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28/03/2024

Robótica, aviación y humanidad

Rodrigo Soto-Morales / Martes, 30 Abril 2019 - 21:17

Twitter @rsotomorales

El tema de la aviación no tripulada está íntimamente relacionado con inteligencia artificial y con la automatización. Las capacidades aeronáuticas, acuáticas, marinas o de tierra de la tecnología existente permiten ya un crecimiento exponencial del mercado para los próximos cinco años.

Sin embargo las preguntas son: ¿Qué pasará con los trabajos de las personas?  ¿Los robots terminarán provocando tal sustituciones de funciones que lleven a transformar de tal manera la vida de la humanidad, despojándola de todas sus notas características a grado tal que lo humano cambie de significado?

La respuesta es: depende cómo afrontemos el reto. El despliegue de la inteligencia artificial y la automatización podría llevar a preguntarnos por lo que es propio de lo humano y es completamente ajeno e inalcanzable por la tecnología. Hoy, en una conversación con Brian Duncan de Bell, al explicarme su proyecto “Nexus”, dejó en claro que hay fronteras de lo propiamente humano que son insalvables. No obstante, que ese proyecto presenta un transporte aéreo y no tripulado de personas, es necesario prever en el diseño de la aeronave siempre un lugar para el piloto. La frontera psicológica de saber que hay un humano al mando del equipo siempre transmite mucha más seguridad y confianza. El caso de la falla del software MCAS de los Boeing 737 MAX 8 y 9, cuya falla se relaciona con las catástrofes en Indonesia y Etiopía son una muestra de ello.

Así pues, para enfrentar este “choque” entre tecnología y humanidad, Dan Lyons recomienda tres actitudes:

  1. No te confíes, hay aspectos de la realidad que sólo los humanos pueden hacer siempre mejor que las máquinas, aún aquellas que aprenden con inteligencia artificial. Vendrá el momento de desarrollarlas más y mejor.

  2. Hay que cambiar, sí, pero lentamente. Si el cambio hacia lo tecnológico se lleva a cabo de forma masiva y sin ponderación, sólo porque es más eficiente y práctico, así como más barato, habrá un costo social que lejos de mejorar la vida de las personas la empeorará.

  3. Hay que seguir invirtiendo en el capital humano. Cerrar la laguna —la brecha digital y tecnológica—, con el personal de las empresas. Se trata de potenciar y ampliar horizontes para lo humano, a costa de la tecnología, no al revés. Al final eso no llevará a crecer humanamente, más que tecnológicamente. Es decir, la correcta lectura del desarrollo tecnológico es poder engrandecer lo humano, no viceversa.

A veces el desarrollo tecnológico parece algo mágico, asombroso y que desafía la imaginación. Y todo empieza por querer hacer algo que antes nadie había hecho. Pues eso, es específicamente humano.

La aviación no tripulada es una variable necesaria de esta ecuación. El sueño de volar es específicamente humano, de hombres, por y para los hombres. Los Drones y sistemas no tripulados en general desafían los límites de la operación aérea y su ámbito clásico. Es una revolución imparable e ineludible que lejos de deshumanizarnos debe arrojarnos a un crecimiento de posibilidades humanas nuevas e insospechadas, y este reto lejos de encoger el ánimo nos debe llenar de magnanimidad, virtud que es única y exclusivamente humana.

DRONAMEX

 

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