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28/03/2024

Preparando la temporada alta

Rosario Avilés / Martes, 4 Abril 2017 - 13:09

Muy cerca ya de la temporada vacacional, de pronto pareciera que todos se ponen muy nerviosos por los problemas que se puedan presentar, principalmente en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y los muchos contratiempos que suelen suceder en estos días.

Por lo pronto, nuestros diputados se pusieron creativos con su iniciativa para multar a las aerolíneas con el 20 por ciento del costo del boleto “siempre y cuando la culpa del retraso sea de la aerolínea”.

Este tipo de iniciativas no es nuevo. Suele suceder que muchos representantes populares –en particular los que son de ciudades lejanas y tienen que viajar en avión frecuentemente- durante los años de su encargo se sienten vengadores del usuario (ellos mismos) y, con el poder que les da su escaño, pontifican.

El problema es que no conocen la aviación. No saben de factores de ocupación, de costos, de impuestos que se cargan al precio del boleto, de la saturación, de las demoras en cascada, de los fenómenos meteorológicos, de la escasa rentabilidad del sector aéreo, de las razones de seguridad, de los vencimientos de jornada, ni de un largo etcétera que hacen de la actividad aérea un sector peculiar.

Pero si lo que quieren es volver a meter a las aerolíneas en los círculos de crisis que se vivieron en años pasados, van por buen camino. Por lo pronto, también provocaron una especie de crisis de operación, al insistir que las aerolíneas deben informar el motivo de la demora, lo cual, a veces, puede ser ambiguo.

No es extraño encontrar casos donde una demora, digamos de 30 minutos, por saturación, provoque después otra porque al subir la temperatura sean necesarios ajustes en el peso y balance de la aeronave, y que la demora termine extendiéndose otros 30 minutos. ¿Quién fue responsable? Fuenteovejuna.

Ni hablar de la cascada que se provoca cuando durante la mañana existe un banco de niebla y los primeros vuelos ya no conectan con los que programados en las franjas horarias subsiguientes por lo que se hacen auténticos malabares para que los usuarios logren sus conexiones. Es decir, el tema no es nada fácil.

El problema de exigir que las empresas señalen, en el momento en que ocurren las demoras, a los responsables de ellas, es que esto puede generar más problemas de los que se supone debería resolver.

En este caso, ya desde ahora se desató una polémica entre aerolíneas y autoridades que en realidad no ayuda a nadie, porque lo importante no es saber “quién tuvo la culpa” sino el servicio al usuario y la mejor de las actitudes conciliatorias para que el tráfico fluya.
Ya desde antes, la Cámara Nacional del Aerotransporte (Canaero) había presentado su propia iniciativa para resarcir los daños a los usuarios, basada en las reglas de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), iniciativa que por cierto no se ha discutido.

Por otro lado, las propias autoridades mencionaron algo que es obvio: al final, las multas y otros castigos a las aerolíneas, las terminarán pagando los usuarios. Y es así porque esto se traducirá en mayores tarifas para cubrir los riesgos, menor rentabilidad de las empresas, itinerarios más holgados y por lo tanto menor eficiencia en el uso de las aeronaves.

Como en el caso de los slots y otros cambios sugeridos a las leyes que se hacen motu proprio por los diputados, quieren descubrir el hilo negro cuando existen mejores prácticas y organismos como IATA y OACI. ¡Qué importante es que los representantes populares se asesoren correctamente! Nos urge.

Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio. E-mail: raviles0829@gmail.com; twitter: @charoaviles

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