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29/03/2024

¿Qué hacer en la “Trumpulencia”?

Rosario Avilés / Martes, 21 Febrero 2017 - 11:18

No cabe duda: para quienes están en el avión, lo peor de una turbulencia no es la sacudida sino el no saber cuánto tiempo durará y cuál será el saldo final. Aunque lo demos por descontado, la vecindad con Estados Unidos es, para bien y para mal, una condición que nos hace vulnerables a los vaivenes de sus gobiernos. La “trumpulencia”, entonces, nos mantiene mal y de malas.

A pesar de las buenas cuentas del sector aéreo, que ayer fueron presentadas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Andrés Conesa, director de Aeroméxico, tuvo que ajustar a la baja las expectativas de crecimiento de esta empresa, por la falta de certidumbre.
No olvidemos que Aeroméxico está siendo obligada a entregar 14 pares de slots al Departamento del Transporte de los Estados Unidos (DOT), para que sea esa autoridad la que decida quién los ocupará en el futuro y esta decisión llega justo en el momento menos adecuado pues no sabemos bien a bien cuál será la política de nuestro vecino en los siguientes años.

De ahí la importancia de tener una política explícita y pública, consensuada y de largo plazo, que todos los actores de la industria sean capaces de defender en caso de que cambien los gobiernos y los actores de diversas dependencias.

Nuestro país tiene que prepararse para la era Trump, entre otras cosas porque no sabemos cuánto dure y si sólo se trata de una efímera circunstancia o de una tendencia en el gobierno estadounidense. Si bien es verdad que el personaje es folclórico y lenguaraz, no es menos cierto que la mitad de la población le dio su apoyo y una gran parte de los actores políticos que pesan en la elección decidieron que gobernara, así es que no está solo.

Otro factor, no menos importante, es la posibilidad de tener aquí mismo un gobierno que cambie de la noche a la mañana el rumbo de la industria.
Esto nos lleva a que en el sector aéreo y aeroespacial se requiere cristalizar una política de Estado, consensuada y duradera, que le dé solidez y futuro a nuestro transporte aéreo y al desarrollo de la tecnología y la producción de aeropartes, así como a la educación técnica aeronáutica.

Hoy más que nunca necesitamos que se dirima con claridad cuál es el papel de los diversos actores de la industria y se consoliden los planes de institucionalizar el sector aéreo. Es inadmisible que existan agencias externas al sector –como la Cofece- que pongan en manos de una dependencia extranjera las decisiones que son nuestras.

No sabemos tampoco lo que podremos esperar de la Agencia Federal de Aviación de EUA (la FAA) y sus facultades para determinar qué países califican en sus categorías. Esas barreras al libre tránsito pactado en el bilateral pueden hacerle mucho daño a nuestra aviación.

Por lo mismo, requerimos una Agencia Federal de Transporte Aéreo fuerte, con presupuesto propio y facultades de supervisión; la Agencia de Investigación de Accidentes es también una necesidad pues con ella podremos documentar los sistemas de seguridad y el grado de cumplimiento de las normas; urge también un Plan de Desarrollo del sector Aeronáutico y Aeroespacial que busque mercados y socios alternativos en caso de que continúe la hostilidad hacia la apertura de plantas en México; y un programa de formación de capital humano que priorice a los mexicanos, pues es ahora cuando requerimos empleo y desarrollo del mercado interno.

Sólo así podremos proyectar nuestro país al futuro. Cambios legislativos que no tomen en cuenta esta integralidad sólo nos pondrán en ruta de colisión.

Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.

E-mail: raviles0829@gmail.com; twitter: @charoaviles

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