Por Lorena Valencia Rosales
A pesar de existir regulaciones internacionales que la fomentan, en México la medicina aeroespacial es poco conocida; incluso algunos médicos nunca han escuchado de ella.
¿Qué importancia tiene en el ámbito aeronáutico? Muchísima. El medio de transporte más seguro para viajar es el avión, sin embargo, aún siguen siendo operados por humanos, y los humanos cometemos errores que muchas veces pueden ser fatales. De inicio no me refiero a los pilotos, sino a las personas que toman las decisiones sobre esta importantísima materia que abarca temas como legislación internacional, seguridad nacional, medicina e ingeniería. Es toda una cadena de responsabilidades en donde la finalidad no es solamente el transporte aéreo sino la vida de las personas.
En un principio, el Convenio de Chicago sobre Aviación Civil señala claramente que la medicina aeroespacial debe de estar a cargo de la autoridad aeronáutica en el país, y México, al ser un Estado contratante de dicho Convenio, está obligado a cumplir con este señalamiento. Por otro lado, la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) emite recomendaciones respecto a diversos temas en materia de aviación civil que, si bien no tienen fuerza coercitiva, es importante adoptarlas a la legislación de cada país para homologar, entre otros propósitos, la seguridad aérea mundial. Hablando específicamente de medicina aeroespacial, la OACI, desde 1974, publicó un ‘’Manual de Medicina Aeronáutica Civil’’, mismo que se ha ido actualizando conforme a las necesidades mundiales, y está dirigido tanto al médico examinador experimentado como al perito en medicina aeronáutica y al médico evaluador, para orientarlos en la comprensión y resolución de sus funciones y casos complejos. En dicho documento se define al médico evaluador de la siguiente manera:
‘’Médico evaluador. Médico cualificado y experimentado en la práctica de la medicina aeronáutica, que ha sido designado por la autoridad otorgadora de licencias y que tiene las competencias para evaluar y determinar estados de salud de importancia para la seguridad de vuelo. ‘’
¿Qué podemos entender de esto? Que los médicos que evalúan a los pilotos deberán tener conocimientos específicos en medicina aeronáutica y habrán de ser designados por el Estado, con la finalidad de determinar si el evaluado tiene la capacidad de operar un vuelo de manera segura. Dentro de las recomendaciones, la OACI señala la importancia de que este tipo de médicos tengan conocimientos prácticos y experiencia con las condiciones en las que se desempeñan los distintos tipos de pilotos, pues no todos tienen la misma carga de trabajo y, por ende, la misma fatiga de vuelo. De este modo pueden comprender las exigencias físicas y psicológicas a las que se ven sometidos en la práctica.
El Derecho Internacional, además de ser para muchos apasionante, pues fomenta la armonización de diferentes situaciones a nivel mundial, en países en desarrollo como es el caso de México, no siempre es acatado, y la medicina aeroespacial no es la excepción. Si bien por muchos años la medicina aeroespacial estuvo bajo la supervisión del Centro Nacional de Medicina de Aviación (CENMA), reconocido por la NASA como el mejor instituto de su tipo en Latinoamérica, tiempo después fue absorbido por la Dirección General de Protección y Medicina Preventiva en el Transporte (DGPMPT), adscrita a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Aunque se sabe que lo anterior generó un declive en la industria, por lo menos jurídicamente estaba bien regulada, es decir conforme a las normas internacionales.
Durante la transición de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) a la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), en busca de su autonomía –y una de éstas características comprende que su titular sea designado por el presidente, de ahí que el actual titular siga la línea de titulares con carrera en el ámbito castrense–, entre los cambios más preocupantes está que la medicina aeroespacial pasó a depender de la DGPMPT, lugar en donde tristemente la formación y experiencia de los médicos evaluadores es extremadamente limitada, por no decir nula. Aquí es donde inicia la cadena a la que me refería al principio del artículo: este tipo de cambios, al carecer de estudios en la materia, que fungen simplemente como mover una ficha de ajedrez sin pensar en el resultado de la jugada, no solamente atentan en contra de los profesionales (entre ellos médicos e ingenieros en materia aeroespacial) que se han esforzado por mantener la industria, si no que ponen en riesgo la vida misma. La Ley de Seguridad Nacional, que tiene por objeto mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano (y por ende a la población), señala como amenaza a la seguridad nacional ‘’Actos en contra de la seguridad de la aviación’’, el no tener médicos capaces de detectar posibles síntomas en pilotos como visión negra, visión roja, vértigo de instrumentos, o la más común, fatiga de vuelo, siendo un claro ejemplo de amenaza a la seguridad aérea.
Hablando solamente del caso de fatiga de vuelo, se ha comprobado científicamente (por la Federal Aviation Administration) que un piloto con fatiga de vuelo, al aterrizar un avión a las cinco de la mañana, tiene impedimentos equivalentes a tener 0.08 por ciento de alcohol en la sangre, lo cual sobrepasa el límite legal para conducir un auto en varios países, y las probabilidades de tener un accidente aumentan 55% (si han trabajado por más de 13 horas); si a esto le sumamos la posibilidad de una falla mecánica o condiciones meteorológicas desfavorables, el resultado es evidentemente fatal.
Entonces, ¿en dónde estamos parados los mexicanos en materia de medicina aeroespacial? Estamos en un riesgo abismal. Se dice que un diputado tiene planes de presentar una iniciativa para que la medicina aeroespacial vuelva a estar bajo la tutela de la autoridad aeronáutica, siendo, por lo pronto, la única esperanza que hay para que la seguridad aérea del país vuelva a tener la calidad que tuvo en tiempos del CENMA, y tanto los profesionistas de la industria (médicos, ingenieros, pilotos, sobrecargos, entre otros) como los pasajeros, tengamos la seguridad aérea que merecemos.
Facebook comments