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28/03/2024

Muchos mitos, pocos retos

Rosario Avilés / Martes, 14 Julio 2015 - 15:19

Uno de los grandes problemas del siglo XXI es la rebaja de los retos e ideales que caracterizaron a la segunda mitad del siglo XX. Después de la Segunda Guerra Mundial, parecía que todas las necesidades del ser humano podrían ser satisfechas a través de la democracia y políticas bien aplicadas.

No fue así. El fracaso del Estado de bienestar, la primacía de lo financiero por encima de la economía real y la globalización en un mundo absolutamente desigual, han hecho que nos quedemos sin los retos pero con los mitos.

Uno de estos mitos es que la apertura indiscriminada nos trae competitividad. Es curioso cómo se citan estudios para justificar medidas que están hechas para otra realidad. Así, se ha hablado de que existe un estudio que afirma que los cielos abiertos han reducido los costos de volar en Estados Unidos.

Si existe un país que promueve cielos abiertos hacia fuera y no los aplica hacia dentro, ese es Estados Unidos. Ahí están los más de cien acuerdos de cielos abiertos firmados y el hecho inequívoco de que si algún gobierno ha sabido cuidar e impulsar a sus aerolíneas es precisamente Estados Unidos, pues ante cualquier amenaza siempre tiene mecanismos de apoyo como el Capítulo XI o como el subsidio directo. Y está excelente que lo hagan, lo mismo debemos hacer todos.

Las cifras del Departamento de Transporte de ese país (DOT) también muestran que las tarifas bajan cuando el mercado crece y eso no depende de liberalización de frecuencias, sino del poder adquisitivo y de la promoción de los destinos. Es decir, en la medida en que un mercado profundiza en solidez y tamaño las tarifas se reducen independientemente del número de aerolíneas que estén en él.

El problema es cuando compramos el concepto sin impulsar los mecanismos que lo hacen real. Abrazar la causa de los cielos abiertos sólo por moda, o sólo porque se supone que con ellos se arreglarán los problemas estructurales es tanto como pensar que el hábito hace al monje.

La ideología hace a veces imposible el análisis sereno. Con los cielos abiertos y otorgar libertades a diestra y siniestra no se logrará hacer más grande y más fuerte al mercado mexicano y a sus aerolíneas. Lo más probable es que suceda lo contrario.

Ya en su momento, hace más de una década, se dijo en este espacio que la política de regalar concesiones para aerolíneas como si fueran caramelos no traería más solidez al mercado.

En 12 años quebraron 13 aerolíneas, incluida una de las más fuertes y antiguas, Mexicana de Aviación, con la que pudimos haber hecho una política de expansión en conjunto con Aeromexico para ampliar mercados que nos beneficiaran a los mexicanos.

El problema de comprar mitos es que sus efectos se ven en el largo plazo y después no hay modo de revertir ni la pérdida de empleos ni la quiebra de empresas. La única forma de ser competitivos es fortalecer a nuestras aerolíneas con un mercado creciente, con infraestructura suficiente que permita el crecimiento, con apoyos para que las aerolíneas tengan mejores procesos, adiestramientos, auditorías de seguridad y calidad, etc.

Somos un país que necesita crecer y hacer sólida nuestra planta productiva, que requiere un mercado interno más grande y una política externa que apoye a nuestras empresas. Entre éstas, además, debe haber más colaboración que canibalismo. Lo contrario sólo nos llevará a seguir perdiendo potencia.

Lo oí en 123.45: Además, se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.

E-mail: raviles_2@prodigy.net.mx

Twitter: @charoaviles

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