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29/03/2024

Y ya en serio: ¿qué hacemos?

Rosario Avilés / Lunes, 13 Abril 2020 - 20:42

La pesadilla que apenas comienza para la aviación mundial necesita planteamientos serios para responder a ella. Independientemente de si estamos o no de acuerdo con los signos ideológicos de diversos gobiernos, hay que reconocer que la respuesta de Estados Unidos y la Unión Europea a la emergencia, no sólo fue pronta y contundente, sino generosa, no porque sean de por sí desprendidos sino porque se dan cuenta de la importancia que tiene el sector aéreo en la economía. No ayudar al transporte aéreo es darse un balazo, ya no en el pie, sino en el corazón.

Según cifras de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), si en febrero pasado la capacidad mundial de pasajeros se redujo 8%, afectando sobre todo al tráfico desde y hacia Estados Unidos y países muy conectados con China; para marzo, cuando el virus alcanzó niveles globales, esta capacidad se redujo en 33% y en el último día del mes pasado ésta había decrecido 65% entre Estados Unidos y el área conocida como Schengen, con 26 países europeos involucrados.

En tal sentido, OACI tiene tres escenarios sobre el impacto de la pandemia, una línea de base (que ya no se cumplió pues estaba previsto un crecimiento del 3.2% de la capacidad instalada, pero sin brote de Covid-19), en tanto que el escenario 1 implica una reducción general del 37% de los asientos ofrecidos, con 401 millones de pasajeros menos y una pérdida potencial de 88 mil millones de dólares en ingresos operativos brutos para las aerolíneas.

El escenario 2 indica una reducción general de 47% de los asientos ofrecidos, 528 millones de pasajeros menos y una pérdida potencial de 116 mil millones de dólares en ingresos. Desde luego que las regiones más afectadas serán Asia-Pacífico, Europa y Estados Unidos, ya que tienen no sólo mayor tráfico sino que han sido las regiones más golpeadas con la expansión del virus. Aun cuando para América Latina el impacto será de entre 24 y 33.6%, esto implica la pérdida de entre 19.8  y 28.5 millones de pasajero así como pérdidas de entre 4,500 y 6,400 millones de dólares. Huelga decir que Brasil y México serán los países más afectados.

De acuerdo con estas proyecciones, el turismo mundial sufrirá una pérdida de 300 a 450 mil millones de dólares (entre 20 y 30% de los ingresos del año pasado), en tanto que los aeropuertos podrían tener una disminución de 25% de ingresos, unos 46 mil millones de dólares. 

Por esta razón, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), urgió ayer mismo al gobierno mexicano a tener un Plan B para apoyo a las aerolíneas, ya que, en caso de no ayudarlas, las pérdidas para el país serán de 5,300 millones de dólares para ellas y 13 mil para los sectores que se ven impactados por el transporte aéreo, pues el 85% de la flota está en tierra y podría agravarse.

IATA expresó su preocupación, ya que tanto esta agrupación como la Canaero y Airbus enviaron una carta conjunta al gobierno mexicano para solicitar una reunión donde se aborde el tema, pero no han recibido respuesta y se teme que si las autoridades no toman un rol de liderazgo las afectaciones sean más que duras. Urge tomar acciones. E-mail: raviles0829@gmail.com

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