por ello que su proyecto, Tiburón Ballena México, busca analizar su comportamiento ante la presencia de embarcaciones turísticas y nadadores, usando drones y cámaras submarinas.
La especialista dijo que "lo que buscábamos con este proyecto era obtener datos no invasivos del comportamiento del tiburón, para ello utilizamos cámaras en las aletas dorsales del animal y drones para filmar desde el aire”.
En el texto de Conacyt se detalló que el análisis con drones estuvo basado en el etograma de comportamiento. ´
Se registra el comportamiento del tiburón en solitario y se compara con el comportamiento del tiburón con embarcaciones y nadadores. Lo que se busca es registrar si el tiburón deja de comer, bucea, cambia de dirección o nada más rápido debido a la presencia de turistas”, señaló.
El análisis que realizaron encontró que sí se afecta el comportamiento de los tiburones, tanto por nadadores como embarcaciones. Sin embargo, Dení Ramírez puntualizó que: “Las afecciones al tiburón ballena ocasionadas por la actividad turística pueden minimizarse si se siguen las reglas establecidas para una buena práctica turística y los programas nacionales de manejo establecidos por la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales)”.
En el caso de la vaquita marina, la Marina Armada de México inició un operativo usando tres drones para protegerla de los pescadores que violan las restricciones en su hábitat.
En un comunicado de la Armada, se informó que las patrullas aéreas comenzaron en la parte norte del Golfo de California, el único sitio del mundo donde nace, vive y se reproduce la vaquita marina o marsopa.
La Armada dijo que el programa se denomina, Arcturus T-20, el cual operará día y noche garantizando que el polígono que se determinó para cuidar a la vaquita no se vea afectado por actividades ilegales.
Por su parte, la Secretaría de Medio Ambiente, dijo: “Este sistema de vigilancia tiene la finalidad de contribuir a la recuperación de la población de la vaquita marina y efectuar actividades contra la pesca furtiva del pez totoaba, así como apoyar el desarrollo y bienestar de las comunidades costeras del Alto Golfo de California”.
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